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Barcelona volverá a regar sus parques tras 14 meses de restricciones por la sequía

La Generalitat decreta el fin de la fase de excepcionalidad ante la mejora del nivel de los embases

El césped del parque Joan Miró, en Barcelona, completamente seco en una foto tomada en agosto de 2023.
El césped del parque Joan Miró, en Barcelona, completamente seco en una foto tomada en agosto de 2023.Gianluca Battista
Alfonso L. Congostrina

El Ayuntamiento de Barcelona volverá a regar los jardines de sus parques a partir de este viernes después de que dejara de hacerlo, en marzo de 2023, cuando la Generalitat decretó la fase de excepcionalidad. En ese estadio, solo se permitía el riego de supervivencia de los árboles. Cierta normalidad vuelve a las rutinas de los operarios de parques y jardines después de que este viernes el Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña (Dogc) publicara la declaración de salida del estado de excepcionalidad por sequía del sistema Ter- Llobregat (que sirve a 202 municipios de la capital cartalana y su área metropolitana y de Girona y su entorno), rebajando a fase de alerta la situación actual. Por ello permanecerán cerrada las fuentes ornamentales, entre ellas la Fuente Mágica de Montjuïc, que lleva desde noviembre de 2022 sin poder operar. De hecho, una de las preocupaciones del Consistorio es el mantenimiento de estas infraestructuras que llevan casi dos años sin uso.

La fase de alerta, cuya valoración realizó el pasado martes la Comisión Interdepartamental de la Sequía, permite un mayor consumo doméstico. Pasando de 230 litros por habitante al día que permitía la fase de excepcionalidad a 250. Esta ampliación de volumen poco afecta a los vecinos de la ciudad de Barcelona ya que el consumo medio se mantiene en 172 litros, una práctica heredada de la anterior sequía.

La relajación de las restricciones derivadas del cambio de fase sí beneficia de lleno a los jardines y zonas verdes de la ciudad. Hasta ahora, en la fase de excepcionalidad, estaba prohibido el riego de hierba y césped salvo en campos de deportes de entidades federadas y el de los árboles se reducía a lo necesario para que sobrevivieran. A partir de este viernes, queda de nuevo permitirdo el riego de césped aunque se aconseja que sea “el mínimo imprescindible” y se acota al horario de menos insolación (de 20.00 a 8.00).

Sin embargo, el Ayuntamiento mantendrá la cautela en ciertas restricciones que con la ley en la mano ahora se podrían revertir. En estado de excepcionalidad, por ejemplo, se prohibía la limpieza de calles con agua potable. El Consistorio de la capital catalana optó entonces por mantener el riego utilizando agua freática y continuará haciéndolo así, pese a que podría ya regresar a utilizar agua potable para ello.

El llenado de piscinas permanece inalterable. Solo se permite hacerlo de manera parcial y un llenado completo solo es permitido para instalaciones de nueva creación. En cuando a la limpieza de vehículos, solo se permite en los establecimientos comerciales dedicados a esta actividad.

La resolución publicada en el Dogc y que enumera los acuerdos acordados el pasado martes también recoge modificaciones en otros sistemas ante la mejora de las reservas. Por ejemplo, la salida de la fase de emergencia 2 de los municipios abastecidos por la unidad de explotación del emblase Darnius-Boadella. Pasan a emergencia 1, dado que sus reservas están alrededor del 14% de capacidad.

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El consejero en funciones de Acción Climática, David Mascort, había comparecido el martes para anunciar que los cambios se publicarían este viernes. El republicano destacó que desde principios de mes, los embalses del Ter - Llobregat han acumulado 37 hectómetros cúbicos de agua. “Es lo que produce la desalinizadora de la Tordera durante dos años aproximadamente”, explicó. Según datos del pasado martes, las reservas allí están en el 39,26%.

Asimismo, respecto a una futura salida de la emergencia 1 en el Darnius-Boadella, el conseller recordó que se producirá cuando el embalse llegue a 21 hectómetros cúbicos, según contempla el Plan Especial de Sequía (PES). También apuntó que los agricultores de esa zona, junto con los de Riudecanyes (Tarragona), son “los más damnificados por la sequía, porque tienen cero para regar”.

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