![La romntica boda ranchera de Taylor Hill celebrada en Colorado](https://cdn.statically.io/img/media.vogue.mx/photos/6489eb03b57b9043d1e578e2/16:9/w_320%2Cc_limit/Taylor-Hill-Daniel-Fryer-cedarandpines-48.jpg)
‘Colorado siempre ha sido mi lugar constante, mi roca, mi hogar y mi corazón’, afirmó la novia.
El sábado 10 de junio, la modelo Taylor Hill se casó con el inversor de capital privado Daniel Fryer en el rancho Devil's Thumb, en Colorado.
Ambos se conocieron en el JazzFest de Aspen en 2019, un festival al que ambos acudían con amigos en común, e inmediatamente congeniaron. Empezaron a salir poco después, y Daniel acabó pidiéndole matrimonio en el Hotel Il San Pietro di Positano en junio de 2021, antes de fijar una fecha definitiva de boda en el verano de 2023.
‘Tuvimos mucho tiempo para planearlo, así que no fue estresante’, explica Taylor. ‘La familia también jugó un papel importante a la hora de ayudar: Fue un envento en el que todos se pusieron manos a la obra’.
La pareja trabajó con Hannah Peterson, de Table 6 Productions, para planificar su fin de semana de bodas, que comenzó el viernes por la noche con una fiesta de bienvenida en el rancho Broad Axe Barn. La novia llevaba un vestido de crochet tejido por House of Flora y joyas de Messika. El novio se vistió con la firma Tecovas un sombrero Stetson y botas.
‘Por mucho que viaje por trabajo (he estado viajando sin parar desde los 14 años), Colorado siempre ha sido mi lugar constante, mi roca, mi hogar y mi corazón. Hasta que conocí a Danny. Danny me hace sentir en casa dondequiera que estemos. Quería compartir este momento único en la vida con todos nuestros seres queridos en mi lugar favorito: Winter Park, Colorado’.
Al día siguiente, la novia se preparó con sus damas de honor en Yager House, ubicada dentro de la propiedad. ‘Era un espacio abierto increíble con espacio suficiente para peinarse y maquillarse, bailar, comer... y alistarnos’, explica Taylor. ‘Estaba justo en la parte de arriba del pasillo por donde mi padre me acompañó hacia el altar más tarde... ¡fue tan perfecto!’.
La ceremonia comenzó a las 4:30 p.m., justo antes de que llegara la lluvia (algo habitual en esta época del año) y con las Colorado Rockies de fondo. ‘Fue un honor poder llevar un vestido de Etro hecho a medida’, explica Taylor, que invitó a Vogue a verlo todo.
‘He trabajado tanto con Etro que me siento como en familia. Marco [de Vincenzo] es un diseñador increíble y me encanta el rumbo creativo que está tomando la marca. Cuando se les pregunté, se mostraron muy cariñosos y emocionados’, comenta.
Taylor también contó que no podía creer que fuera el primer vestido de novia a medida que creaba la casa: ‘Eso lo hizo aún más mágico, y trabajamos tan de la mano, por lo que fue muy importante para mí’, revela. ‘Etro literalmente tomó todo lo que había en mi cerebro y lo transformó en realidad. El resultado final es el vestido de mis sueños. Es elegante, pero hace un guiño a lo boho con su impresionante material, movimiento y pedrería’.
En cuanto a las joyas, Taylor no tenía ninguna duda: Desde el principio del proceso de estilismo supo que quería llevar joyas de David Yurman: ‘Tengo una relación larga con la marca familiar y su colección era el complemento perfecto para mi vestido Etro a medida’, explica. Mientras que en los temas de belleza, Danielle Priano se encargó de la peluquería y Carolina González creó el maquillaje.
El novio, que nació en Londres, creció en Ginebra y estudió en el internado Eton College y lució el tradicional chaqué británico que llevaba cuando era estudiante, confeccionado por New & Lingwood: ‘Hay una antigua tradición de Eton que dice que debes llevar el mismo frac el día de tu boda’, explica Taylor. Las damas de honor llevaban vestidos de Reformation a medida, mientras que el padrino llevaba un esmoquin de Suitsupply.
El abuelo de la novia, el reverendo Stanley Tate, ofició la ceremonia: ‘Antes de la ceremonia, estaba muy nerviosa y emocionada al mismo tiempo’, recuerda Taylor, ‘pero en cuanto llegué al altar y vi a Danny, me invadió una sensación de calma absoluta, como si nada más importara. Sólo podía verle a él, y fue un momento tan bonito y especial que pudimos compartir con toda la gente a la que queremos’.
Después de la ceremonia, los recién casados se hicieron fotos familiares antes de reunirse con los invitados para tomar un cóctel y unas copas de Pimm's británicas. ‘Danny y yo empezamos nuestra historia de amor en el JazzFest de Aspen en 2019, y John Mayer tocó ese año’, señala Taylor. 'Él versiona 'Free Falling' de Tom Petty, así que elegimos esa como nuestra primera canción de baile'.
Durante la cena, hubo discursos muy emotivos por parte de la familia, y la pareja recibió una serenata de su banda favorita, Stevie Brock con el tema Dream On, antes de que su amiga Chloe Stroll James cantara algunas de sus canciones favoritas. ‘Originalmente, escuchamos a Stevie en Nashville, e inmediatamente supimos que queríamos que fuera nuestra banda para la boda’.
Después de la cena, se abrió la pista de baile, que estuvo llena de gente divirtiéndose hasta cerca de las once de la noche. Finalmente, los invitados se dirigieron a un after-party que se prolongó hasta altas horas de la madrugada y terminó con Chloe cantando encima de la barra. ‘Danny y yo nos fuimos de la fiesta bastante tarde, pero no fuimos los últimos en pie’, admite Taylor. ‘Queríamos [acabar nuestra noche de bodas] paseando al aire libre y mirando las estrellas, como hicimos cuando empezamos a enamorarnos’.
‘Ahora que todo ha terminado, sentimos una maravillosa sensación de alivio y logro’, continúa Taylor. ‘El fin de semana de la boda fue muy divertido y especial porque pudimos hacerlo en mi ciudad natal y al mismo tiempo añadimos toques de la herencia inglesa de Danny, algo que era importante para los dos. Planear una boda es mucho trabajo, pero al final sentimos que valió la pena’.