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Rechazo a los impuestos y desapego social, factores que empujan a la derecha a los jóvenes catalanes

Entre los votantes más novatos, la voluntad de pagar menos se antepone al interés por alcanzar unos mejores servicios públicos y se advierte una creciente desconfianza en la comunidad

Jornada electoral en Barcelona, en una imagen de archivo.
Jornada electoral en Barcelona, en una imagen de archivo.Massimiliano Minocri

Determinar si a los jóvenes les interesa la política abre la puerta a una respuesta difusa, tan discutible como el alcance concreto del concepto joven. Hay estudios sociológicos, informes y encuestas que tratan de teorizar sobre el sesgo ideológico de la juventud, y es ahí donde tambalea la teoría que asocia los años mozos a las ideas progresistas, porque se advierte una inclinación hacia la derecha. Las causas que lo propician son dispares, pero arraiga la idea de la desconfianza social y el argumento individualista de que se paga mucho y se recibe poco porque la administración es una esponja que absorbe más que aporta.

Sonia Castillo tiene 23 años y confiesa que ella antiguamente votaba formaciones de izquierdas, pero este año ha decidido cambiar su voto: “En las próximas elecciones empezaré a votar a un partido de derechas”, y añade que se siente representada con esa ideología, aunque “siempre desde el respeto”, aclara. Sonia, residente en Barcelona y graduada en Traducción e Interpretación por la Universitat Pompeu Fabra, cree que este giro también se da en otros jóvenes por una “decepción” con la izquierda y porque después de la crisis económica a las familias de clase mediana se les ha pedido “mucho esfuerzo y sacrificio” que no se ha visto recompensado, “ni con una mejora de servicios públicos, ni con un aumento de capital”. Esta joven atribuye el desvío hacia la derecha por una crisis en los valores tradicionales: “Se romantiza el hecho de no progresar”, y añade que la polarización de la sociedad está eliminando por completo “espacios de debate sano entre personas que piensan distinto”.

Un trabajo del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) de la Generalitat sobre la valoración del Govern y de las políticas públicas pone de relieve que un 48% de los jóvenes de entre 16 y 24 años considera que paga demasiados impuestos, en comparación con los servicios y prestaciones que recibe. La sensación de perjuicio impositivo crece hasta el 53%, entre el colectivo de 25 a 34 años. En aquellos que tienen más de 65 años, los disconformes bajan hasta el 45%. El CEO también saca conclusiones por ideologías. De entre toda la población encuestada, aquellos que se declaran simpatizantes de la CUP y de Vox son quienes más disgusto muestran por las tasas impositivas. De un tiempo a esta parte, personajes muy activos en las redes sociales en internet y que cuentan con un fuerte tirón entre el público juvenil, los populares influencers, han hecho pública su mudanza a lugares como Andorra, alegando que allí disfrutan de beneficios fiscales.

En otro punto, la encuesta del CEO interrogaba si en el caso de recibir una partida extraordinaria de financiación, convendría dedicarla a rebajar impuestos o bien a mejorar servicios. La franja de edad de entre 16 y 24 años es la más partidaria de que el aporte de dinero inesperado sirviera para aplicar una rebaja impositiva, en lugar de usarla para mejorar servicios sociales, como la educación o la sanidad públicas. Según la muestra del CEO, cuando la misma pregunta se hace al total de la población, para poner el foco en la ideología y no en la edad del que responde, los que dicen ser votantes de Vox y del PP son quienes anteponen la rebaja impositiva a cualquier otra prestación pública.

Maria Martínez, de 23 años y estudiante de traducción e interpretación en la Universitat Pompeu Fabra, cree que la polarización política es el factor que ha arrastrado a más jóvenes hacia la derecha: “No me siento para nada representada por la derecha porque no lucha por los derechos de todas las personas. Pero, la izquierda ha hecho un trabajo muy intenso para hacer creer que su ideología es la correcta y la más ética, y en mi opinión ha creado un gran rechazo en el otro sector porque se han visto atacados”. Maria, vecina del barrio del Poblenou de Barcelona, defiende que el verdadero problema de la sociedad es el sistema económico que impera, y añade que en los últimos años todos los partidos políticos han estado lanzando el mensaje de que sus adversarios son los “malos” y han perdido de vista lo que es realmente importante: “Los derechos de las personas”.

En el barómetro de opinión política realizado por el CEO el año pasado se exploraba la percepción sobre la confianza social. En la franja de 18 a 24 años, se eleva hasta el 72% el porcentaje de personas que creen que “todas las precauciones son pocas a la hora de tratar con la gente”. El recelo juvenil está muy por encima del resto de grupos de edad. Entre los mayores de 64 años, más de la mitad de encuestados afirma que “casi siempre se puede confiar en la gente”.

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La misma encuesta arroja resultados en función de las simpatías de partido. Se observa que los votantes de la CUP y de En Comú Podem son los más proclives a confiar en la otra gente, un 59% los cupaires y un 54% los comunes, mientras que los más desconfiados son los que confiesan votar a Vox. Un 81% de los que se declaran simpatizantes de la ultraderecha cree que al salir a la calle toda precaución es poca.

Aitor tiene 24 años, es estudiante de máster en Industria 4.0 (Industria de Transformación Digital) y trabaja en un taller mecanizado. Vecino de Torelló (Barcelona), reconoce que no se siente representado por ninguna ideología o partido político: “Para mí todos son iguales, mucho decir para después no hacer nada”. Afirma detectar pensamientos más individualistas y radicales entre la gente de su edad, y los ve mejor representados por las formaciones conservadoras. Aitor se siente cómodo con la visión de “preocuparse por uno mismo y luchar por lo que uno quiere, sin pensar en los demás”, y añade que los partidos de derechas tienen ideologías con las que coincide: “Para muchas cosas soy bastante radical”.

El CEO pone cifras a como se traduce el descontento con la política y la implicación en acciones de protesta. Un 32% de los jóvenes de entre 18 y 24 años revela haber escrito en las redes sociales un comentario de tinte político, pero apenas un 6% dice haberse puesto en contacto con un político para expresarle una demanda u opinión.

Otro informe, en este caso realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), aborda la división izquierda-derecha en Europa y arroja la conclusión que la población más joven es ideológicamente distinta a la franja adulta porque pertenecen a generaciones políticas distintas. “Los cambios ideológicos que ocurren en nuestras sociedades pueden explicarse, en buena medida, por el contexto en que los individuos aprenden políticamente y conforman sus orientaciones políticas”, lo que, al final, acaba creando pautas de voto diferentes, concluye el estudio.


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