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Publicado en 11/04/2016

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Un paso por detr�s de la dama de gris de los medios

05/06/2017 - 13h55

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PAULA CESARINO COSTA

Ha ocurrido en el New York Times. El cargo de "public editor", equivalente al de ombudsman, fue extinguido. La direcci�n del peri�dico consider� que ya no es necesario. Entiende que la funci�n puede ser sustituida por los mensajes de lectores y por el control de comentarios en las redes sociales.

"Nuestros seguidores en los medios de comunicaci�n social y nuestros lectores en Internet constituyen, juntos, una forma moderna de control, m�s atenta y m�s poderosa de lo que una persona trabajando sola jam�s podr�a llegar a desempe�ar. Nuestra responsabilidad es aumentar el poder de todos estos auditores y o�rlos, en lugar de canalizar sus voces por medio de un �nico puesto ", justific� Arthur Sulzberger Jr., editor del NYT.

La decisi�n de la semana pasada desencaden� un intenso debate sobre el valor de una funci�n que s�lo fue incorporada por el peri�dico en 2003, con el desgaste y el temor de la p�rdida de credibilidad tras el esc�ndalo Jayson Blair, reportero que ascendi� en el diario gracias a la publicaci�n de entrevistas inventadas y noticias falsas.

"La posici�n del editor p�blico, creada tras un grave esc�ndalo period�stico, desempe�� un papel crucial en la reconstrucci�n de la confianza de nuestros lectores, actuando como el perro guardi�n de la casa, acogemos sus cr�ticas, incluso cuando nos pinchaban, pero hoy nuestros seguidores en redes Sociales y nuestros lectores en toda la Red se unen para actuar en colectivo como un perro de guardia moderno, que est� m�s alerta y fuerte de lo que una sola persona podr�a", escribi� Sulzberger.

Las reacciones fueron inmediatas y negativas. La decisi�n y la justificaci�n, pifia, fue condenada por cr�ticos de medios y periodistas que cubren el sector.

Algunos han calificado de infantil el pensamiento de que seguidores de las redes sociales y contribuyentes de las secciones de comentarios puedan ejercer t�cnicamente la vigilancia propuesta por el editor.

En la �ltima columna, Liz Spayd, el ombudsman del NYT, registr� la mala reacci�n de los lectores, que reclaman la existencia de alguien con autoridad, perspectiva privilegiada y capacidad de exigir de los editores respuestas y explicaciones.

Ella sembr� una duda sobre los l�deres del NYT de estar buscando un nuevo modelo o, apenas, estar cansados de tener la sabidur�a del santuario interno cuestionado.

En mi opini�n, el NYT, conocido por detractores de su arrogancia como "The Old Grey Lady (la vieja dama gris)", patin�, trat� la funci�n como si fuera un SAC (servicio de atenci�n al cliente). Y este cargo es mucho m�s que eso.

En general, el ombudsman es un periodista con experiencia e independiente, con bagaje y herramientas suficientes para ofrecer matices y perspectivas diferentes a la Redacci�n, propiciando un ambiente de saludable de autocr�tica, m�s que necesario en tiempos de polarizaci�n social como la que se vive en Estados Unidos y Brasil.

El viernes, para decid� compartir mi asombro y entr� en contacto con los mediadores del diario ingl�s "The Guardian" y del espa�ol "El Pa�s" y tambi�n con la cr�tica de medios del "Washington Post". Compart�an mi sorpresa por la dimisi�n de su colega y calificaron el hecho como una acci�n da�ina al ambiente period�stico.

Margaret Sullivan, predecesora de Liz Spayd y hoy columnista de medios del Washington Post, me dijo que el public editor era capaz de hacer presi�n gracias a la agudeza de la informaci�n de una forma que comentaristas y cr�ticos de fuera de la Redacci�n no pueden hacer.

Esta figura est� en una posici�n privilegiada para obtener respuestas de los l�deres de la organizaci�n e insistir en la rendici�n de cuentas, afirm� en Twitter. "Me sent�a, al ejercer el cargo por casi cuatro a�os, que cumpl�a una demanda objetiva e importante para los lectores y para el propio 'Times'.

Para Paul Chadwick, del The Guardian, el periodismo que se examina de forma tan minuciosa como se examinan a otros poderes e instituciones es m�s fuerte y confiable. "En estos tiempos desafiantes para el periodismo, el papel del ombudsman necesita adaptarse, pero sigue siendo relevante."

La defensora de los lectores de El Pa�s, Lola Gal�n, teme que haya un efecto domin� en otras organizaciones de prensa. "Dada la importancia y la repercusi�n del 'NYT', prescindir del ombudsman puede tener consecuencias y llevar a otras empresas a tomar la misma decisi�n.

El lector Jeferson Ara�jo Pereira pareci� desmontar la justificaci�n oficial del "NYT": "Los lectores no pueden sustituir el trabajo realizado por el ombudsman, por un motivo simple: ellos no son periodistas, la mayor�a de los lectores apenas "piensa que". "Espero que esta decisi�n (equivocada y rid�cula) del 'NYT' no influya en Folha. No puedo imaginarme a Folha sin la presencia de un ombudsman", escribi�.

De acuerdo con el editor ejecutivo S�rgio D�vila, "Folha no tiene previsto acabar con el cargo de ombudsman, es una de las marcas del peri�dico y una parte importante de su Proyecto Editoria. Visto desde una cierta distancia, la decisi�n del New York Times "parece equivocada".

Traducido por AZAHARA MART�N

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