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Pedro Castillo se afilia a un partido ‘fantasma’ desde la cárcel y quiere ser congresista en 2026

Detenido desde hace un año y medio por su frustrado autogolpe, el expresidente puede postularse al Congreso al no tener ninguna sentencia judicial todavía

Pedro Castillo
Pedro Castillo, durante un discurso ante el Congreso.Presidencia de Perú
Renzo Gómez Vega

En los 19 meses que lleva tras los barrotes, Pedro Castillo ha tenido casi cincuenta abogados que le soltaron la mano, varios de su entorno pasaron de prófugos a colaboradores de la justicia y sus redes de apoyo se han enfrentado entre sí. Pero si algo no ha cambiado ha sido su estrategia de defensa: durante todo este tiempo ha sostenido que el 7 de diciembre de 2022 no dio un golpe de Estado, porque no se alzó en armas y solo leyó un discurso, y de cuándo acá los discursos tienen municiones.

Lo que el maestro sindical que gobernó al Perú también conserva son sus ganas de continuar haciendo política, incluso desde la cárcel. Hace poco publicó en sus redes su ficha de afiliación a Todo con el Pueblo, un movimiento que recién está construyendo sus cimientos: todavía no figura en el Registro de Organizaciones Políticas (ROP) del Jurado Nacional de Elecciones y probablemente no consiga su inscripción para participar en las elecciones del 2026 —el plazo vence este 12 de julio—, pero le da la posibilidad de tener una ventana para seguir vigente en el tablero político.

Las rendijas del sistema son permisivas: al no tener una sentencia penal en primera instancia en su contra ni tampoco una inhabilitación del Congreso para ejercer la función pública, Pedro Castillo podría tentar un escaño en el próximo Congreso. No sería el primero. Basta recordar a Gregorio Santos, cajamarquino como él, quien postuló a la Presidencia en las elecciones de 2016 mientras cumplía una orden de prisión preventiva. Obtuvo 600.000 votos y quedó en sexto lugar, siendo decisivo en la contienda al limitar el alcance de la candidata de la izquierda que tenía más arrastre: la antropóloga Verónika Mendoza. En el caso de Castillo, al liderar la plancha que venció en las elecciones de 2021, no podría aspirar a ser presidente, pues la reelección está prohibida, pero sí a pugnar por una curul.

“Volveré y seremos millones”, dice el afiche con el que Castillo anunció su ingreso a Todo con el Pueblo. No es una frase al azar. Se inspira en las últimas palabras de un caudillo aymara del siglo XVIII llamado Túpac Katari antes de ser asesinado. Palabras a las que el expresidente boliviano Evo Morales se aferró cuando fue obligado a renunciar al poder en 2019. En ese sentido, Pedro Castillo se ha colocado en el sitio de las víctimas desde el primer momento. Ha dejado dicho en más de una oportunidad que el golpe de Estado se lo hicieron a él, desconociendo el Mensaje a la Nación donde disolvió el Congreso y llamó a un gobierno de excepción.

El profesor rural, de 54 años, se encuentra recluido en el penal de Barbadillo, en el distrito de Ate Vitarte, al este de Lima. Cumple dos órdenes de prisión preventiva: una por el presunto delito de rebelión y conspiración, y otra por liderar una presunta organización criminal durante su mandato. Si por esta última le han impuesto 36 meses (hasta el 8 de marzo de 2026), por la primera acaban de darle catorce meses más (hasta el 6 de agosto de 2025). Su estancia en la cárcel será prolongada. De hecho ya lleva el mismo tiempo en prisión de lo que estuvo en Palacio: diecisiete meses. A eso se suma que por el fallido quiebre del orden constitucional, la Fiscalía pide 34 años de cárcel.

Sin el lápiz que popularizó su candidatura con Perú Libre, es el sombrero de Pedro Castillo el que ha vuelto a la palestra al decorar el logo de Todo con el Pueblo, organización que tendrá hasta fines de este año para lograr su inscripción como partido político. Por ahora son treinta agrupaciones inscritas para las elecciones del 2026 a una semana de la recta final. Su afiliación a este partido en ciernes, en realidad, la anunció en febrero mediante una carta a puño y letra.

“Ante el clamor de miles de compatriotas que vienen pidiéndome que lidere la construcción de un instrumento político que salvaguarde los intereses del pueblo peruano, desde mi injusto cautiverio, mi actual trinchera de lucha por mi libertad y restitución, asumo dicha responsabilidad histórica”, señaló. El coordinador nacional de Todos con el Pueblo es un viejo conocido de Castillo. Se trata del abogado Nicolás Bustamante Coronado, quien fue su fugaz ministro de Transportes y Comunicaciones entre marzo y mayo del 2022. Es cajamarquino y chotano como él. Sobre Bustamante recae el desafío de promover la firma de los planillones y garantizar que el partido exista para el Jurado Nacional de Elecciones.

Walter Ayala, uno de los abogados de Pedro Castillo, ha contado que su patrocinado está convencido de tener todavía un futuro político. “Si repasamos la historia, lo que le pasó al presidente Castillo ha pasado en otros países. Ahí está Lula en Brasil o (Manuel) Zelaya en Honduras. Su esposa (Xiomara Castro) es ahora la presidenta. Él todavía piensa volver al poder más adelante. No los puedo decir. Pero hay muchos políticos que salen todos los días en la televisión que lo van a buscar al presidente Castillo”, dice.

Para el analista político César Campos, en cambio, la decisión de Castillo de impulsar y adherirse a una organización política es más bien un acto que carece de sustento. “Es un fichaje fantasma. El partido no existe. Está en vías de compilación de firmas. Lo que ha hecho el señor Pedro Castillo es crear una ficción de que él quiere permanecer en política, como todos estos que quieren patear hacia adelante como Martín Vizcarra. O sea, sinvergüenzas que pretenden que la ciudadanía olvide sus inequidades, sus errores y todos sus delitos para que ellos sigan haciendo política”, enfatizó en Canal N.

En la última audiencia que brindó desde el penal de Barbadillo, el maestro rural ha dicho que nunca intentó fugarse y que si llevó a su familia a la embajada de México, inmediatamente después de su Mensaje a la Nación, fue solo “para ponerla a buen recaudo”. Para demostrarlo su defensa mostró un documento de la Embajada de México en Perú donde informan que no recibieron ninguna solicitud de asilo de su parte. Unas declaraciones del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador al día siguiente de su frustrado autogolpe lo desmienten. “Habló aquí a la oficina para que me avisaran que iba hacia la embajada. Seguramente ya tenía intervenido su teléfono e iba a solicitar asilo. Busqué a Marcelo Ebrard y le informé que hablara con el embajador (Pablo Monroy) y le abrieran la puerta”, dijo aquella vez. La esposa de Castillo, Lilia Paredes y sus dos hijos viven en México, en calidad de asilados, desde entonces.

Así como Pedro Castillo lucha para no desaparecer del panorama político, su antiguo vecino de celda, Alberto Fujimori se afilió hace un par de semanas a Fuerza Popular, el partido liderado por su hija Keiko. Según la ley, al ser el autor de un delito doloso, no podría postular a ningún cargo público. El indulto presidencial que recibió no lo exculpa. Sin embargo, sus abogados y voceros de la bancada naranja ya han salido a los medios a decir que no se le puede prohibir el derecho a ser elegido. Más allá de sus diferencias ideológicas, el abismo entre sus prontuarios penales y los efectos de sus autogolpes de Estado, Castillo y Fujimori son la constatación de lo difícil que es extirpar el populismo. El eslogan de la nueva agrupación del profesor no podía ser otro: Todo con el pueblo, nada sin él.

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Renzo Gómez Vega
Periodista y escritor. Ha escrito en los medios peruanos 'El Comercio', 'La República', el semanario 'Hildebrandt en sus Trece' y 'Salud con Lupa'. Fundador de la revista digital 'Sudor'.
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