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Por qué desapareció Shere Hite, la sexóloga que estuvo a punto de cambiarlo todo

El documental estrenado en Sundance, ‘La desaparición de Shere Hite’, examina de cerca la figura y obra de la feminista que revolucionó la sexualidad femenina en los 70.

Fotograma de la película.
Fotograma de la película.Mike Wilson

En 1976 Shere Hite, historiadora, activista feminista y ensayista publicó El informe Hite. El resultado de una investigación de cinco años, la recopilación y análisis de más de 3.000 respuestas a cuestionarios que ella misma había escrito, diseñado, impreso y enviado por correo o repartido en mano a mujeres por todo EE UU. Las respuestas eran chocantes para una sociedad que supuestamente había ya vivido una revolución sexual. Rebatía las teorías de los populares (William) Masters y (Virginia) Johnson al asegurar que las mujeres principalmente llegaban al orgasmo por la estimulación del clítoris y no durante el coito, como la pareja de investigadores había concluido en su laboratorio. Decía que el 95% de las mujeres fingía los orgasmos. Aseguraba que se masturbaban con frecuencia.

El informe Hite fue un éxito rotundo de ventas a pesar incluso de sus propios editores y de las críticas furibundas que recibió. Casi cuatro décadas después ocupa el número 30 en la lista de los libros más vendidos de todos los tiempos en inglés. Shere Hite fue una estrella feminista en los setenta y los ochenta a la altura de Gloria Steinem, quizá con más presencia televisiva incluso porque sus teorías, investigaciones y ensayos atraían audiencia. Su fama obligó a escribir la palabra clítoris y orgasmos en medios que las tenían prohibidas. Tras su muerte hace dos años se recuperó su nombre y aun así, a pesar de la popularidad y del bienestar económico que llegó a disfrutar, hoy es casi una desconocida. Su gran ensayo de la sexualidad femenina y el resto de sus obras, casi olvidadas. ¿Por qué? Esa es la pregunta de la que parte del documental The Disappearence of Shere Hite (La desaparición de Shere Hite), estrenado en el Festival de Sundance, dirigido por Nicole Newnham (nominada al Oscar por el documental Crip Camp) y producido por Dakota Johnson quien, además, pone la voz a Shere Hite, leyendo sus diarios en voz en off a lo largo del filme.

Fotograma de la película.
Fotograma de la película.Paul Slade

“La oportunidad de involucrarme en el proyecto no solo siendo la voz, sino además apoyando y amplificando el increíble trabajo y mensaje de la formidable Shere Hite era una oportunidad que no podía rechazar”, dijo la actriz de Cincuenta sombras de Grey en la presentación en Sundance. “Además, no podíamos pensar en un mejor momento para contar su historia”, añadió en referencia a los pasos atrás que viven los derechos de las mujeres en EE UU y otras partes del mundo.

El documental arranca con el funeral de Hite en 2020. Precisamente, aquel breve momento reciente en el que su figura se reivindicó después de años de ostracismo. De un autoexilio forzoso en Europa, renunciando incluso a la nacionalidad americana, ahogada por las críticas constantes a su obra y su persona. No pudo más. Durante años hasta le divirtió acudir a platós, programas de toda naturaleza a rebatir a sus oponentes, a respaldar los resultados y la metodología de sus estudios siempre criticados (incluso por el Washington Post). Hite siempre hacía las encuestas por escrito, enviaba estos cuestionarios anónimos y recibía casi siempre larguísimas respuestas, muy explícitas. Aunque no fuera un método perfecto, según ella era el ideal para hablar de intimidad. Llegó a él pronto, en sus primeros años dentro de la Organización Nacional para Mujeres (NOW en sus siglas en inglés), cuando al preguntar a sus compañeras activistas por su vida sexual se dio cuenta de que ninguna se atrevía a compartir sus experiencias en público.

El informe Hite sobre la sexualidad femenina lo completó con otro sobre el sexo masculino. Les preguntaba qué suponía ser hombre en sociedad, qué sentían. Los resultados cabrearon a la masculinidad pública dominante porque hablaban de hombres reprimidos, incapaces de mostrar sus sentimientos y ser castigados si lo hacían. Si los hombres ya se habían visto atacados con su primer libro porque leyeron de aquellas conclusiones que ya no serían necesarios nunca para el placer sexual de la mujer, con este segundo ensayo se vieron acorralados y sacaron su peor artillería. Salieron entonces a la luz las fotos de Hite para Playboy o Oui. Sesiones que ella había protagonizado encantada, como tantas otras con más ropa durante sus años de estudiante en Columbia. Arruinada, malviviendo en un cuchitril, desencantada con la universidad, empezó a compatibilizar los estudios en Historia con trabajo de modelo para revistas, catálogos e ilustradores (fue modelo de los carteles sesenteros de James Bond). Trabajos que, en general, le gustaban con excepciones sonadas que la condujeron al activismo feminista, como el anuncio para las máquinas de escribir Olivetti. Si su aspecto y estilo llamativos, atractivos, muy femeninos siempre habían sido otra excusa para criticarla como intelectual, investigadora o escritora, aquellas fotos alimentaron aún más ataques personales contra ella.

Las críticas acabaron con la dureza y confianza de Shere Hite. Entró en una espiral depresiva e indignada por la que protagonizó unas últimas entrevistas incómodas en televisión y acabó huyendo del país, desapareciendo. Sus textos dejaron de publicarse en EE UU, ya no se hablaba de ella. Estaba arruinada. Se mudó a Alemania primero con su marido, después a Londres, donde murió. La película se construye con entrevistas a amigas y editores de Hite, con la lectura de sus interesantes memorias y diarios y con las numerosas fotos y entrevistas que protagonizó a lo largo de dos décadas. Sus palabras, su manera natural de hablar de sexo y sexualidad femenina incluso en prime time aún resultaría chocante hoy. Quizá más. Ella estuvo a punto de cambiarlo todo y pagó un precio carísimo: el olvido que esta película intenta frenar.

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