Gala MET

Serena Williams ha combinado su vestido para la Gala del Met con zapatillas y no podemos pensar en otra cosa

A veces algo tan simple como unas zapatillas pueden cambiarlo todo

En una noche en la que está pasando de todo: los striptease, los porteadores, las alas… Quizás el golpe maestro fuese mucho más sencillo que todo eso. Más sencillo que los vestidos triples y las plumas. Más sencillo que las plataformas imposibles y los postizos. Tan fácil como sustituir las sandalias de turno por unas Nike. Y ya está. Punto y partido.

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Eso es lo que acaba de demostrar Serena Williams, que enfundada en un Versace amarillo, ha optado por romper protocolos acompañándolo de unas zapatillas. Porque el Camp también es el contraste, lo inesperado y la exploración de estéticas nuevas. Y, para qué negarlo, si eres Serena Williams no sólo puedes, también ganas.

Con un diseño cargado de detallismo y maximalismo adornado por cientos de hojas otoñales y una gran capa que caía en la espalda formando un ostentoso volante, la tenista ha posado en la alfombra roja dejando claro que su paso no dejaría indiferente. No en vano ha enfatizado su gesto de rebeldía subiéndose el vestido para dejar al descubierto sus deportivas de Off-White x Nike.

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Las joyas, abanderadas por un puñado de anillos que compiten en protagonismo entre sí, se han encargado aquí de compensar y se han asegurado de que el exceso permaneciese intacto en una noche en la que no sólo no se teme traspasar la línea del do y el don’t, sino que se busca. Y Serena, aun con zapatillas, ha buscado esa línea, la ha encontrado y la ha moldeado a su antojo. Con exceso y también con Camp. Y solo por eso -y porque las zapatillas son siempre un sí- ya somos muy de Williams.

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