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Alumno de la privada a 23 grados; alumno de la pública a 32 grados

Una escuela privada concertada del municipio madrileño de Boadilla ha invertido 500.000 euros en un moderno sistema de aerotermia, mientras que su vecino público al otro lado de la calle no puede ni soñar con algo así

Alumnos de segundo de la ESO en un aula del colegio Hélade, en Boadilla del Monte, que el 30 de mayo presentó su nuevo sistema de climatización por aerotermia, que ha costado 500.000 euros.
Alumnos de segundo de la ESO en un aula del colegio Hélade, en Boadilla del Monte, que el 30 de mayo presentó su nuevo sistema de climatización por aerotermia, que ha costado 500.000 euros.Jaime Villanueva

Son días de celebración en el colegio concertado Hélade, en Boadilla del Monte. Y no solo porque se acaba el curso. Acaban de estrenar un pionero sistema de climatización por aerotermia que ha rebajado a 23 grados la temperatura de las aulas durante mayo y junio. Lo destacan con signos de exclamación en la publicidad que pueden recoger los padres en el mostrador de la entrada. “¡Somos los primeros en la Comunidad de Madrid!”, dice el folleto. “Máximo confort para vuestros hijos. Ahora, no querrán salir del colegio”. Y quizá, algún alumno realmente quiera quedarse. La empresa instaladora, Natersys, afirma que el bienestar en una sala refrigerada por aerotermia es mayor que en una con aire acondicionado porque no desciende tanto la humedad, lo que beneficia a los alumnos con alergia o asma. Es un ambiente idóneo para estudiar, cuenta el responsable del centro, Carlos Borrego. “Alumnos y profesores me quieren poner en un pedestal. Esto es un invento fantástico”.

Es un invento que ha costado ni más ni menos que 500.000 euros. Para pagarlo han pedido créditos a los bancos. Esperan devolver el dinero con ayudas europeas y con el notable ahorro de energía que va a suponer. La aerotermia se alimenta con electricidad y, afortunadamente, ya tenían instaladas previamente unas placas fotovoltaicas. Han jubilado sus calderas de gas, por las que habían pagado facturas mensuales de hasta 35.000 euros.

Este privilegio tan caro contrasta con las soluciones caseras contra el calor que están encontrando los colegios públicos de Madrid. Los padres se están organizando para costear toldos, ventiladores y aparatos de aire acondicionado. En Madrid, donde operan 1.710 colegios e institutos públicos, solo una minoría se han beneficiado del dinero público, según las asociaciones de padres y profesores. En los últimos dos años, 35 colegios e institutos han sido destino de 38,2 millones de euros autonómicos contra el calor.

Cruzando la calle Isaac Peral desde el Hélade se encuentra un centro público, el instituto Arquitecto Ventura Rodríguez. Tiene 60 aulas, de las cuales nueve cuentan con aire acondicionado. Fue una inversión que hicieron el año pasado con fondos propios porque el calor era insoportable en las aulas de la fachada sur, según fuentes del colegio que piden anonimato. Los alumnos estaban recurriendo a abanicos de papel.

La Consejería de Educación no ha contestado a una pregunta de este periódico sobre el coste de esos aparatos. El resto del centro sigue sin climatizar. De hecho, que tengan aire acondicionado en unas pocas aulas es un caso extraordinario, según Comisiones Obreras.

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¿Y la aerotermia del vecino? “Lo de allí es un lujo”, dice una alumna señalando al colegio de la acera de enfrente.

Salvo cuando tienen la fortuna de caer en un aula con aire acondicionado, los alumnos del instituto público siguen pasando calor: “Es que huele”.

Fachada del instituto Arquitecto Ventura Rodríguez (Boadilla del Monte)
Fachada del instituto Arquitecto Ventura Rodríguez (Boadilla del Monte)Ana Puentes

Boadilla del Monte, un municipio de 64.742 habitantes en el oeste de Madrid, es el segundo municipio más rico de España, pero también es uno de los más desiguales.

El dinero no es un impedimento para el Hélade. Cuando la Comunidad de Madrid lanzó una alerta por calor el año pasado, el jefe de mantenimiento corrió a comprar unas pérgolas con nebulizador para el patio. Costaron 4.000 euros.

CC OO ha alertado de que en los centros privados y en los privados concertados sí hay aire acondicionado, lo que aumenta la desigualdad respecto al alumnado de la pública. Esto podría agravar el problema de la segregación de los estudiantes en función de la renta, los conocidos como “colegios gueto”.

La desigualdad ya se palpa. El sindicato lanzó en mayo su campaña anual para que los profesores denuncien altas temperaturas en las aulas públicas de Madrid tomando fotografías de termómetros dentro de sus aulas. En los primeros 15 días, se habían superado en 438 ocasiones los 27 grados centígrados, la temperatura máxima que establece la ley. La más alta registrada hasta ahora ha sido de 33 grados. Por fortuna, las temperaturas de la recta final de este curso que acabará el viernes han sido más moderadas. No se ha llegado al récord de años anteriores: 37 grados.

Con calor, peores notas

La desigualdad ante el calor no es una cuestión baladí. Las altas temperaturas afectan al rendimiento intelectual, según estudios académicos. Una investigación de 2018 liderada por el profesor de la Universidad de Harvard Joshua Goodman descubrió cómo la exposición continua de menores a altas temperaturas llevaba a que tuvieran notas más bajas. Tener aire acondicionado en las aulas reducía el impacto del calor en el aprendizaje en un 78%. Los investigadores compararon las notas del examen PSAT, previo al SAT (equivalente a la EVAU) y decisivo para obtener becas, de 10 millones de estudiantes de secundaria en los colegios de Estados Unidos.

La exposición al calor durante el horario lectivo repercute negativamente en la capacidad de memorizar y de mantener la atención focalizada, de acuerdo con el doctor Pedro Viaño, de la Asociación Española de Pediatría. “Esto, al final, disminuye la velocidad de trabajo y repercute en el rendimiento académico”, explica este pediatra. Los efectos del calor en un aula, agrega, pueden ser aún más fuertes en niños menores de un año, pues aún están desarrollando su capacidad para regular la temperatura.

El estreno de la aerotermia en el colegio Hélade mereció la visita el 30 de mayo del director general de Educación Concertada de la Comunidad, Jorge de la Peña, y del alcalde de Boadilla, Javier Úbeda. Telemadrid y otros medios recogieron la noticia. Un puñado de escuelas concertadas propiedad de cooperativas, como es el caso de Hélade, ya han mostrado su interés por esta tecnología, según Borrego y los responsables de la empresa instaladora, Natersys.

La publicidad que el colegio Hélade ha elaborado para promocionar su nuevo sistema de aerotermia.
La publicidad que el colegio Hélade ha elaborado para promocionar su nuevo sistema de aerotermia.

Realmente son pocos los centros concertados que disponen de aulas climatizadas, de acuerdo con las patronales y la asociación de padres Concapa. También la escuela 100% privada tiene por delante el reto de adaptarse a la subida de temperaturas. La patronal Cicae responde que muchos de los edificios escolares son antiguos y no fueron diseñados para enfrentar las altas temperaturas que se experimentan en la actualidad. “Desde hace varios años, nuestros centros han hecho y siguen haciendo un gran esfuerzo de inversiones en recursos contra el calor, como la instalación de aires acondicionados, ventiladores y zonas de sombra en los patios con arbolado, toldos y pequeñas carpas; también en cerramientos o materiales aislantes específicos”.

Las webs de los centros privados enfatizan en ocasiones estas ventajas. Por ejemplo, el colegio privado Brains Arturo Soria, cuyas tarifas anuales oscilan entre 6.000 y 11.800 euros, presume de ser el primero de Madrid con la arquitectura Passivhaus, considerada la etiqueta de eficiencia energética más prestigiosa del mundo. “Este edificio es capaz de renovar el aire automáticamente cuando los niveles de CO2 aumentan”, dicen en su web, “acrecentando el confort, la capacidad de concentración de los alumnos y evitando la somnolencia”.

El sector de colegios concertados ha sido criticado por cobrar ilegalmente a las familias, pero el responsable de Hélade recalca que no obligan a pagar a nadie. Cobran por extras como el comedor, clases adicionales, seguro de accidentes o servicio de enfermería.

Este colegio nació hace 17 años cuando 72 profesores se agruparon como cooperativa. Se hipotecaron para levantar este edificio de cinco plantas que alberga a 1.300 alumnos, desde infantil hasta Bachillerato. La aerotermia es otra deuda que tendrán que pagar, pero confían en que esta apuesta les saldrá rentable. Ahora, solo pagan 194 euros por el alquiler del contador del gas, que se lo retirarán pronto.

Borrego subraya que, a pesar del alto coste de instalación de la aerotermia, no han subido las cuotas que pagan las familias. Confía en que en solo cuatro años habrán rentabilizado la inversión gracias al ahorro energético y quizás también gracias a que vendrán más alumnos. Estudiar con el máximo confort es un buen reclamo.

“Al final las familias buscan el mejor colegio”, dice. “No solo un proyecto educativo, sino también las instalaciones y ahora tenemos un pequeño plus”.

¿Tiene más información? Escriba a los autores a fpeinado@elpais.es y ampuentes@formacion.elpais.es

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