¿Preparada para el furor por los vestidos blancos? Y es que las estrellas mejor vestidas de la temporada Primavera-Verano 2024, hasta ahora, han destacado por la gran sencillez de sus atuendos: La actriz Greta Lee, por ejemplo, llevó un fluido vestido de Loewe en seda; Elle Fanning lució un romántico modelo de Pierre Balmain de archivo; mientras que Hunter Schafer nos deleitó con un vestido transparente y con aires fantasmagórico de Prada.
¿El hilo conductor de todos estos modelos? Cada vestido venía en una decidida paleta de colores blancos (o tonos similares al marfil, la leche o hueso) que reflejaban la actual fascinación de la moda por este tono.
¿Cómo llevar vestidos blancos en Primavera-Verano 2024?
Los vestidos blancos inundaron las pasarelas de esta Primavera-Verano 2024. Y es que mientras los diseñadores dejaban en el pasado los estampados florales y se desligaban finalmente del famoso color rojo que reinó durante las últimas semanas de 2023, vimos la llegada de unos refrescantes vestidos blancos ideales para el día y la noche.
Entre ellos los exquisitos vestidos blancos drapeados de Dior; así como los de Christopher Esber y Acne Studios. La tendencia general consistía en crear vestidos muy sutiles, pero con aires punk; con bordados de broderie anglaise en el caso de Chopova Lowena y Balenciaga; así como versiones artesanales y con intrincados bordados en el caso de Valentino y Gabriela Hearst.
Y para las amantes de la tendencia transparente, una gran cantidad de vestidos naked fue lo que nos ofrecieron Stella McCartney y Ermanno Scervino.
Pero hubo una marca, en particular, que cumplió con la dosis de drama que necesitamos al final del día y resumió todo lo que un vestido blanco clásico debería de ser en 2024. Hablamos de los vestidos sin mangas, confeccionados en organza y gaza por la firma Prada.
Estos representaban la visión de Miuccia Prada y Raf Simons de llevar la artesanía al siguiente nivel de elegancia: “Nos gustaba la idea de desafiar los bordados y el material empleado”, dijo el diseñador sobre estas piezas ligeras como el aire, que flotaban por detrás las modelos como velos. Debemos reconocer al estilista o publicista que logró enviarle un modelo a Hunter Schafer para su aparición en la alfombra roja de Golden Globes 2024. La actriz se veía como toda una diosa del Olimpo.
Por otro lado, en los desfiles de Alta Costura (en los que la tradición dicta que los diseñadores deben cerrar su desfile con un look nupcial) se marcó un nuevo renacer para el vestido blanco. Esta temporada se demostró que el savoir-faire prima sobre cualquier tendencia viral en redes.
Simone Rocha tituló su colaboración para Jean Paul Gaultier como The Wedding (La boda) para jugar con ese encanto de la Alta Costura al momento de crear vestidos especiales; pero trasformó el concepto al insertar sus ya acostumbradas exploraciones sobre la feminidad, al añadir rosas espinosas, tatuajes y ligueros colgantes. “Quería jugar con esta idea de restricción y liberación”, afirmó la diseñadora irlandesa sobre estas bellas adaptaciones de los corsés y sujetadores cónicos propios de Gaultier. “Hay un sentimiento muy femenino, realmente fuerte, en gran parte de la obra de Gaultier; él viste a mujeres que aprovechan ese poder y lo celebran”.
De hecho, si hacemos memoria, la moda de los románticos vestidos blancos se debe a una mujer poderosa: la Reina Victoria. Fue ella que instituyó el blanco para las bodas y el color negro para los momentos de luto. Antes de su llegada al trono, los vestidos blancos eran el uniforme reservado a las jóvenes que se presentaban en la corte.
Más tarde, el mundo de Hollywood consolidaría todo ese dulce simbolismo (pureza, castidad, inocencia) con resultados dramáticos. Pensemos en la actriz Grace Kelly en la cinta clasica To Catch a Thief, con un exquisito vestido blanco plisado de color marfil creado por la diseñadora de vestuario Edith Head.
O en Marilyn Monroe, en esa icónica escena de la película The seven-year itch cuando el viento le juega una mala pasada y debe cubrirse como puede. También en Elizabeth Taylor, con su vestido de estilo griego increíblemente elegante en Cat on a Hot Tin Roof.
Casi cinco décadas después, aún recordamos a la cantante Björk y su vestido de cisne, creado por Marjan Pejoski, que demostró lo divertido que puede ser un vestido sin color alguno. Mientras que actrices como Angelina Jolie y Tracee Ellis Ross dejan en claro, temporada tras temporada, que los vestidos blancos no se llevan solamente para ir al altar, sino que son ideales sobre la alfombra roja.
A la hora de comprar un vestido blanco en Primavera-Verano 2024, vale la pena dejar atrás los modelos clásicos y conservadores y animarse con algo más divertido. Si bien un vestido blanco es un imprescindible en el armario de las mujeres que defienden el lujo silencioso; también hay opciones para las que se aventuran por primera vez a llevar este tono. Como esos modelos de Chopova Lowena, llenos de personalidad y perfectamente cortados.
Y si quieres cambiar las ideas arcaicas sobre los estereotipos femeninos al vestir de blanco, nada como los modelos de Dior. Sin duda, verás que se puede lucir sexy con encajes.
Por último, no olvidemos las sabias palabras del diseñador actual de la firma Valentino, el italiano Pierpaolo Piccioli, quien dijo: “Creo que el feminismo es la libertad que tienen las mujeres para ser quienes son”. Esto ocurrió unos 60 años después de Valentino Garavani, otro gran creador “para y por las mujeres”, presentara su famosa colección totalmente blanca en 1968, que revolucionó la manera de hacer moda y presentar una colección en el mismo tono.
Y si no te convence, recuerda a Coco Chanel, quien aseguraba que el blanco contiene la “belleza absoluta”. Consigue un buen quitamanchas y sal segura de ti misma, para enfrentar vistiendo de blanco cada reto que se te presente.
Vestidos blancos para invertir esta temporada y llevar siempre:
Aquí Vogue selecciona algunos modelos que se verán bien siempre, no importa la ocasión.
Artículo originalmente publicado en Vogue UK, vogue.co.uk.