¿Quién ganó?

El domingo hubo en la Argentina un balotaje entre dos candidatos presidenciales: Daniel Scioli, del Frente para la Victoria, el partido gobernante, y Mauricio Macri, de Cambiemos, partido de la oposición. Aunque han pasado días desde entonces, todavía no logro entender quién ganó. Si ganó el hombre que en los noventa obtuvo un cargo como diputado gracias a que el presidente neoliberal de entonces, Carlos Menem, propició su ingreso en la política (y a quien ese hombre todavía alaba en público); o si ganó el hombre que llegó a la política después de ser uno de los empresarios beneficiados por el presidente neoliberal de entonces, Carlos Menem (y a quien ese hombre recordaba hasta 2009 como un “reconstructor del país”). Si ganó el hombre que cuestionó en 2003 al Gobierno de Néstor Kirchner (del que formaba parte como vicepresidente) por la abolición de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final —que impedían juzgar a los militares de la dictadura— diciendo “En un país serio, el Congreso no anula sus leyes”; o si ganó el hombre que dijo “El mejor intendente que tuvo la ciudad fue Cacciatore”, refiriéndose al intendente de Buenos Aires durante la dictadura militar. Si ganó el hombre que en 1998 defendía la gestión del presidente Carlos Menem que había desregulado el mercado y privatizado las empresas de servicios, los trenes e YPF (y que ahora es defensor de la estatización y de la regulación del mercado, para proteger “a los que menos tienen”); o si ganó el hombre que hasta junio decía que había que reprivatizar YPF, Aerolíneas Argentinas, los servicios y los trenes (y que ahora es defensor de la estatización y quiere desregular el mercado para combatir la inflación que afecta “a los que menos tienen”). Estoy tratando de entender, en fin, si ganó el que era otra cosa y se disfrazó de lo que no era para ganar, o si ganó el otro. O sea, el mismo.