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Members of a Youth to Youth group in Mombasa, Kenya go for community outreach on the beach. They distribute condoms, and preform skits with messages relating to reproductive health.
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Infecciones de transmisión sexual (ITS)

21 de mayo de 2024

Datos y cifras

  • Cada día, más de un millón de personas de entre 15 y 49 años contrae una infección de transmisión sexual (ITS) que se puede curar, la mayoría de las cuales no causan síntomas.
  • Según los cálculos, unos 374 millones de personas de esa franja de edad contrajeron en 2020 alguna de estas cuatro ITS: clamidiosis, gonorrea, sífilis y tricomoniasis. Se dispone de tratamientos para las cuatro enfermedades que permiten curarlas.
  • Unos ocho millones de adultos de 15 a 49 años contrajeron sífilis en 2022.
  • Se calcula que más de 500 millones de personas de 15 a 49 años tienen una infección genital por el virus del herpes simple. (1)
  • La infección por el virus del papiloma humano está asociada a más de 311 000 muertes por cáncer de cuello uterino cada año. (2)
  • Cerca de 1,1 millones de embarazadas tenían sífilis en 2022 que causaron complicaciones en más de 390 000 partos.
  • Las ITS afectan directamente a la salud sexual y reproductiva y pueden dar lugar a estigmatización, esterilidad, cáncer y complicaciones del embarazo, además de aumentar el riesgo de infectarse por el VIH
  • La farmacorresistencia constituye un obstáculo importante para reducir la carga de las ITS en el mundo.

Panorama general

Se sabe que hay más de 30 bacterias, virus y parásitos que se transmiten por contacto sexual, incluido el contacto con la vagina, el ano y la boca. Algunas ITS también pueden transmitirse de la madre al hijo durante el embarazo, el parto y la lactancia. Hay ocho patógenos que dan lugar a la máxima incidencia de ITS. Cuatro de estas enfermedades tienen cura (a sífilis, la gonorrea, la clamidiosis y la tricomoniasis) y las otras cuatro son infecciones víricas: la hepatitis B, la infección por el virus del herpes simple, la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y la infección por el virus del papiloma humano.

A ellas se suman los brotes emergentes de nuevas infecciones que pueden contraerse por contacto sexual, como la viruela símica, las infecciones por Shigella sonnei y Neisseria meningitidis, el ébola y el zika, así como la reaparición de ITS desatendidas como el linfogranuloma venéreo. Es de prever que los servicios de prevención y control de las ITS tendrán que enfrentarse a nuevos problemas para hacer frente a estas infecciones.

Magnitud del problema

Las ITS afectan enormemente a la salud sexual y reproductiva en todo el mundo.

Cada día, más de un millón de personas contraen una ITS que se puede curar. La OMS calcula que, en 2020, hubo 374 millones de nuevas infecciones de alguna de estas cuatro ITS: clamidiosis (129 millones), gonorrea (82 millones), sífilis (7,1 millones) y tricomoniasis (156 millones). Más de 490 millones de personas tenían herpes genital en 2016, y unos 300 millones de mujeres tienen infección por el virus del papiloma humano, que es la principal causa de cáncer de cuello uterino y de cáncer anal entre los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. Además, las nuevas estimaciones de la OMS indican que 254 millones de personas tenían hepatitis B en 2022.

Más allá del efecto inmediato de la infección, las ITS pueden tener consecuencias graves.

  • Algunas ITS, como el herpes, la gonorrea y la sífilis, pueden aumentar el riesgo de infectarse por el VIH.
  • La transmisión de una ITS de la madre al hijo puede causar muerte prenatal o neonatal, prematuridad e insuficiencia ponderal del recién nacido, septicemia, conjuntivitis neonatal y anomalías congénitas.
  • La infección por el virus del papiloma humano causa cáncer de cuello uterino y otros tipos de cáncer.
  • Se calcula que la hepatitis B causó más de un millón de defunciones en 2022, principalmente por cirrosis o carcinoma hepatocelular.
  • Algunas ITS, como la gonorrea y la clamidiosis, son causas importantes de enfermedad inflamatoria pélvica y esterilidad femenina.

Prevención de las ITS

Cuando se usan correcta y sistemáticamente, los preservativos son uno de los métodos de protección más eficaces contra las ITS, incluida la infección por el VIH. Sin embargo, a pesar de su eficacia no protegen frente a las ITS que causan úlceras en zonas distintas de los genitales (como la sífilis y el herpes genital). Cuando sea posible, debe utilizarse un preservativo en toda actividad sexual vaginal y anal.

Hay vacunas inocuas y muy eficaces para prevenir la hepatitis B y la infección por el virus del papiloma humano que han supuesto importantes avances profilácticos contra estas dos ITS víricas. A finales de 2023, la vacuna contra el virus del papiloma humano se había incorporado a los programas de vacunación sistemática en 140 países, principalmente de ingresos altos y medianos. Para eliminar el cáncer de cuello uterino como problema de salud pública a escala mundial, de aquí a 2030 deben alcanzarse los objetivos de alta cobertura en la vacunación contra el virus del papiloma humano, la detección y el tratamiento de las lesiones precancerosas y el tratamiento del cáncer, y mantenerse en ese alto nivel durante decenios.

En cuanto a las vacunas contra el herpes genital, la investigación está avanzada y se están empezando a realizar estudios clínicos con varias vacunas experimentales. Por otro lado, cada vez hay más evidencias que indican que la vacuna para prevenir la meningitis (MenB) confiere protección cruzada contra la gonorrea. Hay que seguir investigando para obtener vacunas contra la clamidiosis, la gonorrea, la sífilis y la tricomoniasis.

Hay otras intervenciones biomédicas para prevenir algunas ITS, como la circuncisión médica masculina voluntaria en el adulto, el empleo de microbicidas y el tratamiento de la pareja. Se están efectuando ensayos para evaluar el beneficio de la profilaxis anterior y posterior a la exposición en relación con las ITS y su seguridad teniendo en cuenta la posibilidad de inducir resistencias a los antimicrobianos.

Diagnóstico de las ITS

A menudo, las ITS no causan síntomas y, cuando aparecen, pueden no ser específicos de un tipo de infección.

En los países de ingresos altos se utilizan de forma generalizada pruebas moleculares precisas para diagnosticar las ITS que permiten detectar las infecciones asintomáticas. Sin embargo, los países de ingresos bajos y medianos no suelen disponer de estas pruebas para diagnosticar la clamidiosis y la gonorrea. Por otro lado, se trata de pruebas caras a las que no toda la población tiene acceso, incluso en los países que disponen de ellas. Además, a menudo se tarda en obtener los resultados y, por ello, el seguimiento, la atención y el tratamiento de los pacientes pueden interrumpirse.

En cambio, se dispone de pruebas rápidas y baratas para detectar la sífilis, la hepatitis B y la infección por el VIH. En varios lugares de escasos recursos se utilizan las pruebas rápidas de la sífilis y otras pruebas rápidas para detectar simultáneamente la sífilis y la infección por el VIH.

Se están desarrollando otras pruebas rápidas que podrían mejorar el diagnóstico y el tratamiento de las ITS, sobre todo en los lugares de escasos recursos.

Tratamiento de las ITS

Actualmente se dispone de tratamientos eficaces contra varias ITS.

  • Tres ITS bacterianas (la clamidiosis, la gonorrea y la sífilis) y una parasitaria (la tricomoniasis) se suelen curar con pautas que consisten en una sola dosis de antibiótico.
  • Los antivíricos son los medicamentos más eficaces contra el herpes y la infección por el VIH y pueden atenuar la evolución de las enfermedades, pero no curarlas.
  • En cuanto a la hepatitis B, los antivíricos pueden ayudar a luchar contra el virus y a retrasar las lesiones hepáticas.

La resistencia a los antimicrobianos de los patógenos causantes de las ITS —en particular de la gonorrea— ha aumentado rápidamente en los últimos años y ha limitado las opciones de tratamiento. En el Programa de Vigilancia de las Resistencias de los Gonococos a los Antimicrobianos se han observado índices elevados de resistencia a muchos antibióticos, como las quinolonas, la azitromicina y las cefalosporinas de espectro ampliado, un tratamiento de último recurso. (3)

También hay otros patógenos causantes de ITS que han adquirido resistencias, como Mycoplasma genitalium, a las que no se hace un control sistemático.

Atención a los pacientes con ITS

En los países de ingresos medianos y bajos no se suelen utilizar pruebas analíticas para diagnosticar las ITS, sino que se intentan detectar signos y síntomas fácilmente reconocibles para prescribir un tratamiento. Este tratamiento sindrómico suele basarse en algoritmos clínicos y permite al personal de salud diagnosticar determinadas infecciones a partir de los síntomas observados (por ejemplo, flujos vaginales o secreciones uretrales, úlceras anogenitales, etc.). Se trata de un método sencillo con el que prescribir un tratamiento en el mismo día a los usuarios con síntomas y que evita realizar pruebas de diagnóstico que, o son caras, o no están disponibles en el lugar de atención. No obstante, las ITS no causan síntomas a la mayoría de las personas, por lo que este enfoque da lugar a tratamientos innecesarios o a que no se ofrezca un tratamiento que se necesita. Por consiguiente, la OMS recomienda que los países complementen el tratamiento sindrómico con la incorporación gradual de pruebas analíticas que ayuden a realizar el diagnóstico. En los lugares donde se disponga de pruebas moleculares de calidad garantizada, se recomienda basarse en sus resultados para tratar las ITS. Además, es fundamental aplicar estrategias de detección de las ITS con las personas con mayor riesgo de infección, como los trabajadores sexuales, los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, los adolescentes en algunos lugares y las embarazadas.

Para interrumpir la transmisión de las ITS y prevenir las reinfecciones es importante tratar a las parejas sexuales como parte del manejo de los casos

Control de la propagación

No es fácil conseguir cambios de comportamiento

A pesar de que se han realizado esfuerzos considerables a fin de aplicar intervenciones sencillas para reducir las conductas sexuales de riesgo, continúa siendo difícil lograr cambios de comportamiento a este respecto.

La información, la educación y el asesoramiento pueden mejorar la capacidad de las personas para reconocer los síntomas de las ITS, con lo que aumentarán las probabilidades de que se solicite atención o se aliente a las parejas sexuales a hacerlo. Lamentablemente, las carencias de conocimientos de la población, la falta de formación del personal de salud y el arraigado estigma generalizado en torno a las ITS siguen dificultando un uso mayor y más eficaz de estas intervenciones.

Es preciso reforzar los servicios de detección y tratamiento de las ITS

Las personas que necesitan someterse a pruebas de detección de las ITS y al tratamiento pertinente encuentran numerosos obstáculos en su camino, como la escasez de recursos, la estigmatización, la baja calidad de los servicios y, a menudo, la obligación de costeárselos de su bolsillo.

Con frecuencia, algunos grupos de población con las tasas más altas de ITS —como los trabajadores sexuales, los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, los consumidores de drogas inyectables, los presos, las poblaciones nómadas y los adolescentes en países con alta carga de infecciones por el VIH— no tienen acceso a servicios de salud apropiados y adaptados a ellos.

En muchos lugares, los servicios de atención a las ITS suelen estar desatendidos y carecen de financiación suficiente. Estos problemas dificultan la detección de las infecciones asintomáticas y provocan escasez de personal capacitado, limitaciones en los servicios de laboratorio y una insuficiencia de medicamentos adecuados.

Respuesta de la OMS

La labor de la Organización se rige actualmente por las estrategias mundiales del sector de la salud contra el VIH, las hepatitis víricas y las infecciones de transmisión sexual, 2022-2030. En este marco, la OMS:

  • elabora metas, normas y pautas mundiales para prevenir, detectar y tratar las ITS;
  • ayuda a calcular la carga económica de las ITS y a reforzar la vigilancia de esas enfermedades;
  • vigila en todo el mundo las resistencias a los antimicrobianos en la bacteria que causa la gonorrea; y
  • dirige el establecimiento del programa mundial de investigaciones sobre ITS, que incluye el desarrollo de pruebas diagnósticas, vacunas y nuevos fármacos contra la gonorrea y la sífilis.

Como parte de su misión, la OMS ayuda a los países a:

  • elaborar planes estratégicos y directrices de ámbito nacional;
  • crear un entorno alentador que permita a las personas hablar sobre las ITS, adoptar prácticas sexuales más seguras y solicitar tratamiento;
  • ampliar la prevención primaria (por ejemplo, la disponibilidad y el uso de preservativos);
  • fomentar la integración de los servicios de ITS en los servicios de atención primaria de salud;
  • incrementar la disponibilidad de una atención de calidad contra las ITS centrada en las personas;
  • facilitar la adopción de pruebas que puedan realizarse en el lugar de atención;
  • mejorar y ampliar las intervenciones de salud para obtener resultados, como la vacunación contra la hepatitis B y el virus del papiloma humano o las pruebas de detección de la sífilis en los grupos de población prioritarios;
  • reforzar la capacidad para hacer un seguimiento de las tendencias en relación con las ITS; y
  • vigilar y combatir la resistencia a los antimicrobianos de la bacteria causante de la gonorrea.

Referencias

  1. James C, Harfouche M, Welton NJ, et al. Herpes simplex virus: global infection prevalence and incidence estimates, 2016. Bull World Health Organ. 2020;98(5):315-329.
  2. Bray F, Ferlay J, Soerjomataram I, Siegel RL, Torre LA, Jemal A. Global cancer statistics 2018: GLOBOCAN estimates of incidence and mortality worldwide for 36 cancers in 185 countries. CA Cancer J Clin. 2018 Nov;68(6):394-424. Epub 2018 Sep 12. Erratum in: CA Cancer J Clin. 2020 Jul;70(4):313.
  3. Unemo M, Lahra MM, Escher M, Eremin S, Cole MJ, Galarza P, Ndowa F, Martin I, Dillon JR, Galas M, Ramon-Pardo P, Weinstock H, Wi T. WHO global antimicrobial resistance surveillance (GASP/GLASS) for Neisseria gonorrhoeae 2017-2018: a retrospective observational study. Lancet Microbe 2021; 2: e627–36