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Prueba del Microlino 12,5 kW, un capricho con personalidad

Sergio Ríos

El Microlino es el eléctrico más peculiar que te puedes comprar, gracias a su diseño retro. Sin embargo, ¿hay algo más allá de su aspecto propio de los años 50?

Se dice que los coches nuevos son sosos, que todos se parecen y que no tienen personalidad. Sin embargo, nada de esto define al Microlino, un cuadriciclo pesado eléctrico que no se parece a nada más que al icónico Isetta de los años 50.

La idea de sus creadores, la firma Micro Mobility Systems, era ofrecer una forma de movilidad urbana sin emisiones de aspecto retro y, a la vez, moderno; con un carácter muy diferente a lo habitual. Desde luego, lo han conseguido, ya que este eléctrico no hace más que girar cabezas a su paso. Eso sí, no todo se reduce al diseño

Entrando por su única puerta de acceso del frontal puedes acceder a un interior realmente espartano, pero bien terminado (especialmente, para un coche fabricado de forma artesanal) y más espacioso de lo que esperaba. Aquí pueden viajar dos adultos, pero no hay cabida para el aire acondicionado, una pantalla de infoentretenimiento o una radio. En su lugar tienes un ventilador, un soporte para smartphone y un altavoz Bluetooth, respectivamente.

Prueba del Microlino

Con esto y con unas ventanillas manuales es evidente que el Microlino no cree en lujos. De hecho, tampoco cuenta apenas con servofreno y no tiene dirección asistida, aunque esto no es malo en absoluto, ya que la conducción llega a ser bastante divertida en ciudad y tiene un tacto analógico realmente interesante.

Continúo con prueba del Microlino 12,5 kW. Aunque puedes entrar en autopista, su tamaño y su velocidad máxima de 90 km/h hacen que esto sea algo reservado para valientes. Pero en ciudad sí se disfruta la experiencia de situarse tras su volante. Una vez que te acostumbras a detalles como la ausencia de un espejo central, te das cuenta de que este cuadriciclo cobra mucho sentido en entornos urbanos.

Su tamaño es un punto a favor para circular por cualquier calle o aparcar, tiene una muy buena visibilidad y es bastante ágil. Incluso tiene un modo Sport que sí se nota al activarse y que es de gran ayuda.

Prueba del Microlino

Aun así, hay cosas mejorables en este 'coche' eléctrico, como el ruido del motor eléctrico o el tarado de la suspensión. Esto último, combinado con el peso, hace que en curvas te puedas inclinar más de lo deseado y rebotes en algunos resaltos. 

¿Es este es un vehículo de diario? Para jugar en atascos y calles estrechas sí, pero por su espacio, prestaciones, autonomía y precio es más un capricho simpático para hacer recorridos moderados en ciudad y, la verdad, esto lo harás siempre con una sonrisa de oreja a oreja.

Valoración

Nota7

Aunque no sea el vehículo más práctico, el Microlino ofrece más de lo que esperaba y, más allá de su diseño, es muy divertido de conducir. Sin duda, es una buena forma de moverse por ciudad, aunque su precio y autonomía son sus grandes puntos negativos.

Lo mejor

Interior bien terminado y más espacioso de lo esperado. Agilidad. Modo Sport.

Lo peor

Interior espartano. Ventilador, soporte para smartphone y altavoz Bluetooth en lugar de A/A, pantalla de infoentretenimiento y radio.

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