Análisis

“Nunca creí que vestiría Desigual”: sobre la transformación definitiva de la marca convertida en fenómeno

Con un desfile en el puerto de Barcelona cargado de rostros conocidos, Desigual puso el broche de oro a su reposicionamiento estratégico de los últimos años. Un auténtico caso de estudio que ahora cristaliza en un aumento de ventas y un público rejuvenecido sediento de nostalgia
“Nunca creí que vestiría Desigual” sobre la transformación definitiva de la marca convertida en fenómeno
MARC MEDINA GISBERT

Como en las mejores películas: al atardecer y con todos los presentes fundidos en aplausos. Así se cerró ayer el último ciclo de Desigual. Ese que celebra su 40 aniversario (nada menos), pero también ese otro, mucho más reciente, con el que la marca ha reestablecido las bases de toda su filosofía.

MARC MEDINA GISBERT

Y es que aunque haga ya cuatro décadas desde que su CEO, Thomas Meyer, sentase las bases de la emblemática firma barcelonesa, los últimos años han sido de absoluto renacimiento para Desigual. Un reposicionamiento tanto de su concepto creativo como marketiniano que ya en 2022 llevó a la marca a aumentar sus ventas en un 15%, pero también a adueñarse de su propio discurso. Porque si hubo un tiempo en el que los chascarrillos populares asociaban sus prendas con un target muy concreto, hoy Desigual enfoca su discurso hacia un target joven, liberado y, sobre todo, sin complejos. “Lo mejor es que no hemos perdido nuestro ADN por el camino. Somos más Desigual que nunca”, sentencia su directora de márketing, Gemma Andreu, que se incorporó a la empresa en plena renovación. “Es cierto que ahora apelamos también a un público más joven, pero eso no significa que vayamos a descuidar al consumidor que siempre ha conectado con nuestros valores, esos que hablan de creatividad y autoexpresión”, continúa.

Así, como una auténtica diva del pop, Desigual ha sabido adaptarse al devenir de los tiempos como pocas otras: de la propuesta urbana y creativa de sus inicios, al absoluto icono estético de los 2000, pasando por años de expansión vertiginosa, seguidos de otros de público fiel y conceptos afianzados, para finalmente acabar en lo que hoy puede bautizarse como ese nuevo Desigual que, sin perder la esencia despreocupada y desacomplejada de sus inicios, se atreve incluso a bromear con su reciente y renovado éxito bajo el claim: “I never thought I’d wear Desigual [Nunca creí que vestiría Desigual”.

MARC MEDINA GISBERT

“Este desfile ha sido realmente disruptivo y creo que es el punto final a una transición que Desigual lleva sembrando durante mucho tiempo”, subrayaba sobre este punto de inflexión la modelo e imagen de la marca Irina Isasia durante la fiesta postdesfile. “Para mí hoy todo ha cobrado sentido, todo ha cogido forma y es un statement con el que nos han dejado muy claro quiénes son”, continúa. Como ella, un nuevo ejército de seguidores fieles han inundado en los últimos tiempos internet de guiños a esta nueva etapa, marcada por la nostalgia dosmilera y esa reescritura de su ADN que los ha llevado a aliarse incluso con diseñadores de la talla de Collina Strada o Hed Mayner. “Es un equilibrio perfecto entre alta moda y una propuesta divertida y accesible para todo el mundo”, apuntaba por su parte la modelo y actriz Hari Nef con respecto al ambicioso proyecto de futuro que plantea la firma.

MARC MEDINA GISBERT

Precisamente Nef fue la encargada de abrir el icónico show celebrado en la tarde de ayer en la Marina barcelonesa a escasos metros de las imponentes oficinas centrales de la marca. Un evento sin miramientos que reunió a cientos de rostros nacionales e internacionales en torno al que sin duda fue el bautismo definitivo de este nuevo concepto. “He adorado trabajar con Helena Tejedor, la estilista del desfile, porque creo que ha logrado que todo esté impregnado de ese toque aspiracional pero accesible al mismo tiempo. La atmósfera ha sido increíble y sin duda ha sido una de las pasarelas más bonitas que he hecho”, confesaba emocionada Nef tras su participación en el mismo. Junto a ella, nombres de la talla de Amelia Gray, África Peñalver, Marina Pérez o Tess Mc Millan encarnaron la última propuesta de la firma, que con el Mediterráneo de fondo, abrazó más que nunca sus raíces. Todo ello, bajo la atenta mirada de rostros como el de Paris Jackson, Ester Expósito o Greta Fernández entre muchos otros. Dos interminables hileras de público enfundadas en piezas de la firma entre las que la prenda más repetida fue esa camiseta en la que, una vez más, podía leerse el ya célebre “I never thought I'd wear Desigual”. Y lo cierto es que pocas veces seis palabras condensaron mejor un fenómeno de tal magnitud.