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El programa Gas Bienestar concluye su prueba piloto entre las incógnitas sobre su futuro

Los expertos advierten de que la crisis de precios del gas LP, derivada del mercado internacional, no se solucionará con la iniciativa del Gobierno de López Obrador

Micaela Varela
Un trabajador de Gas Bienestar carga un cilindro durante las pruebas piloto en la alcaldía Iztapalapa, en Ciudad de México.
Un trabajador de Gas Bienestar carga un cilindro durante las pruebas piloto en la alcaldía Iztapalapa, en Ciudad de México.Daniel Augusto (CUARTOSCURO)

El drástico aumento del precio del gas licuado de petróleo (gas LP), un combustible del que dependen la mayoría de familias mexicanas, ha puesto en jaque al Gobierno. En un intento por suavizar el impacto en los bolsillos de los consumidores, el presidente, Andrés Manuel López Obrador, anunció la creación de una empresa llamada Gas Bienestar para distribuir gas a un coste más asequible para la economía doméstica. Su prueba piloto para la producción, envasado y transporte por la alcaldía Iztapalapa ha concluido este martes con la venta de casi 10.000 cilindros. Ahora, el plan estratégico de las autoridades es extrapolarlo al resto de las colonias de la capital antes de catapultarlo a nivel nacional. Sin embargo, los expertos advierten de que el precio de gas —que depende del mercado internacional— seguirá subiendo, poniendo en riesgo la viabilidad del proyecto a largo plazo y creando más deuda para Pemex, la petrolera nacional de la que depende.

Una de las principales promesas de López Obrador ha sido mantener el incremento del costo de los energéticos por debajo de la inflación. Sin embargo, un combustible se ha escapado de su estrategia: el gas LP. El pasado julio, la recuperación económica de México y su principal socio comercial, EE UU, impulsó la inflación anual un 5,75%. La canasta básica se encareció y el precio del gas doméstico se disparó un 34% en el 79% de los hogares en México que utiliza el gas LP para cocinar o calentar la vivienda. A finales de julio, los 20 kilos de gas para subsistir entre uno y dos meses tenían un precio de 540 pesos.

La primera medida para salvar de alguna forma el compromiso con los consumidores fue imponer topes a los precios máximos al gas LP. Este recurso desesperado alivió la presión en los bolsillos de las familias, que pudieron empezar a comprar 20 kilos del mismo gas por 447 pesos. Sin embargo, las empresas distribuidoras convocaron un paro de cientos de repartidores que dejó sin combustible a varias zonas del valle de México. Alegaban que la reducción del precio salía de sus salarios, el recorte en número de transporte, y la rebaja de nuevas contrataciones.

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Mientras el Gobierno llegaba a un acuerdo con la asociación de gaseros y apagaba el primer incendio, la estrategia continuó para crear una nueva empresa filial de la petrolera estatal que cobrase un “margen pequeño para los costos de operación”. En ese momento, López Obrador aseguró que la crisis de precios se debía a la monopolización del mercado. “Hay cinco empresas grandes que distribuyen casi el 50% del gas LP y se están quedando con márgenes de utilidad muy amplios. Pemex les vende a un precio y ellos venden al consumidor a un precio muy elevado”, declaró al anunciar la empresa Gas Bienestar, la cual se creó en apenas 50 días para aliviar la presión de la demanda.

Después de tres días hábiles de prueba piloto, el Gobierno ha celebrado este martes el inicio de las operaciones de Gas Bienestar. Durante su primera fase, Pemex logró vender en los barrios más desfavorecidos de Iztapalapa el 98% de los primeros cilindros de Gas Bienestar a 400 pesos por 20 kilos de combustible. Ahora, el objetivo será llegar a 1,2 millones de viviendas en todas las alcaldías de Ciudad de México para enero de 2022. Y más tarde, saltar al plano nacional.

El consultor Paul Alejandro Sánchez ve con escepticismo esta meta bajo la estrategia actual por el precio artificial del combustible. “Aunque estén bajo la media, no son los más baratos de Iztapalapa. Hay proveedores que entregan más barato por kilo en la misma zona”, asegura. El Gobierno ha defendido de que, además del precio, la principal diferencia de su gas es la calidad, ya que puede rendir por más tiempo gracias a la entrega de cilindros nuevos, sin fugas.

Gas LP gas del bienestar
Gas Bienestar reparte cilindros a bajos precios con la promesa de mayor calidad para hacer frente a la crisis de precios del gas LP.Daniel Augusto (CUARTOSCURO)

Pese a rebaja en el precio, las redes sociales se llenaron de críticas bajo el hashtag #GasBienestar. Los precios impresos en los camiones de reparto fueron más altos de lo esperado. La analista Rosanety Barrios, exfuncionaria de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y de la Secretaría de Energía, apunta a la falta de infraestructura de Pemex, la petrolera más endeudada del mundo con más de 110.000 millones de dólares en deuda, el equivalente a casi el 10% del producto interno bruto del país que la está financiando. “Se creó una expectativa de menor precio, pero significaba un subsidio y la empresa más endeudada de México debía de hacerse cargo. No daban los números”, explica la analista. “Pemex no puede cargar con ese hoyo, no pueden seguir golpeándolo y debilitándolo porque afecta a todas las finanzas públicas y de manera natural por la misma razón no tiene el alcance suficiente. Queda claro que a efectos políticos ya no queda dinero”, señala.

Sánchez plantea además la incógnita de quién asumirá la rebaja en el precio del producto. “El gasto en empleo, en cilindros, en infraestructura, transporte, es tal que no creo que lo estén trasladando al precio real del gas distribuido. Habrá pérdidas y en algún momento tendríamos que pagarlo”, sentencia. En paralelo, Pemex no tiene cadenas de distribución o transporte para hacer frente a esta demanda y es imposible que compita con las empresas privadas. “Tendría que invertir mucho para bajar los precios y sería el gas LP más caro del país. No es rentable”, agrega el consultor.

Barrios apunta que esta es la principal razón del tibio arranque del proyecto en apenas unos barrios. “Por los tiempos y la situación financiera de Pemex, no se puede montar este proyecto en unas semanas. La única manera era aprovechando la infraestructura de privados, lo que ya existe”, incide. “Lo sabemos por las fotografías y los videos: son unas instalaciones chiquititas, unos cuantos camiones, unos cuantos cilindros, y no se tiene más. Por definición, eso solo sirve para unas cuantas fotos”, agrega sobre el trasfondo político de la nueva empresa, al igual que Sánchez. “Esto no es un proyecto de logística. Ni siquiera tiene el alcance delegacional, ya ni te imagines a nivel ciudad o nacional”, concluye Barrios.

Ambos especialistas concluyen que si el precio del combustible sigue subiendo en el mercado internacional, la presión sobre Gas Bienestar será insostenible. “Las empresas [Pemex y Gas Bienestar] podrían quebrar y habría desabasto. El problema de los precios es tan grave que requiere de una solución de muy largo alcance. La solución pasa por salir poco a poco de la dependencia del gas LP en los hogares”, apunta Barrios. La inversión en energías renovables así como incentivos para la compra de placas solares es una de las soluciones a futuro que plantea la analista. Por su lado, Sánchez apuesta por subsidios para ayudar a las familias a comprar combustibles.

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Sobre la firma

Micaela Varela
Es periodista de EL PAÍS en Ciudad de México. Nacida en Argentina y criada en Valencia, España. Graduada en la carrera de Periodismo en la Universitat Jaume I y máster de Periodismo en EL PAÍS. Trabaja en la mesa digital de América y escribe sobre derechos humanos, sociedad y cultura.

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