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La Nasa se convierte en dinamizador de la industria cosmética

Radiofrecuencia, ondas de choque, ultracavitación… son algunos de los términos que se manejan en el mundo de la estética, donde maquinaria surgida de investigaciones relacionadas con la conquista del espacio están a la orden del día

NASA Productos Belleza Estética
María Hergueta

Para el común de los mortales, informarse sobre un tratamiento que borre las manchas, atenúe las arrugas, la celulitis o reafirme la piel, es similar a someterse a un examen de física o química. El argot que se maneja puede resultar un tanto complicado. Todo comenzó hace unos 40 años, cuando el físico aeroespacial de la NASA Max Huber, tras sufrir tremendas quemaduras en la cara mientras realizaba un experimento químico en su laboratorio, decidió formular su propia cura. El resultado fue la famosa (y carísima) crema de La Mer (la favorita de Jennifer Lopez), con biofermentación de varios tipos de algas marinas. Siguiendo con referencias espaciales, un dato curioso; es sabido que para mantener limpias las superficies de las naves que van al espacio, los científicos de la NASA utilizan la nanoplata, un material de conocidas propiedades antimicrobianas, en lugar de recurrir a los vapores que desprenden los típicos productos de limpieza. Las nanopartículas de plata tienen un gran poder para desinfectar superficies, ya que hongos y bacterias mueren al contacto con estas micropartículas metálicas. Pues bien, en el campo de la cosmética existe una línea facial con una fórmula patentada (Silver Hidrosol & DHA HP) que utiliza la plata coloidal como principal ingrediente. Joy Isaacs es la fundadora de Argentum y, con la aportación del científico Gilbert Mouzin, ha basado su línea en la eficacia de los principios activos de la plata. La Potion Infinie (el producto estrella) promete tratar manchas, arrugas o flacidez. Conclusión: tanto en el salón de belleza como en la órbita, la higiene es clave. Otro caso similar es el de las cremas con textura aerogel (evanescentes, ligeras, aéreas), que se benefician de la tecnología Active Rush desarrollada originalmente por la NASA para aislar los transbordadores espaciales. Hoy se aplica en productos para el cuidado de la piel como humectante liviano y transpirable (Olay Regenerist Whip, es uno de ellos, pero también las marcas Clarins o L’Occitane cuentan con cremas de texturas similares).

Damos un paso más y nos adentramos en el complejo mundo de las máquinas. En la era de la inteligencia artificial, la maquinaria utilizada en el mundo de la estética es capaz de detectar a través de programas específicos lo que nuestra piel demanda. Hace ya unos años que se ha conseguido aplicar la tecnología de luz utilizada para cultivar plantas en el espacio a las células humanas para obtener así una curación más rápida, tanto en el ámbito médico como estético. La NASA emplea para sus plantas luz led (diodos emisores de luz). Los investigadores aeroespaciales descubrieron otros beneficios de esta luz en la tierra; en concreto, en tratamientos para retrasar el envejecimiento (reduce arrugas, manchas, acné y rosácea). La luz infrarroja cercana penetra en la dermis a una longitud de onda específica, activando una regeneración celular más rápida y saludable sin producir quemaduras. Los dos últimos lanzamientos estéticos de luz led son el de la marca sueca Foreo. Su máscara antienvejecimiento FAQ 202, con ocho ondas de longitudes diferentes entre las que se incluye la NIR, permite acceder a las capas más profundas de la piel, mientras la máscara de Unicskin, el smartphone de la belleza creada con material de silicona, se adapta ergonómicamente al rostro. Ambos dispositivos pueden utilizarse en casa aunque su precio resulta elevado (800 y 300 euros respectivamente). Natalia de la Vega, fundadora de los centros de belleza Tacha, aplica en cabina la luz led desde hace tiempo. “La NASA descubrió este tipo de luz para acelerar la cicatrización y curación de los astronautas en una atmósfera de gravedad cero. Fue entonces cuando los laboratorios Dior crearon una máscara de luces rojas junto a Lucibel, especialistas en fotobiomodulación. Su diseño evoca el óvalo del rostro y ofrece unos resultados de piel más luminosa, firme, tono homogéneo y poro cerrado”, comenta.

Otro campo desarrollado en la NASA ha sido el uso de ciertos láseres capaces de medir desde el espacio la diferencia en densidad y volumen entre las copas de los árboles y el suelo; un dato valioso que sirve para estudiar la cubierta arbórea y los cambios climáticos estimando cómo se encuentran los niveles de vegetación, según los expertos en mapeo y gestión de ecosistemas forestales. Trasladando el uso del láser a la belleza, uno de los últimos utilizados por dermatólogos es Endolift. El doctor Carlos Morales (Clínica Morales Raya) lo presenta como un láser intersticial para el tensado cutáneo sin cirugía. “El problema de la mayoría de los tratamientos tensores no quirúrgicos es la poca capacidad para llegar a capas profundas de la piel y no dañar las capas superficiales. Este láser está compuesto por una fibra óptica de 0,3 milímetros que introduce la energía y tensa la piel desde dentro; sin duda, uno de los mayores avances en rejuvenecimiento cutáneo”, apunta. El láser es el “arma perfecta” para profundizar en la piel (ya fue así con el láser diodo que eliminaba el vello), como lo hacen los aeronautas que trabajan desde el cielo estudiando los bosques con el disparo de sus certeros láseres.

Todas estas nuevas aparatologías van destinadas a cubrir las necesidades de una sociedad que demanda el elixir de la eterna juventud a cualquier precio, en el menor tiempo posible, sin pasar por quirófano y sin los inconvenientes del posoperatorio. Por tal motivo, se crean cada vez más sofisticados dispositivos (Israel y Estados Unidos son pioneros en su fabricación y desarrollo) que están presentes en las consultas de afamados médicos y esteticistas para uso exclusivamente profesional y son altamente demandados por ser una opción generalmente no dolorosa a los pinchazos, rellenos o cirugía.

Las cremas con textura aerogel se aprovechan de la tecnología active rush desarrollada por la nasa

Una de las primeras máquinas en salir al mercado fue LPG (junto a los láseres de depilación), hace más de 30 años. De origen francés, las siglas responden a su creador, Luis Paul Guitary, ingeniero e inventor que reprodujo mecánicamente el masaje manual que le realizaba un fisioterapeuta para recuperar su musculatura después de un grave accidente. LPG es considerado un aparato terapéutico (en Francia se encuentra en centros de rehabilitación), pero posteriormente se descubrió que tenía también beneficios en el campo estético, pues puede ayudar a reducir volumen, grasa y celulitis de zonas concretas del cuerpo. Su compleja tecnología está respaldada por el Centro Nacional para la Investigación Científica francés (CNRS). Lionel Galipienzo, director general de LPG España, avanza que el nuevo cabezal del equipo incorpora un sensor cutáneo capaz de detectar si se trata de grasa localizada, celulitis o flacidez y así poder atacar el problema de forma inteligente. “Ya ha sido patentado y avalado por 145 estudios científicos, más de 80 publicaciones en prensa científica y está presente en congresos médicos”, desarrolla Galipienzo.

Por su parte, Ana Revuelta, médica aeronáutica y farmacéutica, recalca la eficacia de los ultrasonidos focalizados con ecografía de los laboratorios Merz Aesthetics. “Su alta tecnología, aprobada por la FDA y publicada en la prestigiosa revista Journal Cosmetic Dermatology, actúa en las capas más profundas de la piel creando puntos de coagulación térmica cuya principal acción es la de estimular colágeno y elastina logrando un efecto lifting sin necesidad de pasar por quirófano. Los puntos de coagulación térmica entran en la piel como meteoritos que, al chocar con el SMAS (sistema aponeurótico muscular superficial), provocan la formación de colágeno generando así bioestimulación de manera natural”, concluye.

Otro avance científico en el campo estético es la radiofrecuencia bipolar fraccionada de alta intensidad. Esta radiofrecuencia tiene el poder de estirar la piel con un efecto que podría considerarse un reemplazo no invasivo al lifting quirúrgico y otros métodos más agresivos. En este tipo de procedimientos, el doctor Agustín Granado Tiagonce destaca especialmente la eficacia de la aparatología Morpheus 8: “Mejora la textura, la laxitud y la apariencia de la piel e incluso elimina la grasa de la papada, un problema que preocupa a hombres y mujeres”, explica el facultativo.

Ricardo Ruiz, fundador y director de la Clínica Dermatológica Internacional (CDI) y jefe de Dermatología en el Hospital Ruber Internacional, se muestra escéptico sobre muchos de estos inventos. “En la medicina estética hay mucho humo. En ocasiones se prometen resultados milagrosos y novedades revolucionarias, pero la realidad es que en los últimos 15 o 20 años no ha habido grandes avances”, dice Ruiz. “Hoy el eje de la prevención y tratamiento del envejecimiento facial se basa en combinar toxina botulínica con rellenos e inductores de colágeno. Y los láseres de manchas o de venas, las radiofrecuencias y los ultrasonidos tampoco han evolucionado demasiado”, apunta. “Dicho esto, con la tecnología actual, se pueden conseguir resultados estéticos interesantes y en muchos casos retrasar o incluso evitar muchas cirugías”. El debate está abierto y si uno se decide por alguna de las técnicas disponibles hoy, siempre debe escuchar el consejo de un profesional.

Mientras, las casas cosméticas no paran de investigar, crear e invertir dinero en lanzar nuevas formulaciones con ingredientes que prometen ser el elixir de la eterna juventud. Y lo mismo ocurre con la aparatología. Los científicos de los laboratorios cosméticos colaboran con universidades de renombre para investigar el envejecimiento de las células. Entre los últimos avances en este terreno, destaca un estudio sobre el microbioma aplicado a una crema desarrollado por el grupo Shiseido y expuesto en un congreso celebrado recientemente en Barcelona. Si el ritmo de investigación se mantiene, ¿lograrán encontrar algún día la fórmula mágica para que rostro y cuerpo no se descuelguen? ¿Y si se descubriese un mecanismo interno antigravedad en la piel? ¿Y si nuestra piel pudiese regenerarse en sentido ascendente en lugar de descolgarse? La flacidez es el caballo de batalla en la lucha contra el envejecimiento, mucho más que las arrugas. Y la firmeza es el objetivo.

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