‘¿Estás ahí, Dios? Soy yo, Margaret’, la película sobre la regla que adora la crítica

Basada en la novela homónima de la escritora juvenil estadounidense Judy Blume, ¿Estás ahí, Dios? Soy yo, Margaret es una comedia llena de encanto, crisis de fe y compresas. Publicada en 1970, la novela de Blume alcanzó fama como “el libro de la regla” por uno de sus temas centrales: la menstruación.

Margaret es una preadolescente lista y buena, cuyos padres, en el peor momento en la vida de cualquier preadolescente, deciden cambiar de casa y dejar Nueva York para instalarse en Nueva Jersey. Ante la mala noticia, Margaret apela, a través de sus secretas conversaciones con Dios, a la misericordia divina. No es fácil dejar la ciudad que nunca duerme por la holgura de un soporífero suburbio del sueño americano. Aunque, donde menos se lo espera, Margaret aprenderá un par de cosas sobre la vida. Y sobre la religión.

Interpretada por una sorprendente Abby Ryder Fortson, Margaret aún no ha cumplido los 12 años y sus padres no la han educado en ninguna confesión para que ella elija de mayor cuál quiere profesar. Adora a su abuela paterna, una judía practicante neoyorquina en la piel de Kathy Bates, y se entiende bien con sus padres, interpretados por el actor y director Benny Safdie y por una maravillosa Rachel McAdams, en la piel de una madre con su propio conflicto antirreligioso. La relación de Margaret con su madre es el eje de esta película dirigida por Kelly Fremon Craig que ha estado entre las favoritas del 2023 para la crítica de Estados Unidos. La película bromea con el deseo de llevar sujetador y maxicompresas, pero sobre todo habla de cómo el tránsito a mujer es un extraño cóctel de miedos y expectativas.

La vida de Margaret se divide entre la escuela, con su tutor afroamericano, su pandilla de nuevas amigas obsesionadas con dejar de ser niñas y el descubrimiento de una historia secreta familiar marcada por la intolerancia religiosa.

En muchos sentidos, ¿Estás ahí, Dios? Soy yo, Margaret funciona como una cómica cara B del fanatismo que sufren las hermanas Lisbon, las pobres víctimas de Las vírgenes suicidas, de Sofia Coppola. A diferencia de ellas, Margaret tiene respuestas para todo. También, unos padres adorables y comprensivos.