Reconstruyendo un rincón perdido de León: Puerta Obispo, la entrada por la Catedral

Imagen hasta ahora desconocida de Puerta Obispo, vista desde la sede del Obispado, antes de 1910.

Carlos J. Domínguez

Toda ciudad ha vivido infinidad de momentos cruciales en lo urbanístico y lo patrimonial que han cambiado, irremediablemente, su aspecto para siempre. En León ocurrió en muchos rincones, aunque en comparación con otras urbes no fueron demasiados dentro un envidiable Casco Histórico de traza medieval.

Y quizá uno de los cambios más drásticos, más polémicos y más documentados, fue la desaparición de una de las históricas puertas' de acceso a la capital leonesa: la llamada Puerta Obispo, llamada así por ser anexa al Palacio Episcopal, aún hoy sede del obispo de la diócesis, de la que sólo quedan junto al ábside sur de la Catedral apenas unas piedras de sus antiguos cimientos y el nombre para bautizar la plaza situada en su entorno.

Ayuntamiento vs. Obispado

La piqueta comenzó el trabajo destructor contra los únicos inmuebles añadidos a la Catedral gótica en agosto del año 1910, según remarca Emilio Morais Vallejo en su extraordinario trabajo 'La demolición de las puertas del recinto amurallado de León en los siglos XIX y XX. Una pérdida patrimonial irreparable'.

Pero se paralizaron muy pronto, en septiembre. Motivo: el Obispado sigue tratando (como desde hace décadas) de demostrar que el conjunto de inmuebles son de su propiedad y así imponer su negativa contra el empecinamiento destructor, en este caso del Ayuntamiento, que entonces preside como alcalde Alfredo Barthe.

Efectivamente, la idea inicial de “dejar prístina” la vista del imponente monumento gótico se había fraguado poco a poco, polémica tras polémica, desde el año 1875. Tras la restauración de la Catedral, inaugurada con el nacimiento del siglo XX, se oyó alta la principal voz en contra de Puerta Obispo, la de Demetrio de los Ríos, arquitecto restaurador. Su opinión fue calando poco a poco en el Ayuntamiento leonés, que bebía mayoritariamente de aquellas voces que ya entonces, en otras ciudades, observaban que este tipo de antiguos pasos eran un cinturón asfixiante para el crecimiento de las urbes.

Puerta Obispo, un complejo de edificios

¿Pero qué había en Puerta Obispo, fruto de diversas construcciones de siglos diversos, y qué valor real tenía? Algunas fotografías conocidas y otras pocas inéditas hasta ahora y aireadas en el dinámico grupo de Facebook TODO en LEÓN!! Quedamos en el reloj de STO DOMINGO!! y en 'Imágenes para el recuerdo de León', provenientes del Archivo Histórico Nacional (Ministerio de Hacienda) permiten explicar la extraña estructura de esta sucesión de inmuebles unidos al ábside sur de la Catedral.

De la Puerta Principalis Sinistra que ya se construyó allí en época romana junto a las termas apenas quedaba nada, salvo los restos descubiertos y musealizados de las antiguas termas durante las obras de peatonalización del entorno de la Catedral. Se supone que en torno al siglo XIV, al culminarse ese ábside catedralicio, se construyó de lado a lado de la calle una estructura de dos plantas, de sillería de piedra; y junto a ella, un acceso que comunicaba el interior de la ciudad con el exterior con un amplio paso de más de 10 metros, y un segundo arco interior más.

En la planta de arriba había un corredor de riquísimo artesonado que comunicaba el Palacio del obispo directamente con la Catedral a través de la desaparecida Torre del Tesoro. El prelado disfrutaba así de acceso directo y privilegiado al templo gótico. Delante había un patio que en otro tiempo fue cementerio de la cercana parroquia de San Juan de Regla.

La segunda puerta de paso

“Hasta el siglo XVII se fueron añadiendo nuevas estructuras y locales extraños a la puerta, modificándola hasta formar un conglomerado de edificaciones”, relata Morais Vallejo. No era un solo edificio, sino muchos superpuestos. Y los más nuevos ocultaban a los más valiosos y útiles. En 1609, por ejemplo, casi todos esos inmuebles fueron usados como sede del Provisorato de la Mitra, incluso fueron dependencias de la obra de restauración de la Catedral, momento en el que se abrió una segunda puerta que dejan ver algunas imágenes.

Aprovechando que la zona era una especie de Frankenstein patrimonial, el Ayuntamiento se empecinó en ponerle fin a todo. Y utilizó todo tipo de métodos para ir convenciendo a la población.

La 'postverdad' del siglo XX

En la intensísima campaña en los periódicos de la época 'controlados' por el Consistorio se le llamó a todo el complejo de edificios 'la Casona', para rebajar su importancia, y se escribieron ríos de tinta. El alcalde Barthe, que lo llamó en Pleno “edificio tan feo”, también batalló en el plano legal hasta conseguir que Madrid decretara que no era del Obispado, sino del Estado, e incluso obtuvo fondos para que su derribo no costara un céntimo al pueblo de León, argumento eclésiástico en su defensa.

Incluso se empleó lo que hoy se bautiza como 'postverdad', un rumor recurrente que viajó de boca a oído por León y hasta la Corte madrileña. Consistía en propagar el mito de que el empeño principal para abrir del todo la calle provenía de Fernando Merino, leonés, adinerado farmacéutico y el más influyente político de su tiempo, que llegó a ser gobernador civil de Madrid y gobernador del Banco de España dos veces, las mismas que presidente del Consejo de Estado. Se le conoce por fundar la antiquísima farmacia Merino, hoy en la Calle Ancha, calle que en otro tiempo llevó su nombre.

¿Es cierto el mito del coche del todopoderoso político Merino?

Una docena de vehículos a motor había censados en 1910 en la ciudad de León. Uno de ellos no era el de Merino (fue matriculado a primeros de 1911 con el número 14). Y las lenguas viperinas leonesas le atribuyeron siempre que presionó hasta la extenuación para conseguir que su coche tuviera paso franco desde el centro al barrio de la Serna “por que no cabía por el portalón de Puerta Obispo). Pero esta comenzó a ser derribada en agosto de 1910.

Habladurías nunca demostradas aparte, habíamos dejado la historia tras la orden de derribo por Real Orden de 13 de agosto de 1910, en que en septiembre hubo el primer parón de las controvertidas obras por un recurso del Obispo que provocó un cabreo monumental en el equipo de Gobierno, que movió hilos e influencias en Madrid y consiguió que 'alguien' doblegara la resistencia eclesial.

El diario El Porvenir de León, en su número 4.869 publicado el día 28 de septiembre de 1910, anuncia los comienzos del derribo del caserón de Puerta Obispo, se destaca en el trabajo publicado en la revista Tierras de León, obra de Justiniano Rodríguez.

Regalando tierra a los vecinos... para convencer

Como curiosidad, el Ayuntamiento aprobó en octubre la utilización de los escombros resultantes para servir de pavimentación de algunas calles leonesas, se quisieron enviar para rellenar Papalaguinda e incluso se permitió que los vecinos que quisieran acarrearan ellos mismos la tierra, una verdadera atrocidad que ponía en riesgo ciertos elementos de gran valor. Los trabajos, que supervisó el arquitecto municipal Manuel de Cárdenas, se dilataron hasta principios del año 1911, siempre con la oposición activa del no menos conocido Juan Crisóstomo Torbado, entonces arquitecto de la Catedral.

Hasta una manifestación convocada por el Ayuntamiento

Todavía un año después había resistencia. Hasta el punto de que aún el sábado 6 de marzo de 1911 el propio alcalde Barthe había convocado una inaudita manifestación de apoyo al derribo, que la prensa del momento tildó de “numerosísima”. Se observa que los asuntos patrimoniales, como hoy la Plaza del Grano, son recurrentes en la Historia de la ciudad.

Se perdieron todos los edificios 'escondidos' tras Puerta Obispo pero, por fortuna, se conservaron algunos elementos de cierta valía, según ha investigado y documentado gráficamente Miguel Salguero.

Elementos recuperados

De las puertas tres existentes, la más pequeña y dentro del recinto de la verja de la Catedral puede verse hoy en la entrada de la capilla de la Trinidad, acceso al Museo de la Catedral, por Cardenal Landazuri. Permaneció un tiempo como acceso desde la calle a la parroquia de San Juan de Regla, en la calle Guzmán el Bueno, según ha rescatado Salguero.

Del mismo modo, una de las ventanas del corredor gótico de Puerta Obispo se puede contemplar a día de hoy en el propio Claustro de la Seo leonesa.

Derribo de más puertas medievales

Como queda dicho, la desaparición de Puerta Obispo no fue ni mucho menos la única.

Morais Vallejo recuerda que “entre 1851 y 1856 el Ayuntamiento aprobó el derribo de cinco puertas medievales (Ánimas, San Francisco, Santa Ana, Peso de la Harina y Santo Domingo), y otras dos más entre 1864 y 1868 (Sol y Moneda)”, hasta llegar al caso que nos ocupa en Puerta Obispo.

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