¿Qué fue del 2% para la cultura catalana?

Hace apenas un mes, el cine, el teatro, el arte y la literatura catalana estaban de enhorabuena, al fin, la vida―y los presupuestos― les sonreían: para 2024, 566 millones de euros irían destinados al departamento de Cultura, el 1,7% del presupuesto global de la Generalitat, solo a tres décimas del ansiado 2% por el que el sector lleva años luchando. La mayor asignación de la historia de esta cartera ―con 264 millones de euros más que 2021― que desde el comienzo de la legislatura ha aumentado en un 89% su presupuesto, situándose como el departamento que más ha crecido de todo el Govern. Pero en la realidad, como en la ficción, las sonrisas llegan con lágrimas. La tensión generada en torno al Hard Rock Casino supuso la luz roja al plan presupuestario del gobierno de Pere Aragonès, culminando un adelanto electoral en Cataluña. Ahora, la cultura lamenta este giro de guión y reivindica su espacio en plena campaña electoral. “Nuestro departamento trabaja en torno a cuatro ejes, el primero es llegar al 2% del presupuesto global en 2025. Desconozco las propuestas de los otros candidatos pero aseguro que ERC caminará en este sentido”, subraya la consejera de Cultura, Natàlia Garriga. El líder del PSC, Salvador Illa, suscribe el mismo compromiso, y propone un decálogo de medidas culturales entre las que destacan la lengua como política transversal del gobierno y un Pacto Nacional de Cultura, según anunció el miércoles en un acto del partido en La Villaroel.

Garantizar el acceso a la cultura es el segundo eje sobre el que gira el plan del departamento liderado por Garriga. El tercero, la promoción del audiovisual catalán, era el gran protagonista del proyecto fallido “Queremos que cada año haya cuatro películas y cuatro series de gran formato en versión original en catalán para poder competir en Europa y llegar a las grandes plataformas”, explica. Mientras la producción catalana Robot Dreams cosechaba éxitos por toda Europa y se quedaba a las puertas del Oscar, el departamento de Cultura destinaría 52,3 millones de euros al audiovisual, de los cuales 38,6 (el 74%) serían para las producciones en catalán, para las que se preveía una subvención de 1,5 millones de euros por título.

“Si el coste medio de una película están entre 2 y 3 millones de euros, hablamos de una cantidad enorme, casi la mitad. Se trataba de una apuesta sólida para que el audiovisual catalán pudiera viajar y situar en el mapa su identidad cultural”, puntualiza Ferrán Cera, presidente de la Federación de Productores Audiovisuales (Proa). Mantener los presupuestos de 2023 hace que los proyectos audiovisuales catalanes dejen de crecer un 4% (un 12% para las que se hagan en catalán) y mantiene suspendidos proyectos como la ampliación del Catalunya Media City en el Besòs, o la partida de 8 millones de euros para el doblaje y la subtitulación de películas.

Las pérdidas no se limitan al backstage y alcanzan los escenarios catalanes. El plan de financiación para 2024 aumentaba en un 9,7% el presupuesto de grandes instituciones públicas y privadas de participación pública como el Gran Teatro del Liceo, el Palau de la Música Catalana o el Mercat de les Flors (en un 5%, un 37% y hasta un 48%, respectivamente). “Era un impulso muy fuerte y necesario para el teatro”, lamenta Isabel Vidal, presidenta de la Asociación de empresas productoras de teatro de Cataluña (Adetca). Expectantes a los ajustes del Plan de impulso del teatro, auguran que la primera víctima será el circuito de contratación para permitir el acceso de compañías independientes y de pequeños municipios a las grandes salas de Barcelona. “Tenemos uno de los mejores sistemas teatrales pero necesitamos políticas públicas para acabar con la precariedad sistémica de este sector. Con más financiación aseguramos la supervivencia de las estructuras del teatro y podemos abrir la mirada a otras cuestiones”, añade Vidal.

El “parón” pone en jaque el proyecto de Enric Puig para la dirección del Centre d’Arts Santa Mònica. Dejar de crecer un 5,5% no genera “pérdidas visibles”, pero sí afecta a la vida diaria del centro: “Obstaculiza la creación del repositorio digital de las exposiciones, la mejora de la residencia de artistas y otras acciones que tejen una gran red con el barrio y con la ciudad”, detalla Puig. Otros afectados por la caída de los nuevos presupuestos son el proyecto de digitalización y de ampliación de las instalaciones del Arxiu Nacional de Catalunya, la ampliación del presupuesto de la Filmoteca de Cataluña y las partidas relativas a la lengua.

“La cultura lo es todo y la mayoría de problemas sociales y políticos parten de una concepción cultural”, opina Puig. En cualquier ámbito, el presupuesto define la hoja de ruta y el papel que un sector desempeñará en la configuración de la sociedad, por eso el sector cultural reivindica sus papel de cara a la próxima legislatura. “La caída de estos presupuestos es la noticia cultural más importante de 2024. Ahora solo podemos esperar a conocer las políticas culturales de las distintas formaciones, en principio los comentarios que hacen a puerta cerrada son favorables pero en época electoral ya se sabe. Es muy frustrante.”, admite el presidente de Proa.

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