_
_
_
_

Guapa, pero loca: el peligroso arquetipo que perpetúa la nueva versión de ‘Atracción Fatal’

La mini serie de Paramount + fracasa a la hora de redefinir a sus personajes desde la sensibilidad actual y sigue ahondando en la dañina figura de la bunny boiler, una mujer despechada que acosa y que la ficción ha empleado como arma para salvaguardar los valores familiares tradicionales.

Una imagen del remake de 'Atraccion fatal'.
Una imagen del remake de 'Atraccion fatal'.Michael Moriatis/Paramount+ - © Paramount+ 2023

Inmersos en la cultura del confort, que se empeña en hacer de los remakes una mina de contenido que funciona como el triptófano cultural con el que abrazar el escapismo sin riesgos, el anuncio de una nueva versión de Atracción Fatal en formato miniserie parecía destinada a ofrecer a la polémica película un nuevo prisma al ser su directora Alexandra Cunningham, que ejerce también de guionista showrunner y productora ejecutiva. Muchos creyeron que al ser una mujer, se encargaría de solucionar la misoginia que prima en la cinta original, pero para sorpresa de muchos espectadores la miniserie reproduce las máximas de la película de Adrian Lyne: la pareja prevalece al expulsar a terceras personas en un abrazo a los valores familiares más tradicionales.

El contexto en el que se estrenó la versión original sirve para entender el storytelling de antaño, pues como señala Susan Faludi  en Reacción: La Guerra No Declarada Contra la Mujer Moderna, “Hollywood reforzó la tesis de que las mujeres americanas estaban infelices porque eran demasiado libres, y esa liberación les había despojado del matrimonio y de la maternidad”.  María Castejón, autora de Rebeldes y Peligrosas, señala que Glenn Close interpreta a una mujer independiente, sin ataduras, soltera y que triunfa en su trabajo, y recuerda cómo Faludi explica que todos estos relatos los tenemos que entender en clave de reacción a la segunda ola del feminismo, cuando se quiere meter a las mujeres en camino. “En los años 80 se mantenía el modelo dicotómico de ser o la superesposa amantísima que ha dejado su carrera, o el reflejo del personaje al que da vida Close. No es raro que el remake surja ahora, porque aunque ya no nos van a mandar a casa, pues vivimos inmersos en un capitalismo feroz, si trabajamos en puestos donde no amenazamos y nuestro sueldo es algo anecdótico, pueden seguir construyendo películas así para que el mensaje siga calando”, asegura.

La figura de la bunny boiler

La película dio lugar al término bunny boiler, que como asegura Castejón, pese a no tener análogo castellano, bien podría ser definido como “una fusión entre la loca del coño y la mujer fatal”. El nombre se debe a que el personaje de Alex se venga de Dan, que no quiere estar con ella, y tras haber tenido una tórrida aventura, hierve en una olla al conejo de su hija. Así nace un peligroso arquetipo al que en la actualidad todavía muchos se agarran: el de la mujer cute but psycho, la famosa exnovia loca a la que tanto se ha eludido para externalizar la responsabilidad y justificar, normalizar y trasladar a la víctima la responsabilidad de un comportamiento nocivo.

¿Cómo es posible, entonces, que en un momento en el que los remakes se suceden ajustándose a la sensibilidad actual, este arquetipo se haya mantenido en esta versión, en la que participan Joshua Jackson y Lizzy Caplan? “Lo preocupante es que en la ficción se mantienen muchos arquetipos y este, para mí, no es más perverso que otros tantos, como el de la fea, pero inteligente a la que le quitan los brackets y se convierte en un bellezón. En Atracción Fatal se patologiza a las mujeres, que es algo recurrente tanto en el cine como en la ficción televisiva, como es el caso de la serie Mare of Easttown. Sí, son personajes interesantes, pero tienen que tener algún trauma detrás, porque parece que sin traumas y sin problemas de salud mental, el personaje no funciona”, señala Sonia Herrera Sánchez , Dra. en Comunicación Audiovisual y especialista en cine y estudios feministas.

“Ese mix de la mujer buenorra y loca es y era un chiste machista creado por los internautas. El vídeo de YouTube original que dio vida a esta figura comenzaba asegurando que las mujeres son por naturaleza ardientes y psicóticas, por lo que el verdadero reto de los hombres no era otro que encontrar a una mujer que estuviera lo suficientemente buena como para acostarse con ella sin que estuviera tan loca como para “terminar en prisión”. Hay incluso un cierto guiño a matar o hacer daño a esa mujer, porque es insufrible”, escribe la Dra Jessica Taylor en Sexy but psycho. De hecho, en las proyecciones de Atracción Fatal, muchas crónicas de la época retrataban como los asistentes gritaban a la pantalla “¡Acaba con ella!”. “La teoría básica es que los hombres quieren a una mujer que esté buena (por lo que estará por supuesto loca), pero no tanto como para que no puedas salir con ella o pasar por el altar”, dice Taylor en su libro.

La figura de la bunny boiler sirvió para que en los 90 se retratara a los hombres como a las víctimas de las mujeres, y no hizo falta recurrir a la ficción para construir y reforzar este arquetipo: el caso de Monica Lewinsky fue un gran ejemplo. Glenn Close ha manifestado siempre su malestar por haber dado vida a una figura tan dañina para el imaginario cultural. Antes de interpretar el papel, se puso en contacto con diversos psicólogos para dotar de veracidad a su personaje, al que ella veía como una mujer merecedora de empatía. Bien sabemos que el resultado final no fue así, pues Michael Douglas se negó a interpretar a “un personaje débil”, por lo que cada vez que el guion fue reescrito, el personaje de Dan se volvió más atractivo y empático, mientras que el de Alex iba tornándose perverso e incluso repulsivo. No olvidemos que en esa época Douglas no dudó en asegurar estar harto de las feministas y de sus “exigencias carentes de razón”. “En la película, el personaje de Alex tiene una casa en Nueva York al lado de una carnicería, y en las escasas secuencias en las que baja a su puerta, aparecen un par de hombres como una vaca al hombro. ¡No puede ser un retrato más deshumanizado! Así se envía el mensaje de que esa mujer independiente que le dice a Douglas que tiene que responsabilizarse por haber tenido una aventura está loca. Es imposible que te caiga bien el personaje”, señala María Castejón.

Como explica en The New York Times Patrick J. Kennedy, una de las voces más importantes en el campo de la salud mental y la adicción, el personaje de Alex contribuyó a la estigmatización de la salud mental. Glenn aclaró en esa charla que ninguno de los psicólogos consultados consideró que el personaje tuviera algún problema mental. “Dieron por hecho que tenía que haber sido abusada por algún familiar cuando era una niña, algo que, por descontado, sí puede conducir a un desorden mental”, explicaba la actriz. Sonia Herrera Sánchez añade que, de hecho, no se ha ahondado tanto este tipo de problemas de salud mental cuando se retrata a los personajes masculinos, a los que se vincula más con cierto alcoholismo. “El trauma de las mujeres no suele relacionarse con el consumo, sino con la depresión, la ansiedad y en este caso, con el arquetipo de la loca, que tiene sus características particulares”, asegura.

Para finalizar, la figura de la bunny boiler que responde al mensaje que se ha convertido en un imán de ventas, el de cute but psycho, sigue infiltrándose en nuestro día a día e incluso en nuestro armario, pues no son pocas las marcas que apuestan por este mensaje como comodín de ventas en sus camisetas. “Es algo preocupante y peligroso, porque no hay una alfabetización digital y audiovisual de las nuevas generaciones, por lo que no sé cómo lo pueden descifrar. Es curioso que se asocie además este mensaje con personajes cuya sexualidad se potencia, porque seguimos una tarea importante con el sexo incluso desde dentro del feminismo”, dice Castejón. Por su parte, Sonia Herrera Sánchez considera que siempre hay cierto riesgo cuando algo se vuelve pop, pues se tiende a banalizar. “Todo depende de cómo nos reapropiemos políticamente de eso. Si nos ponemos una camiseta que reza cute but psycho y nos sirve para hablar de la presión estética, porque al parecer si eres bella, tienes que tener algún defecto, o si sirve para desestigmatizar la salud mental, entonces sí puede ser una herramienta interesante según cómo lo usemos”, matiza.

El renacer de Atracción Fatal no solo ha sido una oportunidad fallida de arreglar los errores del pasado, sino que trae consigo una realidad aún más preocupante: la de que si la ficción siempre termina por ser un reflejo del momento en el que se produce, no es casualidad que ahora que la misoginia saca de nuevo pecho, el arquetipo de la bunny boiler regrese sin pudor alguno.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_