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El mito de Mustela como comodín de la cosmética: ¿tiene sentido utilizarla en la edad adulta?

Esta marca especializada en productos para bebés puede parecer el ‘Santo grial’ para todas aquellas con pieles delicadas, pero ¿realmente es aconsejable su uso en la piel adulta?

La Mustela es para muchas mujeres algo más que un producto imprescindible para bebés.
La Mustela es para muchas mujeres algo más que un producto imprescindible para bebés.Getty (Getty Images)

La piel de bebé es quizá la mejor comparación que podemos utilizar para hacer referencia a una dermis sana, cuidada y perfecta. Porque, de hecho, así es. Los bebés están más que surtidos de colágeno, elastina y todo aquello que empieza a fallar a partir de cierta edad. Pero, también es una piel extremadamente delicada a la que no se puede aplicar cualquier producto. La suma de todas estas certezas, conocidas incluso por las que no son madres, hace que sean muchas las mujeres que perciban las cremas para bebé como el ‘Santo Grial’ de la cosmética. Por fuerza han de ser seguras, pues todos los productos para bebé pasan por estrictos controles -por otra parte, como cualquier producto cosmético fiable- y sus fórmulas suelen estar conformadas por ingredientes naturales, así pues ¿podemos afirmar que la crema Mustela se puede usar como un desmaquillante perfecto para la piel adulta?

Ana Puelles, esteticista, especialista en dermocosmética y directora del centro Lostao en Barcelona lo pone en duda:  “la piel del bebé no está maquillada, de modo que esos productos no contienen en sus fórmulas ingredientes capaces de remover el maquillaje que a veces son incluso resistentes al agua, como pueden ser máscaras de pestañas o barras de labios”, opina, “en todo caso, podríamos utilizarlos sobre la piel limpia, es decir, o por la mañana o después de haber desmaquillado nuestra piel previamente”. Además, esta experta considera que la piel del bebé no está expuesta de la misma manera en la que lo estamos los adultos a factores externos perjudiciales o con una contaminación mayor: “nosotros nos tocamos constantemente el rostro con las manos sucias, ya sea de los papeles de la oficina, o porque estamos en ambientes de trabajo mucho más comprometidos como fábricas, hospitales o espacios cerrados donde a lo mejor podemos estar cerca de personas que fuman. Todo este tipo de circunstancias, como norma general, en un bebé las evitamos”.

Recientemente, Mustela ha lanzado un agua micelar certificada Bio para toda la familia y que, según asegura, “es adecuada para desmaquillar, incluso los ojos”. Este tipo de producto sí sería eficaz para la piel adulta, opina Belén Acero, especialista en dermofarmacia y nutrición, farmacéutica y titular de la Farmacia Avenida de América.

Lo que no recomendaría esta farmacéutica son las toallitas de limpieza, por mucho que éstas sean para bebés: “Por un lado, estas toallitas limpiadoras suelen tener tensioactivos que se quedarían en nuestra piel, pudiendo producir irritaciones, además de que la limpieza que realizan no es ni mucho menos tan respetuosa como la que se pueda hacer con un gel o leche limpiadora facial, con tensioactivos suaves, que no ‘barren’ los lípidos naturales de nuestra piel. Además, la fricción elevada que producimos sobre nuestro rostro puede alterar también la barrera cutánea, lo cual es especialmente problemático en pieles con alguna patología tipo acné, rosácea o dermatitis, pero al fin y al cabo nada recomendable tampoco en piel sana”, afirma.

Ambas expertas coinciden en que, si lo que se buscan son productos naturales, respetuosos con la piel o aptas para las que padecen de sensibilidad o dermatitis, existen en el mercado multitud de opciones formuladas para cubrir las necesidades de la piel adulta. “Al final la piel del bebé es muy distinta de la del adulto”, puntualiza Belén Acero, “su epidermis es más fina, tiene más probabilidad de enrojecerse, ya que tiene más reactividad vascular; aún no ha desarrollado un microbioma con defensas iguales que las del adulto y pierde y absorbe agua más rápidamente. No es que sea malo utilizarlos, pero tiene más sentido utilizar productos específicos para adultos que estén formulados para pieles sensibles o para determinadas patologías de la piel”. Ana Puelles añade otro dato y es que la piel de los bebés, en general y siempre que hablamos de pieles sanas, es una piel eudérmica, “es decir, que sus niveles de hidratación y de grasa están perfectamente equilibrados, y este factor es bastante más complicado de encontrar cuando hablamos de una mujer o un hombre adultos. Así que no veo justificación alguna en utilizar este tipo de productos”.

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