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La actriz de ‘Smallville’ Allison Mack sale de prisión tras cumplir condena por reclutar esclavas sexuales para una secta

Tras considerarla “tanto una esclava como una jefa” de Nxivm, el juez ha liberado a la intérprete cuando han pasado dos tercios de su pena. Tendrá que pasar tres años más en libertad condicional

Allison Mack
La actriz Allison Mack, durante una vista en la corte de Brooklyn, en Nueva York, el 8 de abril de 2019.Mark Lennihan (AP)
María Porcel

No han sido tres años, como estaba previsto; ni tampoco 120, como les ha caído a sus máximos responsables, pero Allison Mack ha tenido que pasar por una “condena ejemplar”. Ahora, dos años después de entrar en una cárcel federal, la actriz acaba de salir de prisión. La intérprete, con poco más de una docena de títulos en su haber, pero conocida por haber interpretado a la mejor amiga de Superman durante más de 200 capítulos de la serie Smallville, fue condenada en junio de 2021 a tres años de cárcel por formar parte de la secta Nxivm (léase Nexium), cuyos máximos responsables fueron acusados de tráfico sexual, y ser ella considerada una “cómplice esencial” de la trama, sobre todo al reclutar mujeres.

Mack ha cumplido algo menos de dos tercios de su condena (se ha librado de 14 meses) y ya ha sido liberada del centro en el que permanecía, situado en la ciudad californiana de Dublin, al norte del Estado, cerca de San Francisco“, tal y como dio a conocer en exclusiva el Albany Times-Union, un diario con sede en esta localidad neoyorquina que fue donde se gestaron los turbios planes de esta secta. Aunque su condena fue menor que la del resto gracias a su cooperación con las autoridades, aun tendrá que cumplir otros tres años de libertad vigilada.

Mack fue detenida en abril de 2018, y se declaró culpable en las vistas celebradas en Nueva York en 2019, pero el jefe supremo responsable de toda la trama, Keith Raniere —que era conocido entre sus seguidores como Vanguardia— fue detenido en marzo de 2018 y condenado finalmente en 2019 a una pena de 120 años de cárcel. El caso de Mack, a caballo entre perpetradora y otra víctima más, se ha quedado en menos. Cuando fue condenada, hace tres años, el juez Nicholas Garaufis decidió aligerar su sentencia al considerarla “tanto una esclava como la jefa”. “Es difícil determinar una sentencia para quien perpetra el delito cuando es, a su vez, una víctima de sus cómplices”, explicaba Garaufis, añadiendo que, por otra parte, el castigo era necesario como “una disuasión necesaria”, pero que no tenía “ninguna duda de que fue manipulada y de que también se sentía prisionera”.

Mack era famosa; no mucho, pero lo suficiente como para atraer a mujeres a menudo jóvenes y deseosas de su cuota de fama a los brazos de Raniere. Así lo revelaron primero The New York Times, más tarde distintos medios y, hace menos un año, un documental de HBO, The Vow. Gracias a testimonios e investigaciones se supo que Raniere y sus compinches abusaban de esas mujeres, a veces menores de edad, y que, a ciertas víctimas, las marcaban “como ganado” con sus iniciales en la pelvis. También gracias a los testimonios de la corte, algunas víctimas revelaron que eran sometidas a dietas muy restrictivas y castigadas si mostraban algún interés por otro hombre.

Keith Raniere y Nancy Salzman, cofundadores de la secta 'NXIVM', en un fotograma del documental 'The Vow'
Keith Raniere y Nancy Salzman en un fotograma del material de archivo que presenta el documental de HBO 'The Vow'.Lucero Mendez (WARNER MEDIA)

En una carta que ella misma envió a la corte la semana pasada, la actriz pedía perdón y aseguraba que ponerse al servicio de Raniere fue “el mayor error y el mayor arrepentimiento” de su vida. “Lo siento muchísimo por todos vosotros, a los que traje a Nxivm. Siento si alguna vez os he expuesto a los ideales perversos y emocionalmente abusivos de ese retorcido hombre”, aseguraba. “Me lancé a las enseñanzas de Keith Raniere con todo lo que tenía... creí, de todo corazón, que esa tutorización me estaba llevando a ser una versión mejor de mí misma. Le entregué mi lealtad, mis recursos y, al final, mi vida entera”.

En 2020, la intérprete de Smallville solicitó el divorcio de Nicki Clyne, su esposa, una actriz canadiense conocida por su papel en la serie Battlestar: Galactica. Se casaron en 2017. Clyne formaba parte del círculo más cercano de Raniere y, según ciertas investigaciones, al ser canadiense se casó con Mack para poder permanecer libremente en Estados Unidos. A menudo Clyne ha hablado públicamente en defensa de Raniere, pero finalmente no fue condenada.

De las seis personas imputadas —entre ellas Nancy Salzman, cofundadora y segunda del líder; y la heredera del imperio de la destilería Seagram, Clare Bronfman, condenada a casi siete años de prisión y que llegó a invertir 150 millones de dólares en la secta—, Raniere fue el único que no se declaró culpable de crimen organizado.

Antiguo programador informático de ahora 62 años, Raniere, que en el reciente documental de HBO llega a afirmar que el sistema de justicia “lo convirtió en un monstruo”, ejercía una indudable influencia en sus víctimas, a las que desarmaba psicológica, sexual y económicamente. En la vista de su condena, en primavera de 2019, el FBI llegó a decir de él que “se aprovechó de las vulnerabilidades de sus múltiples víctimas, les vendió mentiras y otras falsedades y cometió horribles actos de coerción contra ellas”. “Este veredicto de culpabilidad es el mejor final para un hombre con intenciones más que deplorables”, aseguraron. Tras la condena, y ya fuera de la corte, el abogado de Raniere llegó a disculparse personalmente con algunas de las víctimas.

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Sobre la firma

María Porcel
Es corresponsal en Los Ángeles (California), donde vive en y escribe sobre Hollywood y sus rutilantes estrellas. En Madrid ha coordinado la sección de Gente y Estilo de Vida. Licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, lleva más de una década vinculada a Prisa, pasando por Cadena Ser, SModa y ElHuffPost.

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