For this is not America
Blossom fails to bloom this season
Promise not to stare
Too long (This not America)
–This is not America, David Bowie–
Una sala abarrotada, una canción que se cuela para acallar el murmullo expectante (This is not America) y de pronto, a cámara muy lenta, vemos emerger la América más amable. Una América donde David Bowie, Andy Wahrol o John Barry conviven perfectamente. Y es que el debut de Raf Simons como director creativo de Calvin Klein no se ha limitado a lo obvio, esos dos pilares que tan bien maneja el belga: moda y arte, sino que ha hecho una declaración política de la manera más elegante y sutil. Mientras la música entonaba "Esto no es América", lo que parecía un claro mensaje a la nación en tiempos de Trump, su colección otoño-invierno 2018 de hombre y mujer –sí, las ha presentado conjuntamente– pretendía ilustrar lo que él concebía como tal.
In dreams I walk with you
In dreams I talk to you
In dreams you’re mine all the time
We’re together in dreams, in dreams
–In Dreams, Roy Orbinson–
La moda y la música, como grandes amigas y aliadas que son, se han entrelazado para articular un discurso. Mientras la banda sonora cantaba a los sueños (In Dreams, de Roy Orbison), al amor (Midnight Cowboy, de John Barry) y a un tiempo pasado (This is not America, de David Bowie), la colección se encargaba de traducirlo en prendas muy concretas. En el abrigo de pelo plastificado, del mismo color amarillo que las baldosas que Dorothy pisó hasta Oz, encontramos la representación de los sueños; en el look negro inspirado en Warhol, con ese cuellito vuelto sobresaliendo por debajo de la camisa, encontramos el amor; y en el vestido construido a partir de la bandera de Estados Unidos, encontramos la alusión a la América que él, siendo belga e inmigrante, imagina. Una América unida, libre y fuerte; una América donde tengan cabida los soñadores.
Love is all that's left in the end
Love can turn the tide for a friend
Love can hold a dream together
Love is all that lasts forever
–Midnight Cowboy, de John Barry–
Hemos necesitado seis meses, desde que fuera nombrado director creativo en agosto de 2016 tras la marcha de Francisco Costa, para saber cuál es la meta que alberga Simons para la firma y (por fin) lo tenemos claro. El diseñador quiere recuperar toda esa cultura americana que impregna la etiqueta desde que fuera creada en 1968 y quiere hacerlo a través de su vehículo favorito: el arte. De ahí, el cambio de logotipo. De ahí, la campaña American Classics. De ahí, la propuesta otoño-invierno 2018 presentada en Nueva York. Si algo nos ha demostrado el modisto durante toda su carrera, con especial hincapié en su anterior etapa en Christian Dior, es que tiene la capacidad para modernizar casi cualquier cosa a través del arte. Se expresa, juega e inventa mediante la "acción de crear".
It didn't matter in the end how old they had been
Or that they were girls
But only that we had loved them
–Suicide Underground, Air–
Cuando se construye una alianza tan fuerte y elocuente como la que Raf ha construido entre la música y la moda, todo lo demás se convierte en algo accesorio. No ha hecho falta un set espectacular, ha bastado con que el decorador Sterling Ruby adecuara el espacio con telas colgantes –algunas de ellas estampadas con los colores de la bandera americana (rojo, azul y blanco)– y dejara el resto de la estancia en un blanco inmaculado. Esto último constituye ya una seña identitaria de Simons, como si la estancia fuera un lienzo que necesitara ser llenado, aunque en su caso lo haga con una obra en movimiento.
Como en ocasiones anteriores, el diseñador ha demostrado que en sus desfiles están todas las que tienen que estar. Ni una lista interminable de celebrities ni las modelos "del momento", solo las figuras que pueden establecer un diálogo con Calvin Klein y lo que representa. Lauren Hutton, Julianne Moore, Millie Bobby Brown, Christy Turlington, Gwyneth Paltrow o Sarah Jessica Parker copaban la primera fila junto a los que de verdad importan (para él): los insiders.
Si hablamos del casting, hablamos en un idioma desconocido para el público. Por mucho que revises las imágenes, no verás a Kendall Jenner o a Gigi Hadid, sino a sus chicas favoritas. Son trabajadoras, relativamente anónimas y la ropa les sienta como un guante: Elise Crombez, Kinga Rajzak, Mica Argañaraz, Julia Nobis, Hanne Gaby Odiele, Fei Fei Sun, Lexi Boling, Natalie Westling, Liya Kebede y Kiki Willems completan la lista.
64 salidas en total que han retomado lo que fue central para su fundador: la sexualidad. Eso sí, en su versión menos obvia. Maxichaquetas o jerséis con efecto trampantojo han hablado de desnudez sin diferenciación de género, tal y como hicieron en los 90 con su línea de underwear (más denim).
Y para cerrar, sin traicionar a los viejos y buenos hábitos, un Raf Simons acompañado por su mano derecha Pieter Mulier. Ante la América de Calvin Klein, esa en la que se subrayan las fortalezas del país y los personajes que la hicieron grande, solo podemos decir una cosa: ¡bravo por ellos!
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