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En colaboración conCAF

Ricardo Mourinho, vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones: “Latinoamérica clama por acción climática”

Un informe de su organismo revela que nueve de cada diez latinoamericanos cree que el cambio climático impacta su vida y uno de cada dos contempla mudarse como consecuencia de él

Noor Mahtani
Ricardo Mourinho, vicepresidente del Banco Europeo de Inversión (BEI), en un evento en Madrid en abril.
Ricardo Mourinho, vicepresidente del Banco Europeo de Inversión (BEI), en un evento en Madrid en abril.

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El negacionismo climático no tiene apenas cabida en nuestro continente. Nueve de cada diez latinoamericanos no solo creen que el cambio climático es una realidad, sino que aseguran haber sentido ya un impacto en su día a día. Así, el 80% exigen políticas más estrictas para erradicarlo. Estos son algunos de los datos que arroja el último informe del Banco Europeo de Inversiones (BEI), publicado esta semana durante la Cumbre Finanzas en Común (Fics), un evento clave para dibujar la hoja de ruta de las próximas apuestas europeas al desarrollo en América Latina. “Existe un consenso total que, probablemente, sea mayor que el que existe en Europa”, asegura Ricardo Mourinho, vicepresidente del BEI. “Esta es una señal de que los ciudadanos claman por acción climática y democrática porque, si el 90% piensa así, los Gobiernos tienen que adoptar medidas”.

En América Latina y el Caribe, el continente más biodiverso y uno de los más afectado por el calentamiento, el porcentaje de negacionistas apenas supera el 5%, según la encuesta. Cada año, más de 20 millones de personas se ven obligadas a abandonar su hogar y trasladarse debido a la creciente frecuencia e intensidad de los eventos climáticos extremos, que se duplicaron en las últimas dos décadas. “Los migrantes climáticos son una realidad aquí, en Oriente Medio, África… Hay que invertir en adaptación para asegurar que las personas puedan quedarse en sus lugares de origen de una forma segura y con medios de vida”, asegura el portugués en entrevista con América Futura.

Una mujer se cubre boca y nariz durante un incendio forestal en Río Branco (Brasil), en julio de 2022.
Una mujer se cubre boca y nariz durante un incendio forestal en Río Branco (Brasil), en julio de 2022.ALEXANDRE CRUZ-NORONHA (Getty Images)

A pesar de que el mundo en el que vivimos ya cambió y la migración climática es la única opción para cientos de miles de personas, la financiación climática no parece estar tan alineada con la realidad. Apenas el 10% de este financiamiento es destinado a medidas de adaptación, ya que predominan los créditos o proyectos con rentabilidad. “Este porcentaje tiene que aumentar al 15 o al 20%. Y lo estamos haciendo flexibilizando los plazos de los préstamos, con más diálogos con los Gobiernos e incluyendo cláusulas en nuestros contratos para cuando se dan catástrofes naturales”, explica Mourinho.

Una medida de adaptación sería, por ejemplo, la restauración del 10% deforestado de la Amazonía, como insisitó Gustavo Petro, presidente de Colombia, en la clausura del FICS: “Una de las mejores formas para contribuir a la lucha contra la crisis climática es recuperar los millones de hectáreas deforestadas en la Amazonía, en mayor medida por el ganado extensivo. ¿Puede alguien prestarme para recuperarlo? Porque no da rentabilidad económica. Social sí, pero no económica”. Y añadió: “La forma de medir el impacto tiene que ser otra”.

Precisamente para buscar soluciones hacia una América Latina social, verde y digital, el próximo 15 de septiembre tendrá lugar el primer encuentro de ministros de Economía y Finanzas de la UE, América Latina y el Caribe en Santiago de Compostela (España). En esta cumbre informal se empezará a perfilar hacia dónde irán destinados los 45.000 millones de euros que prometió la UE hasta el año 2027 mediante la iniciativa Global Gateway, una plataforma de inversiones y cooperación global de la UE en América Latina y el Caribe. Los retos incluyen reducir la pobreza, incentivar la cooperación para una transición verde y justa, y unir fuerzas para una transformación digital.

China es el segundo país con mayor inversión en la región. El vicepresidente asegura que no le preocupa. “No se trata de competir”, dice. “Las negociaciones con la UE son de largo plazo. Europa tiene la ambición de aumentar su relación económica, política y comercial con América Latina. Y lo queremos hacer con los principios de Europa: libertad, democracia y estado de derecho. Eso es lo más importante”.

Entre las prioridades frente a la cumbre de ministros, adelanta Mourinho, estará la conservación de los océanos, uno de los mayores generadores de oxígeno del planeta y uno de los reguladores más importantes de la temperatura. En la reciente Cumbre de Finanzas en Común de Cartagena se hizo público un acuerdo entre ocho bancos de desarrollo, entre los que destacan el BEI, CAF-banco de desarrollo de América Latina y el Caribe y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). “Si no hay economía azul, no puede haber economía verde. Sería solo amarillo”, ironiza. “Lo haremos con dos planes: uno de gestión de residuos que llegan a los mares y océanos, y otro sobre el apoyo a las economías del mar: pesca, preservación de los manglares y la biodiversidad marina”. La hoja de ruta, según se lee en la declaración, reunirá los conocimientos y la experiencia de todas las inversiones en los océano e identificará deficiencias de financiación pendientes de solución y oportunidades de financiación realistas.

De acuerdo a la encuesta del BEI, entre las consecuencias más palpables están las económicas. Siete de cada diez latinoamericanos asegura haber visto mermar sus ingresos o fuentes de sustentos. Y la mitad de los 10.500 encuestados, de 13 países, manifiesta haber sufrido afectaciones en la salud.

Otra de las políticas que más terreno parece que van a ganar en las negociaciones es la apertura del mercado de carbono. Preguntado sobre las críticas que reciben estos acuerdos de grandes empresas emisoras de gases con comunidades que custodian la biodiversidad, Mourinho es tajante: “Si no existe una buena regulación en los países, no vamos a invertir”.


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