Bienestar

7 maneras sencillas de ayudar a un amigo que tiene ansiedad

De escuchar y preguntar a poner límites, los expertos de Calm nos enseñan a acompañar a esa persona querida
Cómo ayudar amiga que tiene ansiedad
Javier Cortés y Lara Tascón

Ya sea por la pandemia o por una sobredosis de redes sociales, los niveles de ansiedad están últimamente por las nubes. Sobra decir que la crisis sanitaria ha exacerbado el problema, tal y como demostró la estadística llevada a cabo en Reino Unido en junio, según la cual 19 millones de personas adultas admitían sufrir habitualmente altos niveles de ansiedad.  

La sufras o no en propias carnes, lidiar con este problema mental no es tarea fácil. Los amigos y familiares de las personas que luchan contra la ansiedad se sienten impotentes muchas veces y acaban también cargados de estrés y preocupación. Pero sí que hay maneras de ayudar –relativamente sencillas– y un hombro amigo en el que apoyarse puede hacer mucho, aunque no siempre lo parezca. Hoy te traemos unos cuantos consejos, de los expertos de la app de meditación Calm, para ayudar a ese amigo o amiga que tanto te preocupa.

Escuchar y empatizar

“Pregúntale cómo se siente y escúchale con toda tu atención, sin pensar en tu reacción. Intenta estar completamente presente y conectada en ese momento, acepta sus sentimientos y dale las gracias por compartirlos contigo. Evita frases como ‘seguro que lo superas’ o ‘no te pasa nada’”. 

No intentes arreglar nada 

“Recuerda que solucionarlo no es cosa tuya. Seguro que tu amigo o amiga ha investigado ya mucho sobre su ansiedad, así que cargarle con más consejos, por muy bien intencionados que sean, puede hacerle sentir que es una carga. En su lugar, aplaude sus victorias cuando sepas que ha superado algo especialmente difícil, y entiende que no hay por qué ocultar tus propios problemas porque pienses que no va a poder con más. Puede que tu intención sea buena, pero todos nos damos cuenta de que no nos están contando las cosas, y no es agradable”. 

Ten en cuenta que la ansiedad no es igual para todo el mundo 

“A veces la ansiedad produce mucho cansancio en la persona, pero también puede provocar insomnio. Puede hacernos sentir inquietos, agitados e incapaces de concentrarnos. A algunas personas les provoca irritabilidad; a otras, miedos irracionales; e incluso dolores en el pecho horribles y una tensión muscular muy molesta. Todos estos síntomas tan diversos, y tan incomprendidos a veces, son reales; así que tenlo en cuenta y muéstrate comprensiva con esa persona querida”.

Pregúntale qué necesita 

“Hay diferentes modos de manejar la ansiedad. La meditación y los ejercicios de respiración, por ejemplo, ayudan a mucha gente –puede que a ti, incluso–; pero a lo mejor a tu amiga no le funcionan. Hay personas que necesitan hacer algo más activo, como correr. Pregúntale que le va bien en su caso y cómo puedes ayudarle”.  

Comprueba qué tal está de vez en cuando

“Si estando con tu amigo le notas con ansiedad, pregúntale directamente. Al sacar el tema, sabrá que contigo siempre se puede hablar de su problema, que no hace falta esconderlo y que no es una carga. También puedes preguntarle si hay algo que tú puedas hacer para ayudar, aunque, en plena crisis de pánico, es difícil que sepa decirte el qué. Si no lo sabe seguro, ofrécele ir a un sitio más tranquilo o a dar un paseo al aire libre”. 

Ten cuidado de no fomentarlo

“Si vas a llegar tarde, díselo. Igualmente, si no tienes tiempo de contestarle un email o un mensaje, dale una explicación rápida para que no se preocupe. La ansiedad es como un abusón que llevas dentro, y convence a la gente de que es una carga. Haz el esfuerzo consciente de aportarle seguridad. Un sencillo ‘me encanta quedar contigo’ (y no solo cuando están en fase tranquila), significa mucho para ellos”. 

Pon tus límites 

“Recuerda siempre que también es muy importante cuidarte tú. Haz solo lo que quieras hacer para que la otra persona sepa que hay confianza y que vas a cuidar de tus necesidades sociales y emocionales. Cuando te pida más de lo que le puedes dar, házselo saber. Por ejemplo, un ‘Cariño, ahora no puedo hablar, pero si quieres tomamos juntas el café mañana’”.   

Este artículo se publico originalmente en Vogue.co.uk