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Francia se defiende en su noche gris

El XV del Gallo mantiene el pleno de victorias tras ganar en Gales (9-13) y llegará líder a la última jornada

Cyril Baille corre con el balón durante el partido entre Francia y Gales del Seis Naciones.
Cyril Baille corre con el balón durante el partido entre Francia y Gales del Seis Naciones.Rui Vieira (AP)

Llevarse un grand slam –ganar todos los partidos– de un Seis Naciones exige sortear un campo de minas. Lo sabe Francia, la mejor generación de las últimas tres ediciones, y aún no ha sido coronada. El brillante juego que les llevó a tumbar a los All Blacks no apareció este viernes en Cardiff, un coliseo donde ya cuesta suficiente encontrar la supervivencia como para aspirar a la lucidez. Se defendió el XV del Gallo, sorteando su noche gris, y buscará el sábado 19 ante Inglaterra su primer título desde 2010.

Francia, una selección que durante años desarrolló una enfermiza aversión al riesgo, es ahora una radical de la continuidad. El pase que rompe una defensa es muchas veces un acto de fe; soltar el oval y que el destino decida. En ese ejerció de resucitar jugadas, Dupont sienta cátedra. El menudo medio-melé responde a su vitola de mejor jugador del mundo, entre otras cosas, porque es escurridizo y cuesta un mundo tumbarlo. De su primer offload –dar un pase mientras un jugador está siendo placado– llegó el primer golpe de castigo galés: apenas habían pasado 63 segundos y Jaminet colaba entre palos su primera patada.

Volvió a arrancar con buen pie el XV del Gallo, que anotó su primer ensayo en una jugada bien elaborada. Empezó por Jaminet, que inició el contragolpe con una buena arrancada. Continuó con Ntamack, que se quitó de encima un balón comprometido sin arruinar la acción. Y la desequilibró la delantera, que generó con sus embistes una superioridad por el costado izquierdo que culminó a placer Jelonch bajo palos.

Pero Gales, ya sin opciones de título, se rearma en Cardiff. Se defendió con y apostó por generar peligro con las patadas de Dan Bigga. Así llegaron los puntos locales, con compromisos como el que no supo gestionar Jaminet, que embolsó uno de esos envíos sin apoyos y tuvo que hacer falta para no regalar el balón. La 50:22, una nueva norma que permite a un equipo ‘atajar’ si patea desde su campo y el balón sale, previo bote, por la zona de 22 rival, es un traje a medida para demonios como Biggar. Así rompió unas cuantas secuencias caóticas y sus compañeros, con un gran Faletau sosteniendo a la delantera, le brindaron otro golpe para apretar el duelo al descanso (9-10). El XV del Dragón había diluido a Francia.

Los visitantes cogieron aire con tres puntos más de Jaminet –a la postre serían los únicos del segundo tiempo–, pero tuvieron que esgrimir defensa ante un par de convincentes secuencias galesas que terminaron con una macedonia de jugadores sobre la zona de marca francesa y el portador del balón sin opción de posarlo. A Gales le valía su propuesta para competir, pero necesitaba una marcha más para romper a una defensa de postín. No la encontró.

La pillería de Dupont también le permite girar melés que empezaron siendo rivales para llevarse el balón. También le tocó arrebatarle el balón a Jonathan Davies, que no pudo agarrarlo de primeras ante una asistencia de Faletau que se presumía letal. Fue el último amago de gloria del público galés, que asistió a un ejercicio de impotencia de su selección en el tramo final ante un rival que sostuvo sin grietas su muralla.

Francia sabrá este sábado con quién se juega el torneo en la última jornada. Sus dos perseguidores, Irlanda e Inglaterra, juegan en Londres y el que gane agotará sus opciones ante Les Bleus. El duelo entre Italia y Escocia en Roma completa la cuarta jornada.

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