Burrolandia, a tan solo 10 kilómetros de las famosas pirámides de Teotihuacán, nació con el fin de rescatar a los burros del maltrato y es en la actualidad uno de los pocos santuarios que existen para esta especie en el país.CARLOS JASSO (REUTERS)En este rancho de más de 2,5 hectáreas donde resuenan los rebuznos, cada ejemplar tiene un nombre acorde a su personalidad.CARLOS JASSO (REUTERS)“No es un burro más al que desechar tras haber trabajado y sufrido toda su vida”, afirma Germán Flores, quien dirige este paraíso equino desde 2006.CARLOS JASSO (REUTERS)Otumba, municipio en el cual se encuentra este rancho, es considerada la cuna del asno en México.CARLOS JASSO (REUTERS)Burrolandia pone fin al maltrato que sufren estos animales durante su vida.CARLOS JASSO (REUTERS)Con el tiempo, el asno se ha vuelto parte del patrimonio y de la identidad de esta región donde, desde el 1964, se celebra la feria anual de burros cada 1 de mayo.CARLOS JASSO (REUTERS)La función sustentable que los borricos prestaron a los humanos durante siglos ha ido mermando en este último debido a la modernización de la agricultura y de los medios de transporte.CARLOS JASSO (REUTERS)Burrolandia ha reabierto sus puertas a los visitantes después de su primer cierre ocasionado por la pandemia de la covid-19.CARLOS JASSO (REUTERS)
