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Fútbol de barrio

CE Júpiter: El club más perseguido de Cataluña que mantiene intactos sus principios

Su vertiente catalanista le hizo cambiar de escudo, equipación, nombre y estadio durante el franquismo. Sus valores que siguen presentes casi 100 años después

En la imagen, fotografías históricas impresas en una pared de las instalaciones del CE Júpiter.
En la imagen, fotografías históricas impresas en una pared de las instalaciones del CE Júpiter.Albert Garcia

Un grupo de chicos juegan alegremente en un campo de fútbol del barrio de La Verneda. Sus gritos y goles son acompañados por el ruido de los bares de alrededor y que franquean la instalación deportiva del Club Esportiu Júpiter. Podría ser un club de barrio más, con su escuela de fútbol base y su posterior primer equipo que se encuentra en alguna de las divisiones del fútbol aficionado. Estos niños llevan en su camiseta un escudo redondo con los colores de la bandera catalana y una estrella azul en la parte superior, muy similar a la bandera independentista. Podría ser también un simple escudo más con las iniciales del Júpiter. Sin embargo, este emblema, este nombre y este club fueron uno de los centros neurálgicos del anarquismo catalán, cuando se encontraban en el barrio de Poblenou. La entidad resistió los convulsos años 20, gozó de libertad en la II República, luchó durante la Guerra Civil y padeció la represión de la dictadura franquista. Han pasado casi 100 años, pero los ideales nunca han desaparecido.

“Somos la única entidad de Cataluña a la que han cambiado el nombre, los colores, el escudo y su ubicación”, lamenta Joan Rion, presidente del Júpiter, en una de las salas del club que ahora se ubica en el distrito de Sant Martí de Barcelona. Exiliado de Poblenou desde 1948, cuando las autoridades franquistas quisieron borrar cualquier huella de anarquismo en el nuevo régimen: “Poblenou en aquella época era un sitio céntrico y neurálgico para reuniones sociales y por eso se nos trasladó al campo de La Verneda”, explica el presidente.

En la imagen, el campo de fútbol del CE Júpiter, situado en el barrio de La Verneda
En la imagen, el campo de fútbol del CE Júpiter, situado en el barrio de La VernedaAlbert Garcia

No solo fue el traslado de sede, también sufrieron el cambio de nombre de Júpiter a Hércules, el cambio de la equipación gris y grana (colores relacionados al anarquismo) a un color verdiblanco o la modificación de su escudo tan revolucionario y catalanista. Incluso también padeció el intento frustrado de convertirse en el equipo filial del Espanyol.

Todas estas represalias durante la dictadura venían marcadas por la fuerte participación política y militante del club desde sus orígenes. Fundado en 1909 por los hermanos Mauchand, obreros del barrio de Poblenou, escogieron el nombre del planeta Júpiter debido al ganador de una competición de globos aerostáticos celebrada en la playa de la Mar Bella. Desde entonces, las acciones políticas pasaron a formar parte de la historia del club. Por ejemplo, fue el rival del Barça en aquel partido de 1925 en Les Corts donde la afición culé silbó la marcha real española y sufrió la clausura de su estadio. Durante la II República recibió la visita de Francesc Macià en 1931 y en su campo del Poblenou se habría jugado la final de fútbol de la Olimpiada Popular, suspendida por el inicio de la Guerra Civil.

Sería en el conflicto bélico cuando el Júpiter mostró su gran influencia anarquista y antifascista. En aquel 18 de julio de 1936, desde el campo del Júpiter salieron dos camiones para combatir la insurrección del bando nacional. Y durante el transcurso de la guerra se comenta, aunque este hecho nunca se ha confirmado, que la tribuna del estadio sirvió como arsenal clandestino de armas.

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Por aquellos tiempos el club contaba con 3.000 socios y actualmente, 750. Los tiempos han cambiado, ha recuperado su nombre inicial, su escudo y su vestimenta, pero su implicación es la misma. “Seguimos siendo fieles a nuestro ADN. Hemos estado en todas las iniciativas. Por ejemplo, en el procés cambiamos los colores de nuestra camiseta para jugar con los de senyera y nos lo agradecieron desde muchos sitios. Estamos dentro de Òmnium Cultural y pocas entidades deportivas lo están. Somos parte de un recorrido histórico y biográfico de la zona. Mantenerse fiel a unos ideales es muy complicado, hoy en día, pero creo que lo hemos logrado”, aporta un orgulloso Joan Rion.

A pesar de no perder su esencia, otros clubes modestos de Cataluña han llevado a cabo una serie de iniciativas políticas y sociales que les ha hecho ocupar un sitio que históricamente siempre pertenecía al Júpiter. Pero lejos de preocuparse, Joan se alegra de estos movimientos: “Este perfil que están tomando los equipos es el que tiene que ser y es la realidad de hoy en día. Las entidades tenemos que dar un ideal y cada uno lo puede hacer en diferentes aspectos y de diferentes maneras. Y que haya clubes que estén en la misma sintonía que nosotros es muy favorable para todos”.

Mientras que en el aspecto institucional el Júpiter sigue siendo un referente, deportivamente siempre ha sufrido para estar a la altura de su historia y sus valores. Pero algo cambió con la llegada de Juanjo García como entrenador en 2009: “Cuando llegué, me encontré con un equipo que, a nivel económico e institucional, estaba saneado pero que estaba compitiendo en una división de bajo nivel y no había conseguido ascender a Regional Preferente. Por eso hice una reestructuración total del fútbol base, porque era un equipo con un presupuesto elevado, con jugadores de más categoría pero poco adaptables a esas categorías inferiores. Y en mi primer año fuimos campeones y subimos de división”.

En la imagen, Juanjo García, entrenador del CE Júpiter.
En la imagen, Juanjo García, entrenador del CE Júpiter.Albert Garcia

El técnico no duda en señalar cuál ha sido la clave de su éxito para llevar al equipo a encadenar varios ascensos seguidos: “La forma más profesional de trabajar hizo que subiéramos de categoría y que fuera un sin parar hasta que llegamos a Tercera división”, confirma un Juanjo que también es consciente de que el peso de la historia del Júpiter es otro aliciente para jugar en el club: “Los jóvenes que hemos fichado no han tenido ninguna duda en venir y eso es bueno. A algún veterano hemos tenido que convencerlo más, pero sí que es verdad que el nombre les hace venir”.

El club acaba de ascender a Primera Catalana. Tanto entrenador como presidente tienen el objetivo de volver a ascender mientras que la afición sigue acudiendo a La Verneda a ver a su equipo. Muchos siguen llegando desde el Poblenou: “Es una zona muy referencial para nosotros. Aún nos viene un sector de personas adultas cuyos padres eran socios desde que jugábamos en el Poblenou. Y la gran mayoría de los aficionados que pertenecen al grupo de animación ‘Reducte GrisGrana’ pertenecen al casal del barrio de Poblenou”, confiesa el presidente.

En la imagen, detalle de las bandera del CE Júpiter ondeando.
En la imagen, detalle de las bandera del CE Júpiter ondeando. Albert Garcia

Ni la dictadura de Primo de Rivera ni la de Franco pudieron terminar con un club impulsado por unos valores que se mantienen intactos en su ADN. Una entidad donde, a pesar de su situación deportiva, prevalece su historia y sus ideales como uno de los primeros equipos donde política y fútbol siempre fueron su principal razón de ser.

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