Explora uno de los proyectos de infraestructura más emblemáticos de Argentina

El río Matanza-Riachuelo, en Buenos Aires, está experimentando una notable transformación que beneficiará a más de 4 millones de residentes, es decir, el 10% de la población del país

Planta de pretratamiento de última tecnología ubicada en el puerto de Dock Sud, donde el Riachuelo desemboca en el Río de la Plata.
Planta de pretratamiento de última tecnología ubicada en el puerto de Dock Sud, donde el Riachuelo desemboca en el Río de la Plata.AySA

Una historia de 200 años de contaminación está en vías de cambiar su curso. El río Matanza-Riachuelo, en Argentina, está experimentando una transformación histórica. La cuenca de 2.000 km2 alberga al 10% de la población argentina y concentra asentamientos vulnerables. Lamentablemente, sus 16 kilómetros de extensión están considerados uno de los cursos de agua más contaminados de América Latina.

Pero un nuevo río se está convirtiendo en una realidad para los residentes de la ciudad de Buenos Aires y 14 municipios circundantes gracias a la implementación de un plan integral de saneamiento. Tras más de una década de complejos desafíos en la ejecución de la obra en áreas densamente pobladas, la cuenca Matanza-Riachuelo ha alcanzado un hito histórico.

Un componente importante del plan -la megaobra de infraestructura conocida como sistema Riachuelo- finalizó su construcción en diciembre de 2023 y los testeos para su operación están en marcha. La obra, a cargo de la empresa estatal AySA (Aguas y Saneamientos Argentinos), permitirá ampliar la capacidad de transporte, tratamiento y disposición de efluentes cloacales, que representan el 70% de la contaminación de la cuenca.

Esta megaobra, que desde su inicio hace 15 años ha recibido el apoyo del Banco Mundial, incluye cuatro objetivos principales: mejorar el saneamiento, reducir los vertidos industriales, mejorar la planificación del uso del suelo y el drenaje, y reforzar el marco institucional para un saneamiento sostenible. No en vano este proyecto, con una financiación de 1.200 millones de dólares, es el mayor programa de infraestructuras que tiene el Banco Mundial en la región de América Latina y el Caribe.

Los efluentes del Sistema Riachuelo llegan a la planta de pretratamiento y de manera subfluvial se transportan por un emisario hasta desembocar a 12 km de la costa.
Los efluentes del Sistema Riachuelo llegan a la planta de pretratamiento y de manera subfluvial se transportan por un emisario hasta desembocar a 12 km de la costa.AySA

“Esta empresa es profundamente compleja, no solo por la escala y la complejidad de la infraestructura en entornos urbanos y fluviales densamente poblados, sino también porque requiere una coordinación institucional sin precedentes, con la participación de varios niveles de gobierno, organismos técnicos, organizaciones de la sociedad civil y ciudadanos comprometidos”, afirma María Catalina Ramírez, especialista sénior en agua y saneamiento del Banco Mundial y una de las gerentas del proyecto.

Esta obra implica la ampliación del sistema principal de alcantarillado del área metropolitana de Buenos Aires, que data de 1940. Gracias a esta nueva red de túneles de 40 kilómetros, se podrá transportar más de dos millones de litros cúbicos de aguas residuales por día, un volumen equivalente al de siete estadios de fútbol llenos. Este sistema mejorará la prestación del servicio a más de 4,5 millones de personas y, en el futuro, incorporará a 1,5 millones de habitantes a la red de alcantarillado.

Están en curso otras inversiones para el desarrollo sostenible de la cuenca. Entre las principales iniciativas apoyadas por el Banco Mundial figuran:

“Un factor clave para el éxito fue hacer una preparación técnica muy rigurosa sobre cuáles eran los principales factores que estaban contaminando el río y determinar qué haría falta para limpiarlo. Además, el Banco Mundial fue una especie de pegamento que mantuvo este proyecto en marcha a través de distintas administraciones”, señala Franz Drees-Gross, director de Infraestructuras de la región de África Occidental y antiguo líder sectorial de desarrollo sostenible en Argentina en 2007, cuando comenzó la preparación del proyecto.

Una historia que está por cambiar

En 2006, a raíz de una demanda colectiva presentada por vecinos que sufrían enfermedades relacionadas con la contaminación, la Corte Suprema de Justicia ordenó mejorar la calidad de vida de los habitantes de la cuenca mediante la elaboración y aplicación de un plan de saneamiento. En 2009, la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar) presentó el primer Plan Integral de Saneamiento Ambiental (PISA). Posteriormente, el Banco Mundial surgió como un socio estratégico para hacer frente a una deuda de larga data del país con su gente.

Esta transformación tangible ofrece a millones de habitantes de la capital argentina y sus alrededores la oportunidad de vislumbrar un futuro más brillante e inclusivo.

Le invitamos a sumergirse en una experiencia web inmersiva que le guiará a través de las megaobras, los retos afrontados y la inquebrantable dedicación invertida en este proyecto.

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