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Marruecos compra un satélite espía a Israel en plena ola de protestas contra la guerra en Gaza

Un exministro de Defensa israelí ha viajado en secreto a Rabat para la firma del contrato por más de 900 millones de euros

Protesta en solidaridad con los palestinos de Gaza
Protesta en solidaridad con los palestinos de Gaza, en Rabat, el 3 de julio.JALAL MORCHIDI (EFE)
Juan Carlos Sanz

El Gobierno de Marruecos ha firmado un contrato con la empresa estatal Industrias Aeroespaciales de Israel (IAI) para la compra de un satélite espía de nueva generación Ofek-13 por un importe de al menos 1.000 millones de dólares (unos 925 millones de euros), según han informado este miércoles medios israelíes y marroquíes, y de acuerdo con una comunicación del vendedor a la Bolsa de Tel Aviv. El diario de información económica israelí Calcalist revela que el presidente ejecutivo de IAI, el exministro de Defensa Amir Peretz, de origen marroquí, ha viajado en secreto a Rabat en los últimos días para rubricar el acuerdo, que implica la entrega en un plazo de cinco años del nuevo satélite de inteligencia. El anuncio de la venta de armamento se produce en medio de una ola de protestas populares contra la guerra en Gaza convocadas por organizaciones islamistas y de la izquierda marroquí, y que se han extendido a los campus universitarios, adonde los estudiantes fueron llamados a acudir a los exámenes portando la kufiya, el tradicional pañuelo palestino.

Tras la normalización de relaciones bilaterales en 2020, en el marco de los llamados Acuerdos de Abraham apadrinadnos por Estados Unidos entre el Estado judío y cinco países árabes, los gobiernos de Israel y Rabat firmaron en 2021 un acuerdo de cooperación militar y de seguridad sin precedentes en otras naciones musulmanas. A cambio de avalar el acercamiento entre sus dos aliados estratégicos en ambos extremos del Mediterráneo, Washington aceptó reconocer la soberanía de Marruecos sobre la antigua colonia española del Sáhara Occidental, un territorio aún pendiente de descolonización, según la ONU, para dar un espaldarazo a la posición diplomática de Rabat.

La última versión del satélite espía Ofek, que Israel estrenó con su puesta en órbita el pasado marzo, detecta mediante el sistema Opsat 300 personas y objetos con una resolución inferior a los 50 centímetros, frente a sus actuales satélites de observación de tipo Pléyades Mohamed VI A y Mohamed VI B, en servicio desde 2017 y 2018, respectivamente, construidos por los grupos franceses Thalis y Airbus por unos 500 millones de euros, y cuya máxima capacidad de detección se limita a algo menos de un metro. El Ofek-13 integra un sistema de seguimiento por radar desde tierra.

Un diplomático israelí destacado en Rabat ha sido citado por el portal digital Le 360, sin ser identificado, para asegurar que, “a pesar de la guerra contra Hamás, hay sectores como la gestión del agua y la agricultura, y la defensa en los que nunca se ha interrumpido la cooperación” bilateral. “La concertación sobre las amenazas globales, sean civiles o militares, no debe ser observada desde el ángulo de un conflicto, y obedece a la gestión de intereses compartidos”, precisó la misma fuente. La cotización de la empresa IAI en la Bolsa de Tel Aviv ha aumentado después de haber notificado, según informa el diario Calcalist, el hecho relevante “de la entrada en vigor de un contrato con una parte cuyo nombre no se ha divulgado”. Los servicios de seguridad israelíes revelaron a la prensa hebrea que el país aludido es Marruecos, y que también adquirió a IAI baterías del sistema avanzado de defensa antiaérea Barak 8 en un megacontrato de unos 500 millones de dólares que fue suscrito también por Amir Peretz.

Contradicción interna

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Marruecos está viviendo como una contradicción interna su alianza militar con Israel mientras más de 38.000 palestinos, en su mayoría civiles, han perdido la vida en la guerra en Gaza. La revelación en la prensa local de que un barco de guerra israelí hizo escala en el puerto de Tanger Med a comienzos de junio desató acusaciones “de participación en un genocidio” por parte del Frente Marroquí de Apoyo a Palestina y contra la Normalización [con el Estado judío], que agrupa a una veintena de partidos de izquierda, sindicatos y asociaciones y convoca periódicas protestas en decenas de ciudades. Esta organización lamentó entonces que las autoridades de Rabat hubiesen guardado silencio sobre el asunto, sin seguir el ejemplo del Gobierno español, el pasado mayo, de prohibir la escala en el puerto de Cartagena de un mercante con bandera danesa procedente de la India y cargado con 27 toneladas de explosivos con destino a Israel. El barco de guerra israelí apagó su transpondedor de geolocalización antes de arribar a Tanger Med.

Los estudiantes universitarios se han movilizado en Marruecos este año siguiendo la estela de las protestas en los campus estadounidenses y europeos contra la guerra en Gaza. Las concentraciones y manifestaciones han sido numerosas en los grandes centros de Rabat, Casablanca, o Tánger, pero también en nuevos campus de élite como la Politécnica Mohamed VI de Benguerir (sur), donde cursa estudios el príncipe heredero del trono, Mulay Hasán. Esta universidad mantiene acuerdos de colaboración con ocho centros israelíes, entre ellos la Universidad Hebrea de Jerusalén y el Technion de Haifa, que los alumnos exigen que sean cancelados en solidaridad con los palestinos de Gaza que sufren las consecuencias de nueve meses de guerra a gran escala.

Varios militantes islamistas han recibido ya condenas de cárcel por cuestionar en las redes sociales los lazos entre Marruecos y el Estado judío. En el último Barómetro Árabe de opinión, publicado en junio, se constata que el apoyo de los marroquíes a la normalización de relaciones con Israel ha caído hasta el 13%, desde el 31% registrado hace dos años. Un 54% de los consultados en el estudio define la guerra de Gaza como “masacre” o “genocidio”.

La diplomacia marroquí difunde periódicamente comunicados de condena a Israel por los ataques contra civiles en Gaza, en los que se reitera la posición oficial a favor de la solución de los dos Estados y se respaldan expresamente las propuestas de alto el fuego auspiciadas por el Consejo de Seguridad de la ONU y la Casa Blanca. El pasado verano, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, remitió una carta al rey en la que anunciaba el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el territorio del Sáhara Occidental, tras los pasos del expresidente Donald Trump en 2020.

El Gobierno marroquí aprobó el mes pasado en un Consejo de Ministros presidido por Mohamed VI la creación de dos zonas de industria militar que se centrarán en el desarrollo de inversiones vinculadas a la defensa y la seguridad, incluyendo la producción de armas y municiones. La compañía israelí Bluebird Aerosystems anunció el pasado 13 de abril la apertura de una fábrica de drones en Marruecos, que entrará en servicio en un futuro próximo, sin precisar su localización. Un informe del Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés) señala que entre 2019 y 2023 Israel fue el tercer mayor país exportador de armamento a Marruecos, tras Estados Unidos y Francia, con un 11% de sus importaciones militares.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.
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