El efecto arrastre de Sheinbaum, clave en la reconquista de Ciudad de México por parte de Morena

La gran sorpresa de las elecciones de 2021 fue el avance de la oposición en Ciudad de México que dejó una capital partida en dos. Al oriente, pintado de guinda y gobernado por Morena; al poniente, de color azul y en manos del PRI - PAN - PRD. Tres años después la historia es completamente distinta: Morena ha vencido en 11 de 16 alcaldías y ha recuperado el terreno en disputa. El partido oficialista se ha llevado, además, la Jefatura de Gobierno por un amplio margen y la mayoría de diputados en el Congreso local.

El efecto arrastre de Claudia Sheinbaum en las presidenciales, la capacidad de movilización de Morena en las alcaldías, la apuesta fallida de la oposición por centrarse en la Seguridad Pública o el voto masivo de jóvenes y adultos mayores son algunas de las razones que dan los expertos tras los resultados. Ciudad de México siempre fue un territorio que el partido gobernante y, sobre todo, la próxima presidenta, no querían dejar escapar. “La elección de Ciudad de México no se explicaría del todo sin el efecto que tuvo la elección presidencial”, dice Reynaldo Ortega, profesor de Estudios Internacionales del Colegio de México.

Claudia Sheinbaum barrió el pasado 2 de junio con el 59% de los votos. Su compañera, Clara Brugada, se llevó el 48% en la capital. “Sin duda la figura de Sheinbaum ha influido en el resultado de las alcaldías. La mayor parte del electorado tiende a votar en bloques, es decir, generalmente votan por los candidatos del partido que opta a la presidencia”, apunta Ortega. El experto también considera que las largas campañas y los procesos internos del partido favorecieron a que ambas candidatas fueran más populares que sus competidores.

Morena ha recuperado en estas elecciones las alcaldías de Tlalpan, Azcapotzalco, Álvaro Obregón y la Magdalena Contreras que se suman a Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza, Iztacalco, Iztapalapa, Tláhuac, Milpa Alta y Xochimilco, dándole un control máximo. “Significa controlar la ciudad más importante del país en términos políticos, culturales y económicos”, señala Karolina Gilas, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. En este recuento ha perdido, sin embargo, algunas de las demarcaciones que concentran el mayor poder adquisitivo: Miguel Hidalgo, Cuauhtémoc, Benito Juárez y Cuajimalpa. Un particular fracaso dejar escapar Cuauhtémoc, fiel a la izquierda hasta hace unos años.

“Triunfar en la Ciudad de México le debe dar una paz tremenda y supone tener una presidencia con la mitad de problemas que los que iba a tener si la oposición controlaba la capital”, agrega Carlos Pérez Ricart, profesor del CIDE. “En Morena entendieron que no era un escenario favorable que la oposición ganara la capital y decidieron jalar parejo, aún y cuando Clara Brugada no estuvo en los planes iniciales de Sheinbaum para la ciudad”, agrega Gilas. Pérez Ricart agrega la importancia de controlar a la Fiscalía de la capital gracias a la mayoría. “Esa fiscalía podía ser el único reducto donde desde la Ciudad de México la oposición podía golpear al gobierno federal”, explica.

Los expertos coinciden en que el interés de ganar Ciudad de México, la joya de la corona en la que nació Morena, se tradujo en una implicación especial de la candidata en la campaña, “con muchas visitas y mucha presencia”, señala Gilas.

Tlalpan, los orígenes de Sheinbaum

Entre las prioridades siempre estuvo recuperar Tlalpan, por ejemplo, bastión de la izquierda y el lugar en el que Sheinbaum se inició en la política. “Morena ha estado trabajando mucho en el territorio y tuvieron un operativo muy fuerte de movilización del voto insistiendo para que la gente fuera a votar”, apunta Gilas. “Sheinbaum confió mucho en las bases que tiene Morena en Ciudad de México que son muy fuertes y en el trabajo político que han hecho los servidores de la nación”, dice Ortega. Algo que ha podido verse tras la victoria de Gabriela Osorio en Tlalpan, uno de los cuadros más cercanos a Sheinbaum en la capital.

Otra de las claves del éxito de Morena en las alcaldías está en el perfil de los votantes. Muchos jóvenes y adultos mayores optaron por el partido oficialista. “Hay claramente una identificación con el programa de pensiones universales para adultos mayores y la promesa de ampliarlo. Otro grupo importante en términos comparativos fueron los jóvenes a quienes la coalición gobernante prometió que se ampliarían las oportunidades de acceso a la educación media y superior, en un país en el que el 30% de los que terminan secundaria no tienen acceso al Bachillerato”, dice el especialista del Colmex.

Tampoco pasa por alto la elevada cantidad de recursos que se destinaron a las campañas. Como por ejemplo en la alcaldía Álvaro Obregón, quién regresó a manos de Morena con Javier López Casarín al frente, después de que lo perdieran por la desastrosa gestión de Layda Sansores, actual gobernadora de Campeche. “Fue una campaña muy impresionante en términos de espectaculares, reuniones, movilización de las bases”, señala Ortega. “El caso de Álvaro Obregón es una victoria que tiene nombre y apellidos: Marcelo Ebrard. Lo ganó una persona de su grupo político y claramente echaron toda la carne en el asador”, comenta Pérez Ricart.

El fracaso de perder la Cuauhtémoc

Por el contrario, llama la atención el fracaso que representó perder la alcaldía Cuauhtémoc. “Es un universo complejo, porque es una delegación con uno de los mayores niveles de ingreso y donde también hay unos grupos de interés muy fuertes que tienen que ver con los vendedores ambulantes y grupos delictivos que ayudan a movilizar el voto”, dice el profesor del Colmex. Morena ha anunciado que impugnará los resultados de algunas casillas en Cuauhtémoc. A la alcaldía aspiraban Alessandra Rojo de la Vega, de la coalición PRI - PAN - PRD, contra Caty Monreal, del partido oficialista e hija del senador y líder histórico Ricardo Monreal. Los malos resultados en la Cuauhtémoc podrían acarrear consecuencias para Monreal padre. “Creo que es un golpe a sus aspiraciones para dirigir la bancada de Morena en la Cámara de Diputados”, comenta Pérez Ricart.

Los analistas consideran que es importante detenerse en el papel que jugó la oposición en la campaña. Ortega considera que uno de los errores de la alianza de Santiago Taboada fue insistir en la inseguridad como uno de los pilares de la campaña “cuando en Ciudad de México eso no es un problema tan grande como en Guanajuato o Michoacán”, asegura. Gilas considera que la vinculación del candidato con el llamado “cartel inmobiliario” tampoco ayudó. “Todas las vinculaciones de Taboada con el cártel inmobiliario, aunque él no está acusado, le pasaron factura, sumado al desprestigio del PRI en la CDMX y que el PRD perdió mucha fuerza”, señala.

Gilas explica que a Taboada le pasó factura representar la postura más conservadora, “Ciudad de México es la entidad más progresista del país y había cierta preocupación de que pasaría con los derechos y ciertas conquistas como el aborto y el matrimonio igualitario”. Ambos expertos coinciden en que la “pobreza programática” de la coalición jugó en contra y Movimiento Ciudadano acaparó más la atención con sus propuestas. “Tenía un programa más sofisticado que justamente le hablaba al electorado más universitario y educado. Entonces yo creo que eso sin duda también influyó en que la oposición fuera dividida”, subraya Ortega.

Días después de la resaca electoral y tras el recuento oficial de las boletas, Morena sale victoriosa en la capital y deja atrás los malos resultados de 2021. A partir de ahora, el partido tendrá como reto resolver las tensiones internas y tratar de que la próxima legislatura sea lo más idílica posible.

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