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El ministro francés de Economía, fustigado por escribir una novela con párrafos eróticos en plena crisis por la reforma de las pensiones

Bruno Le Maire ha publicado ya 15 libros y se defiende asegurando que emplea su tiempo libre en la literatura como otros lo hacen en el senderismo

Bruno Le Maire
Bruno Le Maire, en su casa de París, el 27 de abril de 2023.JOEL SAGET (AFP)
Antonio Jiménez Barca (ENVIADO ESPECIAL)

Es el personaje de la semana. Está en todas partes. Bruno Le Maire, ministro de Economía y Finanzas del Gobierno de Emmanuel Macron, aparece en la última página de Libération del martes y en la entrevista matinal de la radio de France Info del miércoles; su nombre corre como la pólvora por las redes sociales y, por si fuera poco, si uno se acerca a la prestigiosa librería Gallimard, en el literario barrio de Saint-Germain-des-Prés, en el escaparate también está Le Maire, en la novela que acaba de publicar, titulada Fugue Américaine.

Para alcanzar tal grado de omnipresencia han tenido que darse varias circunstancias. Ahí van unas cuantas: el país sigue revuelto con la reforma de las pensiones, la inflación continúa disparada y la agencia de calificación Fitch decidió el viernes pasado rebajar la nota crediticia de Francia a un AA-. Ahí va otra, tal vez la decisiva: en la citada novela de Le Maire hay una página que reproduce un encuentro erótico entre el protagonista y una mujer cubana que linda casi con la pornografía y que ha suscitado entre los internautas franceses chistes, cachondeo variado, críticas literarias (casi todas adversas) y críticas en general.

Le Maire, de 53 años, ha sido siempre el ministro de Economía de Emmanuel Macron, elegido presidente de la República en 2017. Nacido en París y alumno de la prestigiosa École Nationale d’Administration (ENA), cuna de numerosos altos cargos franceses, el responsable de las finanzas del país no es un recién llegado a la literatura. Al contrario. Ha publicado, con Fugue Américaine, 15 libros, a un ritmo constante y ciertamente productivo. Sus escritores favoritos son Blaise Pascal, Marcel Proust, Franz Kafka, Thomas Bernhard o Philip Roth. Se confiesa adicto a los personajes que alimentan una dualidad, que son llevados por su propio carácter a extremos opuestos. También profesa afición a la música clásica desde adolescente. Es amigo, entre otros, de Michel Houllebecq, quien se ha inspirado en su figura de ministro para el personaje de Bruno en su última novela, Aniquilación.

En la citada página del diario Libération, Le Maire cuenta a la periodista Virginie Bloch-Lainé que le apasiona la literatura desde siempre y que le gusta ir a leer a los parques públicos donde, para pasar desapercibido, se pone una gorra. Inútilmente, añade, porque le reconocen igual.

Con todo, lo que ha disparado el meteórico interés por su obra ha sido la famosa página del encuentro erótico. En una traducción apresurada, el párrafo central de la escena dice así: “Tras la regla, durante dos o tres días, me excito como nunca, estoy empapada’, dijo ella. Se subió la camiseta gris para enseñar sus senos. ‘¿Ves cómo se han puesto de gordos, Óskar, ¿lo ves?’. Se la quitó completamente, dejando ver en el hueco de las axilas pequeños puntos rojos que parecían picaduras de mosquito. Me dio la espalda. Se tendió en la cama. Me mostró la protuberancia marrón de su ano. ‘¿Vienes, Óskar?”.

Críticas literarias

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En cuanto el párrafo llegó a internet, los comentarios se sucedieron. La lingüista Laélia Véron escribió en su cuenta de Twitter: “Ya he encontrado la utilidad social de Bruno Le Maire: quitarse para siempre el complejo de impostora si uno quiere lanzarse al mundo de la literatura. O convencerse de que, realmente, el nivel es bajo. No me extraña que la agencia Fitch nos haya bajado la calificación”.

El escritor Nicolas Mathieu, ganador del Premio Goncourt de 2018 con su novela Sus hijos después de ellos, ha hecho otro tipo de crítica, más hiriente: ha reescrito en su cuenta de Instagram el párrafo, dotándolo de mucho más ritmo, lirismo y profundidad, a fin de dejar en evidencia el estilo bastante más plano del ministro.

Otra crítica ha venido del diputado de la Francia Insumisa François Ruffin, quien se pregunta de dónde saca tiempo Le Maire para escribir tanto: “En una época en la que los franceses están preocupados con la inflación, ¿es normal que dedique un minuto o una hora a escribir novelas con contenido erótico?”.

Le Maire no es el único ministro escritor. Marlène Schiappa, que ha desempeñado varios cargos en el Gabinete de Emmanuel Macron y que actualmente es secretaria de Estado de Economía Social, ha redactado ya una decena de libros desde 2017. Casi dobla la productividad de Le Maire, que ha reducido su cosecha durante el mismo tiempo a cuatro. Hasta en un país tan literario como Francia esto llama la atención. Tanto que, en otoño de 2021, el propio Macron, según contaba Le Canard Enchainé, había llegado a comentar: “Los franceses van a terminar pensando que [estos ministros] pasan de todo y se dedican a escribir libros”.

Le Maire, en la citada entrevista radiofónica de este miércoles, habló de economía casi todo el tiempo. Entre otras cosas, les preguntó a los franceses que se oponen a la reforma de las pensiones cómo piensan pagarlas si no se aumenta la edad de la jubilación. Solo al final, a una pregunta de la entrevistadora, se refirió a la novela. Lamentó, sobre todo, que siempre le pregunten por el mismo dichoso párrafo ―“lea el libro entero”, recomendó a la entrevistadora― y luego se defendió: “Nadie me va a censurar”.

Días antes había manifestado que otras personas van a conciertos, a museos o a hacer senderismo en sus ratos de ocio. Y que a él lo que de verdad le apasiona, y lo que hace “los fines de semana y las vacaciones”, es escribir.

Por cierto: la periodista Bloch-Lainé, que también es crítica literaria, asegura en su artículo de Libération que Fugue Américaine es una “muy buena novela”.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca (ENVIADO ESPECIAL)
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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