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Columna
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Capaz

En 2019 Enable se propuso el reto más difícil: pocos caballos han ganado dos Arcos pero ninguno ha conseguido repetir la hazaña tres veces

Fernando Savater
El jockey italiano Frankie Dettori montando a Enable en la carrera plana Prix de l'Arc de Triomphe de 2019 (Francia).
El jockey italiano Frankie Dettori montando a Enable en la carrera plana Prix de l'Arc de Triomphe de 2019 (Francia). AFP

La llamaron Enable y en efecto era capaz de todo. La vi por primera vez en Epsom, cuando iba a participar en el Oaks. Retumbó el trueno, una yegua americana se asustó y desmontó a su jinete; empezó a llover. Contenta bajo el aguacero, Enable se distanció de todas y triunfó cómodamente. Corría con la misma naturalidad sin aspavientos con que se pasea. Así ganó también el King George y todos sus demás compromisos hasta el señero Arco de Triunfo, que conquistó sin problemas. Tenía tres años, la edad privilegiada, y una relación casi amorosa con Lanfranco Dettori, milanés afincado en Newmarket que es el mejor jinete europeo. La temporada siguiente sufrió una lesión y no la vimos hasta otoño. Reapareció en una carrera menor y luego fue al Arco, que volvió a ganar aunque esta vez por la mínima. En 2019 se propuso el reto más difícil: pocos caballos han ganado dos Arcos, pero ninguno ha conseguido repetir la hazaña tres veces. Ella lo intentó en una pista empapada con el denuedo de siempre: luchaba contra lo probable, contra la desilusión preventiva... ¡Corría por nosotros! Pareció que iba a conseguirlo, pero en los últimos metros fue rebasada por un rival al que antaño había batido. ¡Solo segunda! La despedimos con aplausos: hay derrotas que embellecen.

Su futuro está en algún bello prado de Normandía, Kentucky o Japón. Solo los toros de lidia se crían en entornos tan privilegiados como los caballos de carreras. Será madre. A veces, mientras acaricie con su morro delicado al potrillo zanquilargo y temblón que se le arrima, creerá escuchar ovaciones lejanas, la voz risueña de Dettori, el galopar ominoso de los adversarios que se acercan. Como recordando a medias un sueño que ya se difumina, quizá piense: “Yo fui Enable”...

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