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Olvido Madrid, la firma artesanal de bolsos de invitada, que dijo no a grandes almacenes y tiendas multimarca

En el barrio de Salesas están el taller y la pequeña tienda de la firma, desde donde se dan forma a propuestas confeccionadas en seda, terciopelo, lentejuelas… Modelos que aúnan diseño y funcionalidad y rivalizan con el sempiterno bolso negro

Olvido Madrid.
Una de las propuestas de la firma Olvido Madrid.Cortesía de Olvido Madrid
Elena Muñoz

Olvido Madrid nace a más de 1.700 kilómetros de la capital española, concretamente en Londres. Corría el año 2011 y Beatriz González trabajaba como diseñadora gráfica para una marca, pero barajaba la idea de volver ya a España. Eran años de crisis económica, regresar sin un trabajo o proyecto parecía arriesgado, por eso cuando los bolsitos que había comenzado a hacer casi como pasatiempo empezaron a venderse cada vez mejor, encontró la excusa perfecta para volver a Madrid. “En aquella época solo existía el típico clutch dorado y plata para ir de boda”, explica en conversación telefónica con S Moda.

Todo comenzó un verano en Guadalajara, durante una de las visitas que la diseñadora hizo a sus padres: “Un día no sabía qué hacer, me aburría y empecé a tontear con un cordón de seda, primero intentando hacer un tocado y después un bolso, algo que siempre me ha fascinado”. Sin una idea premeditada, dio forma a su primer diseño, un bolsito de cordón de seda, el elemento convertido en emblema de la firma más de una década después. Cuando volvió a Londres, sus amigas (muchas de ellas “árabes y rusas” amantes de la moda) empezaron a comprarle los bolsos. “Me compraban varios a la vez, me decían ‘para mi hermana, para mi madre...’”, rememora. “En aquel momento quería volverme a España y pensé: ‘si esto ha gustado aquí y la gente está dispuesta a pagar este precio’, lo voy a llevar a España y apostar por ello”. Así nació Olvido Madrid, un sello vinculado al mundo de las invitadas, un sector en crecimiento gracias a las posibilidades del comercio online, canal de venta de muchas marcas nativas digitales orientadas a la moda para eventos.

“Cuando abrí la marca había crisis, ¿dónde gastaba el dinero la gente? En el sector bodas, para diario no”, argumenta la fundadora de Olvido Madrid. El nombre de la firma, por cierto, llegó tiempo después de empezar a vender los bolsos y responde al carácter olvidadizo de González: “Me sentía muy identificada con el nombre, soy un auténtico desastre, muy olvidadiza y me gustaba como nombre antiguo español”. El sobrenombre de Madrid sirvió para ubicar a la firma, originada en Londres y “también reflejo de haberme ido y volver a España”.

Olvido madrid
cortesia

La apuesta de lanzar una marca de accesorios en un contexto de complicada coyuntura económica era arriesgada, por eso González empezó poco a poco. Primero se adentró en las ferias de moda parisinas, donde pudo comprobar la buena acogida de sus propuestas. “Si te das cuenta los primeros bolsos son de hace 12 años y siguen siendo top ventas, creo que sin querer hemos dado con un diseño que no pasa de moda y que te lo compras ahora pero te lo puedes poner dentro de años, es una inversión asegurada, estás invirtiendo en un clásico”, apunta al referirse al éxito prolongado de aquellos primeros diseños.

Telas para vestidos usadas para bolsos

El llamativo colorido de los diseños en un tipo de producto con una gama cromática vinculada normalmente a tonos neutros (la tríada invencible del negro, marrón o beis) es uno de los puntos fuertes de Olvido Madrid. Cuentan con tantas opciones de colores a elegir que ofrecen servicio a medida para clientas que buscan una tonalidad concreta. “Tenemos muchísimas referencias de color, además de las que aparecen en la web, en la tienda tenemos más. La idea es dar un servicio personalizado y gratuito, mandar el muestrario o indicar los colores que no están en la web. Por ejemplo, si quieren un nude determinado, en la web hay uno pero nosotras en tienda tenemos cinco nudes diferentes. A la clienta se le da su muestra y se le hace el diseño a medida”, cuenta González. Junto a ese abanico casi infinito de posibilidades, lo que realmente convierte a estas piezas en objeto de deseo entre amantes de la moda lenta son los materiales empleados en la confección de los bolsos. “El tejido de bolsos como tal está bastante limitado”, cuenta la fundadora y explica que para desmarcarse de las opciones previsibles ha optado por “coger tejidos que pueden ser de vestidos y reforzarlos nosotras en el taller, así abrimos mucho el campo [cromático]”. Por nosotras se refiere al equipo de tres personas que conforma Olvido Madrid. “Yo hago todo, soy más comodín: planear las temporadas, diseñar los prototipos… todo un poco por adelantado para que pueda enseñar al equipo cómo hacerlo y que se puedan dedicar a la producción”. La producción se realiza en el taller que hay en la pequeña tienda física de la marca, ubicada en el madrileño barrio de Salesas (Conde de Xiquena, 2). Además, cuentan con dos artesanas externas – “una en Madrid y otra en Guadalajara”– y un taller en Alicante para la fabricación de los diseños de piel. “Pero todo lo que viene siendo confección de la bombonera o de las joyitas lo hacemos en la tienda”. Las joyas están realizadas a mano con baño de oro de 18 o 24 quilates y elaboradas a partir de piedras semipreciosas, cristales, nácar o lentejuelas. Uno de sus últimos lanzamientos, los pendientes Rita, un diseño preciosista con forma de lazo cuajado de microcristales. Ese cariz artesanal detrás de la manufactura de cada diseño es uno de los grandes reclamos de esta pequeña firma: “Un bolso de cordón de seda lleva 12 metros cosidos a mano. Hay gente que adora la artesanía y lo valora muchísimo”, expresa González.

Buscar telas en tiendas madrileñas de toda la vida

La referencia a Madrid en el nombre de la firma no solo identifica el lugar de creación de las propuestas, también subraya el concepto de comercio local en su máxima expresión. González puntualiza que las telas seleccionadas para las diferentes colecciones de edición limitada proceden de distintas tiendas de la capital: “Estos tejidos los compramos en las tiendas de barrio, es un poco el encanto, moda circular y buscar tejidos en los comercios de aquí que son súper especiales y hay muchos que son la bomba. Pero imagínate, si solo hay 5 metros de tejido, lo compramos y lo que salga. Una vez que se acabe no hay más”. La exclusividad hecha bolso.

Olvido madrid
cortesía

¿Entre los tejidos más demandados del momento? “Ahora mismo se vende muchísimo bolso de terciopelo, también de seda. El satén gusta un montón y estamos apostando por tejidos metalizados y lentejuelas, todo lo que sea fiesta”, responde la directora creativa de la marca. En su colección permanente hay modelos con más de una década de existencia, diseños que conviven con apuestas de edición limitada, creadas con “tejidos que son de temporada y solo puedes comprarlos en ese momento”. La clientela de la firma, cuyo mercado principal es España, demostró tanto interés por los bolsitos que Beatriz González quiso conectar con sus compradoras ofreciendo cursos prácticos para aprender a crearlos. De momento, no ha revelado cómo confeccionar sus bolsos insignia pero sí otros modelos: “Me preguntaban mucho cómo hacer los bolsos (...) Hay modelos que hemos explicado específicamente para el curso y si eres manitas e ingeniosa, de ese bolso puedes sacar otros bolsos”.

La odisea de apostar por la moda lenta en España

Han pasado más de diez años desde que Olvido Madrid comenzará a tomar forma y el camino no ha sido en absoluto fácil. Emprender con una firma de moda independiente en España tiene más de odisea que de paseo. “Si no tienes financiación o inversión detrás es muy difícil llegar a un volumen de ventas como para empezar a contratar gente, yo he tardado diez años en poder contratar a alguien. Y hasta que no contratas a alguien no ves crecer el proyecto (...) El lento crecimiento hace que muchas veces la gente se desespere y no vea que esto puede ser un modo de vida”, reflexiona. Hace un tiempo, también optó por acabar con “las ventas en multimarca porque no salían los números” y recientemente tuvo que tomar la decisión de rechazar vender en El Corte Inglés ya que sus bolsos “no son productos que se puedan vender al por mayor”. “Quería hacerlo porque El Corte Inglés te da prestigio, pero tuve que decirles que no”, lamenta. Después de luchas con los talleres por “entregar muchas veces tarde y mal”, de intentar hacer zapatos y de desechar la idea de incluir ropa – “no quiero complicarme la vida”, apostilla – Beatriz González tiene claro lo que busca para su marca: “Que siga como sigue siendo. Ahora mismo estoy bien, me permite vivir una vida tranquila, quiero que sea como está, creciendo en ideas de bolsitos. He trabajado tanto que quiero que la marca me permita vivir. Me siento muy afortunada porque ahora lo estoy disfrutando mucho”. ¿Y qué pueden esperar los fans de la marca? “La idea es que a lo largo del año salgan mini colecciones, no sacar bolsos muy estudiados para vender, sino bolsos para jugar con los que nos lo pasemos bien haciéndolos”. No hay mejor plan de futuro.

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