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“Como hospitales de campaña”

El rebrote de la gripe llena las urgencias de pacientes en camillas ante la falta de camas

Pacientes atendidos en camillas, ayer en las urgencias del  hospital de Bellvitge.
Pacientes atendidos en camillas, ayer en las urgencias del hospital de Bellvitge.JAVIER CORSO

‘Pasillo 7’, detalla el papel adherido con celofán en una pared de las urgencias del Hospital de Viladecans (Baix Llobregat). “Significa que este pasillo sirve de habitación para un paciente. Así el personal sanitario no se desorienta”, detalla un médico del centro que prefiere no revelar su nombre. Al doblar el ‘Pasillo 6’, donde se aloja otro enfermo, la sala de traumatología aparece ocupada por otros dos pacientes de medicina interna. “Llevamos unos días... como hospitales de campaña”, lamenta el facultativo.

El rebrote de la gripe ha topado esta semana con hospitales mermados de recursos por los recortes. Las urgencias de estos centros parecían ayer auténticas ramblas donde los pacientes llevaban aguardando incluso días en camillas o sillas de ruedas por no poder disponer de una cama en la que sobreponerse a la enfermedad. Más de doscientos pacientes aguardaban en urgencias en los principales hospitales del área barcelonesa, según pudo comprobar este diario. Solo en el Vall d'Hebron, unas 110 personas esperaban acceder a una cama. Salud admite que las urgencias padecen una sobrecarga pero rechaza hablar de colapso.

“Los hospitales catalanes se hallan en una situación de grave colapso”, denunciaron los sindicatos SATSE y USOC. “Los enfermos los enfermos comen, duermen y reciben la administración de su tratamiento en los pasillos”, añadieron para exifir a Salud que reabra los cientos de camas que se mantienen cerradas por los ajustes. “Algunos centros están muy cargados estos días pero disponen de recursos necesarios para, si es necesario, abrir camas y plantas”, detalló una portavoz de Salud. “No puede hablarse de colapso porque el sistema está absorbiendo a los pacientes”, añadió.

Salud admite que las urgencias reciben una gran afluencia de pacientes pero rechaza hablar de colapso

Reabrir camas no basta en algunos centros. El Hospital de Viladecans, uno de los más afectados desde principios de esta semana, incluso suspendió ayer alrededor de una decena de operaciones quirúrgicas programadas, la mayoría de traumatología. La medida trata de evitar que los pacientes intervenidos ocupen camas y dejar así plazas para atender a los pacientes que se agolpan en los pasillos de urgencias. La suspensión de estas intervenciones, sin embargo, perjudicará aquellos pacientes que llevaban meses en lista de espera para ser intervenidos. Entre tanto, el hospital mantiene cerradas unas 20 camas por los ajustes presupuestarios aplicados por Salud. “Es absurdo... entre los recortes y la epidemia, el sistema no cuadra”, lamentó el representante sindical de Metges de Catalunya en el centro, Miquel Jurodovic.

La dureza de la epidemia se palpa en las urgencias de cualquier centro sanitario. En el Hospital del Mar, algunos pacientes aguardaron en la sala de espera durante más de catorce horas. “No había ambulancias para todas las demandas”, detallaron a este diario personal del servicio de transporte sanitario. . Tampoco había suficientes camas ni camillas, por lo que incluso se han utilizado las camillas de las ambulancias, menos consistentes y confortables, para atender a pacientes dentro del hospital. Un hombre de 79 años permaneció desde las 1 horas de la madrugada del lunes hasta las 16 horas de ayer en una silla de ruedas, se quejaron sus familiares.

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Los hospitales afrontan este año con menos recursos una epidemia más dura

La misma escena de pacientes en camillas y mantas se repitió en el hospital de Bellvitge, donde apenas quedaba una silla libre; el pasillo de acceso a las urgencias del Vall d'Hebron también estaba dominado por camillas y enfermos que trataban de comer sin separarse de sus mantas pese a que el centro mantiene dos salas cerradas de forma permanente y otras tres sin utilizar por los ajustes: unas 140 camas vacías en total. En el hospital de Viladecans, se ocuparon hasta las ambulancias, que no podían descargar a los pacientes por falta de camas, camillas o sillas donde dejarlos. “Cuando te encuentras en esta situación, medio enfermo y aquí tirado... es muy duro”, lamentó un paciente de Viladecans que llevaba diez horas de espera.

Estos recortes han dejado a los hospitales en baja forma ante una epidemia gripal más severa que la del año anterior: la red de control de la gripe de la Generalitat registró 258 atendidas por procesos gripales la semana pasada cuando en la epidemia del periodo 2010-2011 el máximo apenas rebasó las 150 visitas atendidas en una semana. La incidencia ha repercutido en un número elevado de defunciones que la semana pasada alcanzó los 500 fallecidos en Barcelona, unas cien defunciones por encima de lo esperado. “La gripe ha sido más intensa que el año anterior pero los datos apuntan a que la epidemia empieza a descender”, precisó Salud.

Con información de Jordi Albacete, Jara Laliena y Rodrigo Vigo.

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