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El Congreso aprueba la selección genética de hijos para curar a hermanos enfermos

El PP vota en contra por "la dignidad del embrión" - UDC también rechaza la ley - Salgado: "Es difícil tener un hijo más querido, nace porque se quiere, y ayuda a su hermano"

Los padres de un niño con una enfermedad que sólo se cure con un trasplante de un hermano ya no tendrán que viajar a Bélgica o a Estados Unidos. El Congreso aprobó ayer la nueva ley de reproducción humana que permite la selección de embriones para tener hijos que sean potenciales donantes para sus hermanos. Cada caso de selección genética de embriones deberá ser estudiado individualmente. En contra votaron el PP y Unió Democràtica de Catalunya (UDC), que también se opusieron a que se puedan donar los embriones sobrantes de los procesos de fecundación asistida para investigar.

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El proyecto de ley tiene ahora que ser aprobado por el Senado, donde la suma de PP y UDC está a sólo nueve votos de la mayoría absoluta. Si se incorporan cambios, deberá volver a ser debatida en el Congreso de los Diputados. Ello podría llevar su fecha de entrada en vigor a principios de verano o septiembre.

La diputada popular Mercedes Roldós basó el rechazo a la nueva ley en su defensa a la redacción del 2003. Estamos "defendiendo la dignidad del embrión humano", dijo en referencia a la posibilidad de que estos puedan destruirse para investigar o de que se creen varios embriones para luego implantar sólo el que vaya a dar como fruto un niño que pueda servir como donante a un hermano con una enfermedad grave. Esto supondría destruir el resto (o donarlos para investigar, con lo que se destruirían también), algo a lo que el PP, UDC, la Conferencia Episcopal y el Foro de la Familia se oponen.

"La ley no se centra en las necesidades de las parejas", que, según Roldós, ya estaban cubiertas por la anterior ley, y beneficia a las "clínicas privadas", que podrán hacer más cosas con los embriones. "Carece de justificación clínica y social", no responde a una "demanda científica" y rebaja la "protección para las madres y los embriones", añadió la diputada. Como ya había hecho el PP en la tramitación en comisión del proyecto, Roldós acusó al Gobierno de tener "oscuros motivos sociales" al aprobar lo que ella llamó bebés-medicamento.

La diputada no concretó a qué motivos se refería, pero la ministra de Sanidad, Elena Salgado, había dado una pista al mencionar, durante su intervención, que una de las críticas que le iban a hacer era que el Gobierno fomentaba "la clonación con fines de investigación genética o incluso de fines militares".

"Es difícil tener un hijo más querido, que nace porque se quiere, y que además puede ayudar a su hermano", contestó Salgado, quien resaltó que con este sistema no se va a "perjudicar a nadie". Salgado atribuyó el rechazo del PP, manifestado por Roldós, a "posiciones pseudomorales". El diputado de Coalición Canaria Luis Mardones alabó la ley y dijo que era importante "resolver problemas más allá de una concepción ideológica". "El avance no puede estar cerrado por condicionantes retrógrados", añadió.

La norma consiguió un acuerdo casi total, "con la excepción del PP, que ha preferido aislarse y dejar las cosas como en 2003, con una ley que era claramente perjudicial para las mujeres", indicó la ministra.

El llamado diagnóstico preimplantacional fue apoyado, entre otros, por los portavoces de ERC, Rosa Bonàs; PNV, Margarita Uría; y CiU, Jordi Xuclà (no hubo intervención de Antoni Duran ni de ninguno de los diputados de Unió que se oponían).

Xuclà, sin embargo, pese a apoyar la propuesta, matizó su reparo a que esta técnica entrara en una ley que debía ser la de "la fecundación in vitro por la puerta de atrás o como un efecto colateral", en lugar de esperar a la ley de investigación biomédica que se espera para antes de verano. El diputado de Convergència i Unió aprobó que se hubieran reforzado los controles de este tipo de investigaciones en la ley, y recordó el fraude del coreano Hwang Woo-suk y sus falsas investigaciones.

El proyecto aprobado ayer elimina las restricciones impuestas en 2003 por el PP al número de ovocitos que se pueden fecundar en cada ciclo. Hace algo más de dos años la ley dejó el número de óvulos a fecundar en tres, para evitar el problema que planteaba el destino de las "decenas de miles" de embriones que se quedaban sin usar, según la diputada del PP.

Con la ampliación del número de óvulos que se pueden extraer y fecundar (aunque no implantar en una sola vez) se pretende evitar el sufrimiento de las mujeres, que deben someterse a distintos ciclos de estimulación antes de conseguir quedarse embarazadas.

Como explicó el diputado socialista Alberto Fidalgo, con las técnicas actuales de reproducción asistida hacen falta 3,5 ciclos de estimulación de producción de óvulos y su extracción para conseguir un embarazo, y de éstos sólo una cuarta parte acaba con el nacimiento de un niño, lo que supone que las mujeres tienen que someterse repetidamente al "doloroso" -y caro- proceso varias veces antes de conseguir ser madres.

En la misma línea, Bonàs señaló que la ley de 2003 "atentaba contra el derecho" de las mujeres "a utilizar las prácticas más adecuadas" para su objetivo, que es "quedarse embarazada, y, si es posible, en el primer intento". Sobre la posibilidad de escoger el embrión que se va a implantar la diputada de ERC fue más allá y afirmó que mantenía la idea de que debería poder escogerse el sexo del tercer hijo si los dos primeros eran del mismo.

Además, el proyecto abre la puerta a que todos los embriones sobrantes se puedan donar a otras mujeres, destruir o, si la mujer o la pareja así lo decide después de haberse informado, dedicarse a la investigación.

Este último aspecto ya estaba incluido en la modificación de la ley de noviembre de 2003 impulsada por el PP, pero sólo para aquellos embriones de menos de 14 días que se hubieran congelado antes de la aprobación de la norma. "Es difícil comprender que la fecha en el BOE decida el destino de los embriones", señaló la ministra de Sanidad.

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