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“Es más sensual, tiene más erótica”: por qué a una mujer heterosexual le puede gustar más el porno lésbico

Los expertos explican que el deseo sexual femenino es una reivindicación de la cuarta ola feminista, y esto ha hecho que se atenue el estigma sobre las fantasías de las mujeres

Por qué a una mujer heterosexual le puede gustar más el porno lésbico
Una mujer tumbada en la cama en ropa interior.Westend61 (Getty Images/Westend61)
Lucía Franco

Entre la realidad y la ficción media siempre un abismo. La distancia que va entre lo que cada uno en la soledad de las cuatro paredes de su habitación puede imaginar y lo que luego esa misma persona decide hacer en su vida real es más larga de lo que puede parecer a simple vista. Y si no, que se lo pregunten a las mujeres heterosexuales, entendiendo el término como la atracción romántica y sexual entre personas de distinto sexo, que reconocen abiertamente sentir excitación cuando consumen porno en donde dos mujeres tienen sexo.

Lo que ocurre se explica desde la sexología, dice la docente en Escuela Sexológica, Norma Ageitos Urain, que afirma: “Nos hemos acostumbrado a pensar que las fantasías son esas cosas que queremos hacer en la realidad, pero no. Desde el estudio de la sexualidad se pone en valor la fantasía en sí, aquello a lo que nos lleva nuestra imaginación, pero esto no quiere decir que tenga que ser la planificación de un deseo”. Esta fantasía puede ser algo que por diversas cuestiones resulte satisfactorio para la persona, pero “no necesariamente tiene que llegar a la realidad”, explica Ageitos, y pone un ejemplo: “Lo podemos llevar a otros ámbitos del cine. Nos puede gustar mucho ver películas, pero eso no quiere decir que queramos experimentar lo que vemos: solo que nos gusta por lo que nos hace sentir”.

Las razones por las que a una mujer heterosexual le pueda gustar más el porno lésbico son varias, según los expertos. La primera es que el porno solo de mujeres está centrado en el placer femenino. “Es más sensual, tiene más erótica, muchos más besos mojados sin prisa, mucha estimulación del clítoris, toques, caricias”. Ageitos aclara que es importante entender que “la imaginación o las películas pueden ser diferentes de la realidad, y esto no determina la orientación sexual”.

“Solamente es más una forma de estimular la imaginación, la excitación y el placer”, asegura la autora del libro Cómo provocar el placer femenino, Claudia Carvalho. Además, explica que una encuesta realizada por el sitio web Pornhub muestra que los vídeos de mujeres teniendo sexo con otras mujeres son los favoritos entre las propias mujeres.

Ageito recalca que otra de las razones por las que este tipo de contenido puede producir este estímulo es que “vinculamos la dulzura, la cercanía y la lentitud en las relaciones sexuales a un imaginario tradicionalmente que ha sido más asociado a las mujeres que a los hombres”.

Un estudio científico de la Universidad de Essex demostró que a una mujer heterosexual la imagen de un hombre atractivo, desnudo y sugerente la excita igual que una mujer en las mismas condiciones. A esta conclusión llegaron después de analizar las reacciones de 345 mujeres a las que proyectaron vídeos eróticos, femeninos y masculinos. Las mujeres heterosexuales respondían en ambos casos con la dilatación de las pupilas, una prueba suficiente para los investigadores de que les excitaba por igual. El estudio también demostró que las mujeres homosexuales solo se les dilataba la pupila con las imágenes femeninas.

Para Cecilia Bizzotto, socióloga y portavoz de JOYClub en España, es muy simple. “Las mujeres son más proclives a que les guste el porno lésbico porque su concordancia sexual, es decir, la correlación entre el cerebro y los genitales, es menor que la de los hombres por la educación sexual que han recibido”.

En esto coincide la psicóloga y sexóloga Ana Adán, que es codirectora de Tu Yo Psicólogos y explica que las mujeres necesitan menos genitales y más historia. “El porno lésbico, al ser menos agresivo y estar menos centrado en los genitales, puede hacer que las mujeres lo asocien más al placer. A las mujeres les excita más el contexto, y no tanto el protagonista del relato. El ambiente erótico nos hace sentir placer y deseo”.

Y aclara que una mujer que tiene fantasías con otra mujer no tiene por qué tenerse que replantear su sexualidad. “Esta concepción ha ido cambiando a lo largo del tiempo y ha quedado obsoleta. Las mujeres no nos definimos a través de lo que nos excita, no entra en conflicto con nuestra orientación”.

En el libro Mi jardín secreto: fantasías sexuales de mujeres se hace una recopilación de las fantasías de más de 150 mujeres a través de cartas, cintas y entrevistas personales en donde muchas de ellas contaban que fantaseaban con estar con otra mujer, pero esto no era algo que quisieran en su vida. “Nuestras fantasías se crean partir de la sociedad en donde vivimos y los estímulos a los que estamos expuestos”, asegura Adán y concluye: “Es un mito eso de que lo que fantaseas es lo que quieres llevarte a la realidad”.

Sobre la firma

Lucía Franco
Es periodista de la edición de El PAÍS en Colombia. Anteriormente colaboró en EL PAÍS Madrid y El Confidencial en España. Es licenciada en Comunicación Social por la Universidad Javeriana de Bogotá y máster de periodismo UAM-EL PAÍS. Ha recibido el Premio APM al Periodista Joven del Año 2021.
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