El Gobierno de Colombia anuncia que el cese al fuego con la guerrilla del ELN se extiende por seis meses más

El Gobierno de Gustavo Petro ha acordado extender por otros seis meses el cese al fuego vigente con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la última guerrilla en armas de Colombia, que estaba a punto de expirar a finales de este mes. “Ya hay un acuerdo, falta que ahora el Gobierno emita el decreto y que ellos den la orden del cese al fuego”, confirmó este martes el alto comisionado para la Paz, Otty Patiño, en declaraciones a la agencia Efe en Tumaco, en el Pacífico colombiano, donde se trasladó esta semana el gabinete del mandatario.

Patiño se anticipa así al anuncio formal de las delegaciones del Gobierno y la guerrilla, que iniciaron esta semana en La Habana, Cuba, el sexto ciclo de diálogos de paz. Las partes ya habían acordado un inédito cese al fuego de seis meses –”bilateral, nacional y temporal”–, a partir del 3 de agosto de 2023, en el cierre del tercer ciclo de negociaciones, también en Cuba, además de un acuerdo sobre la participación de la sociedad civil en el proceso. Los mecanismos de monitoreo y verificación incluyen la participación de la ONU y la iglesia católica. Junto al anuncio a finales del año pasado de que la guerrilla se compromete a suspender “las retenciones con fines económicos”, como se refiere el ELN al secuestro extorsivo de civiles, son los avances más significativos hasta ahora.

Nacido bajo el influjo de la revolución cubana, e inspirado por la teología de la liberación, el ELN está liderado por hombres que han pasado la mayor parte de su vida escondidos en la selva. A pesar de que es la primera vez que tienen como contraparte un gobierno de izquierdas, el diálogo ha atravesado momentos muy tensos. Las negociaciones habían entrado en crisis a finales de octubre con el secuestro, en pleno cese del fuego, del padre del futbolista Luis Díaz, una acción que conmocionó al país y puso el foco sobre un crimen muy repudiado por la sociedad al que el ELN siempre se había resistido a renunciar, al enmarcarlo como parte de sus actividades de financiación. La guerrilla lo liberó después de 12 días de cautiverio. Solo el anuncio en diciembre de “la suspensión de las retenciones con fines económicos” logró destrabar el diálogo. La delegación del Gobierno ha sido enfática en exigir la libertad del resto de secuestrados, y se calcula que una treintena aún siguen en manos del ELN. Es uno de los temas críticos de este ciclo.

La de los elenos es la mesa más avanzada en el marco de la paz total, la política bandera del Gobierno con la que pretende dialogar en simultaneo con varios grupos armados, entre ellos las disidencias de la extinta guerrilla de las FARC que se apartaron de ese proceso de paz. Las delegaciones han sostenido ciclos de negociación en Venezuela, México y Cuba. La semana pasada, Petro postuló a la Ciudad del Vaticano como sede para una próxima ronda de diálogos de paz con el ELN luego de reunirse con el papa Francisco en una audiencia privada en la Santa Sede.

Vera Grabe, que relevó a Patiño como jefa negociadora del Gobierno con el ELN cuando este pasó a ser comisionado de Paz, explicaba en una reciente entrevista con este periódico que el objetivo de la mesa para este año es “que se cumplan los planes que se han acordado, robustecer el cese el fuego, avanzar para que las zonas críticas se conviertan en escenarios de transformación, desarrollar el tema étnico y de mujeres. En mi perspectiva, ya en lo macro, debe ser que cesen los enfrentamientos entre los grupos armados ilegales”.

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