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Sabrina Carpenter, la reina indiscutible del verano, lleva 14 años sin vacaciones

La cantante de 25 años y 1,50 de altura se ha convertido en un fenómeno con dos sencillos que baten récords. Pese a su estatus de gran revelación musical del año, no hay nada de espontáneo en un éxito construido sobre una disciplina marcial desde que era una niña

Sabrina Carpenter
Sabrina Carpenter durante un concierto en Nueva York el pasado mes de junio.Astrida Valigorsky (Getty Images)

Que sea mona. Que sea inteligente. Que tenga la templanza de un actor veterano y la energía de una atleta profesional. Y, por encima de todo, que no pose semidesnuda en una revista de tirada nacional antes de cumplir la mayoría de edad. Estos eran algunos de los requisitos indispensables para aspirar a sustituir a Miley Cyrus como gran reina del mundo Disney, una vez que la encargada de dar vida a Hannah Montana se decidió a desligarse de su icónico personaje a golpe de escándalo. La multinacional organizó hasta una búsqueda multitudinaria por todo Estados Unidos para encontrar aspirantes dispuestas a replicar la fórmula de éxito. Entre las miles de candidatas del The Next Miley Cyrus Project –así se llamó el concurso–, quedó tercera una niña de apenas diez años llamada Sabrina, tan fanática de la autora de Party in the USA que incluso descubrió su vocación artística tras ver el primer episodio de Hannah Montana. Sabrina no ganó, pero los cazatalentos de Disney no ignoraron sus inusitadas ganas de triunfar y la ficharon para su discográfica Hollywood Records, la misma que convirtió en estrellas adolescentes a Hilary Duff, Selena Gomez, Demi Lovato, los Jonas Brothers o la propia Cyrus. No estaban equivocados. 15 años después, Sabrina Carpenter es mucho más que la próxima Hannah Montana: es la gran estrella pop del momento.

Solo hay una artista que ha conseguido destronar a esta cantante natural de Pensilvania del primer puesto global en las listas de Spotify en lo que llevamos de verano: ella misma. “Esta zorra…”, escribió en un sarcástico y viralísimo tuit –con más de un millón de ‘Me gustas’– la propia Carpenter para hacerse eco de que la primera canción que conseguía arrebatar el puesto entre lo más escuchado a su sencillo Espresso –la más canción más reproducida en un solo mes en la historia de Spotify– era su segundo single, Please Please Please. Es la primera mujer de la historia que consigue ocupar dos de las primeras tres posiciones de la lista Billboard de manera simultánea. Antes, para situar el tamaño de la hazaña, solo lo hicieron The Beatles con I Want To Hold Your Hand y She Loves You compartiendo éxito en febrero de 1964. A pesar de que para gran parte del público internacional es una recién llegada, una revelación del panorama musical, lo cierto es que Carpenter lanzará este agosto el sexto disco de su larga carrera, Short n’ Sweet, que promete arrasar en ventas y afianzar su trono en lo más alto de la industria musical.

Si en algo destaca la carrera de la joven de 25 años es en la precocidad, la disciplina y las expectativas que se ha puesto en su formación desde antes incluso de que esta tuviera edad para cursar la ESO. El éxito de Sabrina, la más pequeña de cuatro hermanas, fue siempre la ambición de un proyecto familiar liderado por sus padres, Elizabeth y David, que cuando ella apenas tenía 10 años instalaron un estudio de grabación en el hogar familiar para que pudiera subir a internet sus versiones de artistas como Ariana Grande o Taylor Swift. Hoy, las tres hermanas mayores –Cayla, Shannon y Sarah– también se dedican al mundo del entretenimiento y colaboran en la carrera de Sabrina. La vena artística está en la sangre: su tía, Nancy Cartwright, es la dobladora de Bart en la versión original de Los Simpson.

Pese a las acusaciones de explotación infantil, Carpenter siempre ha defendido que lo único que hacían sus padres era tratar de satisfacer sus deseos: “Cuando era más niña mucha gente asumía que mis padres trataban de cumplir sus sueños a través de mí y yo siempre les contestaba que solo dependía de mi ‘yo’ de 11 años”, confesó en Interview. Manifiesta que “comía, dormía y respiraba pensado solo en cantar”, sentada durante largas jornadas sola, ensayando frente al piano. Amy Colalella, la ganadora de aquel concurso para convertirse en la nueva Miley Cyrus, sostiene que el triunfo actual de Carpenter se debe a que “sus padres y ella no paraban de ir a audiciones”. Pero esta determinación por hacerse un nombre en la música no fue bien recibido por sus compañeros de colegio, que la acostaban sistemáticamente. “Me hacían bullying por cantar, así que me escolarizaron en casa cuando era pequeña. Suena muy dramático, pero me sentía más asegura aprendiendo de esta forma. Estaba matriculada en un colegio online y después comencé a trabajar muy pronto, así que pude salir de esos círculos tóxicos”.

Sabrina Carpenter durante su actuación en Coachella en abril de 2024.
Sabrina Carpenter durante su actuación en Coachella en abril de 2024.Arturo Holmes (Getty Images for Coachella)

Carpenter publicó cuatro discos bajo el amparo de la marca de Mickey Mouse –se independizó en 2022 en busca de mayor libertad creativa– para forjarse una base de fans que han crecido con ella y sobre la que se cimenta su éxito actual. De manera simultánea, y aunque no consiguió el predicamento de sus predecesoras, también desarrolló una carrera como chica Disney con series como Riley y el mundo (secuela de la mítica Yo y el mundo), apareció en varios dramas adolescentes y actualmente es una de las favoritas para dar vida a Rapunzel en la versión de acción real de Enredados. El precio que ha pagado desde 2009 para cumplir su destino de transformarse en diva del pop ha sido alto. “Suena un poco fuerte si digo que no he tenido ningún día libre en 14 años, pero la verdad es que estar de vacaciones completamente no”, añade, calificando “como bendición y a la vez maldición” la incapacidad de su cerebro para desconectar. “Incluso en mis momentos de tiempo libre siento como que siempre estoy visualizando algo en el futuro”.

El actor Barry Keoghan con su novia Sabrina Carpenter.
El actor Barry Keoghan con su novia Sabrina Carpenter.Dave Benett/VF24 (WireImage for Vanity Fair)

Bajita y dulce, como sostiene el título de su próximo álbum, ha sido precisamente esa capacidad para la autoconsciencia, para abrazar cualquier meme que se le pueda adjudicar, una de las claves de la conexión de Sabrina Carpenter con la Generación Z. Alejándose del halo de divismo e inalcanzabilidad que han potenciado históricamente otras estrellas del pop, ella abandera una campaña de marketing basada en el descaro y la campechanía, erigiéndose como gran princesa del pueblo digital gracias a su estética de muñeca Bratz (tops, pantalones de corte bajo y plataformas) y el contrapunto de letras tan crudas como, “Tener el corazón roto es una cosa, Mi ego es otra / Te lo ruego: No me avergüences, hijo de puta”. Una buena muestra de ello son las vallas de promoción que coparon hace unos días las exclusivas pantallas de la neoyorquina plaza de Times Square, exhibiendo tuits reales que bromean sobre la escasa estatura de la cantante. “Sabrina Carpenter me ha conquistado. No sé nada sobre ella, pero levantarse cada mañana midiendo 1,50m es un acto de valentía”, rezaba una. Otro ejemplo de ese espíritu efortless cool que tan bien domina: mientras esperaba el comienzo del desfile de Louis Vuitton en la pasada semana de la moda de París –también fue reclamada por Givenchy, Carolina Herrera o Schiaparelli–, Carpenter comenzó a jugar a la Nintendo DS frente a la mirada absorta de los fotógrafos.

Sabrina Carpenter como telonera de Taylor Swift en Río de Janeiro.
Sabrina Carpenter como telonera de Taylor Swift en Río de Janeiro.Buda Mendes/TAS23 (Getty Images for TAS Rights Mana)

Su omnipresencia es total. Fue la estrella de la retransmisión de la fiesta de Fin de Año en la televisión estadounidense, cabreó a la iglesia al grabar un vídeo provocativo en un templo de Brooklyn, cerró la temporada del programa Saturday Night Live, volvió loco al público del festival Coachella y protagonizó una de las últimas campañas de lencería de Skims, la marca de Kim Kardashian. Ofreció 80 conciertos en cuatro continentes en 2022 y en unos días comienza su nueva gira, también transoceánica. Hace unos meses la vimos desfilar por la alfombra roja de la gala Met y las fiestas post-Oscar de la mano de su pareja desde el pasado diciembre, el no menos ídolo generacional Barry Keoghan. El actor irlandés de 31 años, famoso por su trabajo en películas como Saltburn, también protagoniza el último videoclip de la cantante y no se ha separado de ella durante sus múltiples conciertos como telonera de Taylor Swift en su macrogira The Eras Tour, otra de sus mayores catapultas profesionales. Pese a su larga y curtida trayectoria, esto solo es el principio para Sabrina Carpenter.


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