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Ofensiva vecinal para prohibir las motos en las aceras de Barcelona

Ningún partido municipal apoya de forma explícita el veto. Apuestan por bajar las motocicletas progresivamente a calzada y en los aparcamientos del subsuelo

Clara Blanchar
Motos Barcelona
Un hombre camina entre motos y un alcorque, en la plaza de la Catedral de Barcelona, este viernes.Albert Garcia

En Barcelona, la ciudad con más motos de Europa (270.000, un tercio del censo de vehículos y 350.000 usuarios, si se cuenta a los que entran de otras ciudades), no hay mandato en que no se abra el melón de las motos en las aceras: se anuncian planes para reducir su presencia, se emprenden campañas intensas para multar, se intenta infructuosamente eliminarlas en zonas acotadas... Mientras desde hace al menos cuatro lustros se han pintado miles de aparcamientos en calzada. Ya son 89.000, casi tantas como las plazas para aparcar coches, asegura el consistorio. Pero son claramente insuficientes, es una cuestión de cifras. Esta vez, a menos de seis meses de mandato, es desde el movimiento vecinal y entidades que se reabre el melón con una ofensiva que al grito de “#RecuperemosLasAceras. Echemos a las motos de las aceras”, piden que la modificación de la ordenanza de Circulación que se votará en los próximos meses les prohíba aparcar en la acera.

La campaña pide tres cuestiones: que la ordenanza prohíba aparcar motos en acera, fije “una moratoria para preparar la ciudad” y que se habiliten plazas en las actuales zonas verde y azul, destinadas a coches. Las entidades recuerdan que en campaña electoral PSC, comunes, Junts y ERC defendieron sacar motos de las aceras. Entre las entidades impulsoras figuran la FAVB, Catalunya Camina, Plataforma por la Promoción del Transporte Público, Prevención de Accidentes de Tráfico, Revolta Escolar, Eixample Respira o ECOM.

Desde Eixample Respira, Genís Domínguez, explica que los colectivos han presentado alegaciones a la aprobación inicial (entonces todo el protagonismo se lo llevaron las medidas de regulación de los patinetes eléctricos) para que se retire el artículo 40, apartado 2, del texto, que permite el aparcamiento de las motos. “No hay voluntad política y a los partidos les da miedo cualquier actuación contundente con las motos en la ciudad”, lamenta reconociendo que sus alegaciones y la campaña emprendida en redes buscan “aumentar la presión”.

La actual ordenanza permite aparcar motos en la acera si mide más de tres metros (las del Eixample miden cinco), pero no en batería, como ocurre habitualmente. La ordenanza permite estacionar cuando la acera mide entre tres y seis metros de ancho, en paralelo a la calzada, a medio metro del bordillo, entre los alcorques de los árboles o paradas de bus y no a menos de tres metros de un paso de peatones. Solo puede haber motos en semibatería en aceras de más de seis metros y si quedan tres libres para pasar los peatones.

Motos aparcadas en uno de los separadores de calzadas del paseo de Gràcia, este viernes.
Motos aparcadas en uno de los separadores de calzadas del paseo de Gràcia, este viernes.Albert Garcia
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El equipo del alcalde Jaume Collboni (PSC) señalan que “nunca había habido tantas” plazas parea moto en calzada. El Gobierno municipal admite que la prohibición no se plantea en la actual modificación de la ordenanza, pero sí “se quieren ampliar los supuestos de prohibición: ante aparcamientos de bicicletas o delante de escuelas”. Apuntan, además, que se está reforzando la señalización de la prohibición en calles donde se han hecho reformas, como Pelai o Pi i Margall. Las mismas fuentes recuerdan además que cada año se multa a más de 31.000 motos por estacionar incorrectamente y aseguran que seguirá habiendo campañas de sanciones. En Gràcia, por ejemplo, la indisciplina ha llegado a reducir un 70% el aparcamiento de motos, pero a la que se relaja el control vuelven a las aceras.

Desde Junts, la concejal Francina Vila apunta que su partido defiende “que las aceras sean para los peatones”, pero admite que la clave está en el espacio, en que “bicis y motos aparquen en la calzada”. Por ello, el grupo que lidera Xavier Trias ha exigido un Plan de Aparcamiento de Motos en Superficie y da en la clave de su éxito: “Que sea alternativa real a la pérdida de plazas en la aceras”, entendiendo que en la ciudad “las motos son una solución de movilidad”. Vila exige, por último, que el Gobierno de Collboni convoque una reunión del Pacto por la Movilidad.

Un hombre camina entre motos que ocupan parte del espacio público en la Via Laietana de Barcelona, acabada de reformar, este viernes.
Un hombre camina entre motos que ocupan parte del espacio público en la Via Laietana de Barcelona, acabada de reformar, este viernes.Albert Garcia

En las filas de los comunes, Janet Sanz, responsable de movilidad y urbanismo durante los dos mandatos de la ex alcaldesa Ada Colau, defiende su gestión: “Sacando motos en las aceras de Gràcia, más aparcamiento en calzada duplicando plazas, priorización de peatonalizaciones: “Es necesario mucho control y en el Eixample hay dejación de funciones”, lamenta y apuesta por cambios normativos que vayan estrechando el círculo: prohibición de aparcarlas cerca de las escuelas, hospitales, ambulatorios, aceras estrechas…. “Medidas para transitar de la máxima permisividad a conseguir aceras libres de vehículos aparcados. No será un año ni dos, será por etapas”. Una de las recetas que apunta es dirigir las motos al subsuelo: “Este Gobierno al que tanto le gusta ordenar, con el Pla Endreça, necesitamos un subsuelo ordenado” y pide al PSC, que asegura que durante los mandatos de los comunes “se resistieron” a sacar motos, “que incorpore el tema en su acción de Gobierno, porque cada vez son más las entidades que lo piden”.

En ERC, denuncian el incumplimiento “recurrente” de la actual ordenanza y recuerdan que en campaña electoral apostaron por “obligar a cumplir, hacer pagar las multas a los infractores, incluir la red de aparcamientos municipales para las motos y derivarlas progresivamente en calzada”.

Por último, en el PP, Daniel Sirera es el más claro: “Las motos deben poder seguir aparcando en las aceras, cumpliendo la normativa y no invadiendo toda la acera. Entre los alcorques de los árboles, por ejemplo, y en paralelo con la calzada, no molestan a los viandantes”. “Hay 300.000 motos censadas en Barcelona, si bajan a la calle desaparecerían 60.000 plazas de aparcamiento para coches. Inasumible para Barcelona”, zanja.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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