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La estrategia sanitaria del PP choca contra los datos: la convocatoria MIR de 2023 ha sido la mayor de la historia

Los Gobiernos populares fueron los que más bajaron el número de plazas de formación, que han subido más de un 30% desde que gobierna Sánchez

Cientos de personas congregadas a las puertas de la Facultad de Derecho de la Complutense para las pruebas MIR de este año.
Cientos de personas congregadas a las puertas de la Facultad de Derecho de la Complutense para las pruebas MIR de este año.FERNANDO VILLAR (EFE)
Pablo Linde

El Partido Popular está intentando trasladar la responsabilidad de la crisis sanitaria que vive España —que ha llenado de protestas multitudinarias varias ciudades del país en los últimos meses— al Gobierno central, al que culpabiliza de la falta de médicos en la atención primaria. Los datos, sin embargo, no respaldan este argumentario. El lunes por la noche se conoció que el 93% de los médicos que se presentaron al examen MIR en la última convocatoria lo aprobaron. Es el mayor porcentaje de la historia, lo que dejará a 10.792 graduados con posibilidades de adjudicarse las 8.550 plazas de médico interno residente (MIR) que ha sacado el Ministerio de Sanidad para este año, también la mayor oferta que se ha hecho nunca en España.

Este martes ha comenzado un periodo de reclamaciones de cuatro días para un proceso que concluirá en marzo, con la elección de las plazas en las que estos médicos se formarán en los próximos años. Pasarán todavía unos cinco hasta que puedan incorporarse a la sanidad pública como médicos con especialidad, un requisito imprescindible para trabajar en el Sistema Nacional de Salud.

Es una de las razones por las que cubrir plazas de médico es complicado: no se pueden sacar plazas de la noche a la mañana. Una vez que terminan los seis años de carrera, los graduados suelen pasar uno preparándose el examen del MIR, y otros cuatro o cinco con la especialidad. En total, son entre 11 y 12 años para formar a un facultativo.

En lo que tiene que ver con el MIR, la carencia de profesionales que tanto sindicatos como muchas comunidades autónomas denuncian en el sistema es fruto, pues, del número de plazas convocadas hace cinco años o más. A esta reclamación se ha sumado con fuerza el Partido Popular, que traslada la idea de que el problema con la atención primaria (que ha convocado huelgas en media España en los últimos meses) está generado por el actual Gobierno del PSOE.

Así lo expresaba el lunes Ana Pastor, secretaria ejecutiva de Sanidad del PP: “Faltan médicos y pediatras de atención primaria. Desde el PP llevamos mucho tiempo reclamando al Gobierno del señor Sánchez que aborde este problema, que afecta a toda España. El Ministerio de Sanidad es el responsable de convocar suficientes plazas MIR. Le exigimos que no se desentienda y que afronte de una vez por todas esta situación”.

La ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha comparecido este martes tras el Consejo de Ministros para hacer un balance de la gestión de su departamento que le ha servido para contestar a esta ofensiva del PP: “Estamos llevando a cabo el mayor proceso de estabilización, más de 67.000 plazas [de interinos pasarán a ser fijas], poniendo coto a la temporalidad. También estamos llevando a cabo la mayor oferta sanitaria de formación especializada”. Darias ha recalcado, además, que para 2023 su ministerio ha introducido una partida “novedosa” de 52 millones de euros para financiar el incremento de hasta un 15% de las plazas de facultades públicas de Medicina.

Lo cierto es que el número de plazas MIR convocadas no ha parado de subir desde 2017. El incremento empezó con el Gobierno del PP y se ha acelerado con los del PSOE, que desde que llegó al poder ha aumentado el número de plazas en un 31,2%. En 2023 hay unas 3.200 plazas más (un 55%) que las que sacaba cada año Sanidad cuando era ministra la propia Pastor, entre 2002 y 2004.

Las carencias actuales de médicos vienen de la reducción que hubo a partir de 2011, fruto de los recortes debidos a la crisis económica, y ejecutados sobre todo por gobiernos populares. El incremento que se ha producido desde 2017 se irá notando poco a poco en el sistema a medida que vayan completando su formación.

Y, aunque el Gobierno central es el que tiene la última palabra y más peso en la decisión de las plazas, tampoco es un proceso que le competa de forma exclusiva. Son los servicios de los hospitales los que tienen que pedir las que consideran necesarias, una solicitud que ha de ser aprobada por las comunidades autónomas (de cuyos presupuestos saldrán los sueldos de los estudiantes) y luego llegar al ministerio, que decide cuántas saca, ponderando las solicitudes de todos los Gobiernos regionales.

Jubilaciones y fugas

El problema añadido es que en los próximos cinco años se jubilarán aproximadamente un tercio de todos los médicos de primaria de España (unos 13.000) y la incorporación de nuevos profesionales no será suficiente, al menos en principio, para paliar esta fuga.

Un informe publicado por el propio Ministerio de Sanidad en enero de 2022 mostraba que entre 2018 y 2021 se había reducido en un 2,14% (más de un millar) el número de médicos de familia en España. Según sus cálculos, la cifra seguirá bajando hasta 2027, cuando habrá un déficit en el sistema de unos 9.000 médicos, la mayor parte de ellos de primaria.

No obstante, circunscribir la carencia de médicos de primaria a las plazas MIR ofertadas es algo reduccionista. “El problema no es solo numérico. Muchas plazas de medicina de familia son en zonas alejadas de las grandes ciudades, con menor atractivo para los profesionales jóvenes. El problema se agudiza porque hay un gran número de profesionales que optan por ejercer en el sector sanitario privado, y en la medicina de urgencias de ambos sectores. Además, los contratos que se ofrecen generalmente son temporales”, reza el informe.

A esto se añade otro problema que los sindicatos médicos vienen denunciando: España está entre los países europeos en los que los salarios de los médicos son más bajos. Al terminar su formación, muchos rechazan los contratos que les ofrecen (en su mayoría precarios) para irse a otros sistemas de salud con mejores condiciones y retribución. “Si hay competencia para atraer a profesionales con países de nuestro entorno, las comunidades tendrán que competir para atraerlos. Francia o Irlanda ofrecen mucho más, y son países al alcance de la mano, lo único que los jóvenes tienen que hacer para acceder es aprender un idioma que la mayoría ya conocen”, explica Ana Giménez, presidenta del sector Atención Primaria de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos.

La convocatoria de plazas MIR es condición necesaria, pero no suficiente para terminar con el problema de falta de médicos de primaria, que ha vivido un tremendo estrés durante la pandemia y que todavía no se ha recuperado.

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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