El cambio climático dispara el precio de los alimentos en todo el mundo: los bancos centrales están cada vez más preocupados

Ilustración planeta en llamas

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  • El cambio climático está modificando ecosistemas e introduciendo elementos extremos como olas de calor y tormentas que trastornan la producción agrícola. 
  • Los expertos aseguran que este fenómeno solo irá a peor y hace falta poner medidas en marcha para mejorar la sostenibilidad de los cultivos. 

El cambio climático ejerce una presión sin precedentes en la producción agrícola global. Eso eleva los precios de los alimentos y tiene un efecto directo en la inflación, en el precio que pagamos por los productos en el supermercado. 

Financial Times ha entrevistado a Gisueppe Divita, un productor de aceite de oliva en Sicilia que está enfrentando retos que sus abuelos (también agricultores) nunca se habrían imaginado. "Con el aumento de las temperaturas y la disminución de las precipitaciones, el cultivo de aceitunas se hace cada vez más difícil", afirma Divita. La reducción de los rendimientos agrarios y el aumento de los costes de producción en la zona del mar Mediterráneo ha provocado que el precio de las aceitunas suba a máximos históricos (en España los precios también han alcanzado récords). 

Este problema no es exclusivo de Sicilia. En todo el mundo, desde las naranjas de Brasil hasta el cacao en África Occidental, la alteración de los patrones climáticos está disminuyendo el rendimiento de los cultivos, reduciendo la oferta y elevando los precios. Adam Davis, cofundador del hedge fund agrícola Farrer Capital, explica al Financial Times que "el trigo ha subido un 17%, el aceite de palma un 23%, el azúcar un 9% y la carne de cerdo un 21%", y asegura que el alza en los precios será duradera. 

El verano de temperaturas extremas que hubo en 2023 en Europa, Estados Unidos, Asia y otras regiones provocó la pérdida de muchos cultivos. Eso ha desembocado en cifras históricas en el precio de productos básicos que han alterado las cadenas de producción a nivel global. El clima seco de África Occidental (con Ghana y Costa de Marfil como principales productores) provocó también una subida histórica de los precios del cacao, según relata un informe el Foro Económico Mundial. 

Las sequías y lluvias monzónicas han provocado una disminución de la producción de arroz en zonas como Italia y partes de Asia, donde el precio del producto alcanzó su nivel más alto en dos años. Lo mismo ha pasado con el aceite de oliva en España. El medio oeste de Estados Unidos sufrió una sequía brutal en 2023, pero una de las consecuencias más palpables a nivel global fue la reducción de la producción de soja, que se sumó a la baja producción en Argentina. 

La Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos (EPA por siglas en inglés) asegura que el cambio climático está afectando significativamente a la capacidad productiva de la agricultura. Los cambios en la temperatura y las precipitaciones se están traduciendo en temporadas de cultivo más largas, lo que puede aumentar la necesidad de riego. La contaminación del aire también daña los cultivos, ralentiza el crecimiento y aumenta la susceptibilidad a enfermedades, asegura la agencia. 

Además, las precipitaciones intensas erosionan el suelo, disminuyen los nutrientes y deterioran la calidad del agua. Eso afecta a la economía costera dependiente de peces y mariscos. Los trabajadores agrícolas enfrentan riesgos adicionales para la salud relacionados con el clima, como la exposición al calor y una mayor exposición a pesticidas debido a la proliferación de plagas. 

Un estudio del Banco Central Europeo y el Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático señala que las tasas anuales de inflación de los alimentos podrían aumentar hasta 3,2 puntos porcentuales por año durante la próxima década debido al aumento de las temperaturas. Frederic Neumann, economista jefe para Asia de HSBC, subraya que el cambio climático ya está teniendo un impacto material en los precios mundiales de los alimentos, agregando que este fenómeno se está convirtiendo en una fuente persistente de presión inflacionaria.

En Sicilia, el Financial Times cuenta que los hermanos Divita han tenido que introducir maquinaria especial de refrigeración para enfrentar las temperaturas de 40°C durante la cosecha, incrementando los costes de producción y, en consecuencia, los precios para los consumidores. 

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