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María Li Bao, emperatriz de la alta gastronomía asiática en España: “Jamás verás a un chino pidiendo limosna, nosotros trabajamos”
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LOS JUEGOS DEL HAMBRE

María Li Bao, emperatriz de la alta gastronomía asiática en España: “Jamás verás a un chino pidiendo limosna, nosotros trabajamos”

Junto a su hermano Felipe, ha construido un pequeño-gran imperio de veinte restaurantes de cocina china y asiática, veinte locales de nivel. Le habría gustado ser interiorista, pero entonces habríamos perdido a una fantástica empresaria

Foto: María Li Bao, fundadora y presidenta de Grupo China Crown: "Soy muy disciplinada. No busco excusas. Hago lo que hay que hacer". (Cortesía)
María Li Bao, fundadora y presidenta de Grupo China Crown: "Soy muy disciplinada. No busco excusas. Hago lo que hay que hacer". (Cortesía)

La historia de María Li Bao (Qingtian, Zhejiang, 1971), la historia de su familia, es como la de la inmensa mayoría de los migrantes de esta (no siempre) humanidad nuestra: encontrar un futuro mejor. La República Popular China de hace 45 años no era la de hoy. Hace 45 años, el abismo entre China y España eran especialmente profundo. “Mis padres eligieron Madrid porque aquí tenían un familiar; siempre hay un primo segundo, un tío lejano que ha abierto brecha”, relata nuestra protagonista, sin duda, la emperatriz de la alta cocina asiática en España, con más de veinte restaurantes adscritos a China Crown, grupo empresarial creado por ella junto a su hermano Felipe Bao, en el papel de director gastronómico.

“Somos de Qingtian, una pequeña localidad interior de la provincia de Zhejiang, que es como la Galicia de China. El setenta por ciento de los chinos que hay en Europa, y en España, venimos de allí. Zhejiang es una provincia costera, y donde hay mar y puertos siempre hay más información —explica María Li Bao—. La primera vez que pisé España tenía 9 años. Mi padre había venido antes para ver cómo funcionaba la cosa. Le fue bien y al año y medio nos dijo que nos reuniéramos con él. En verdad, fue una historia muy dura. En aquel momento mi madre solo hablaba chino, nunca había salido de su pueblo”.

placeholder María Li Bao, señora de la alta cocina asiática en España. (Cortesía)
María Li Bao, señora de la alta cocina asiática en España. (Cortesía)

“Llegar a España fue una odisea de diez días. Desde nuestro pueblo viajamos en autobús hasta llegar al mar, al puerto de Wenzhou. Allí cogimos un barco eterno que nos llevó hasta Shanghái. En Shanghái nos subimos a un tren que nos dejó en Pekín, la capital. La única forma de llegar a España era volando desde Pekín. Nosotros lo hicimos con escala en Rusia. No fue nada fácil. Me gusta decir que fue nuestro particular Camino de Santiago, pero con penurias y pasando mucho frío, un frío infinito de cuatro días en un hostal de mala muerte. Mi madre estaba muy asustada, realmente sobrepasada. En más de una ocasión, me tocó ejercer de cabeza de familia, animando a mi madre y cuidando de mis hermanas de 5, 4 y 3 años. El pequeño, Felipe, todavía no había nacido”.

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placeholder Bao Li, alta gastronomía cantonesa. C/ Jovellanos, 5, Madrid. (Cortesía)
Bao Li, alta gastronomía cantonesa. C/ Jovellanos, 5, Madrid. (Cortesía)

“En España, mis padres empezaron trabajando en el restaurante de unos tíos segundos. Aprendieron el oficio, ahorraron y montaron su propio negocio en Aranjuez. La verdad es que procedemos de una cultura muy emprendedora a la hora de montar negocios. Y así empezamos, en Aranjuez, poco a poco. Desde muy pequeña he ayudado a sacar a la familia adelante”.

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Tu nombre de pila es Li y tu apellido Bao, ¿quién te puso el María?

Para la familia soy Li, pero para España necesitaba un nombre de aquí, que se entendiese a la primera y así no pasarme la vida explicando, que es agotador. El nombre lo elegí yo misma. Mis hermanas son: Paula, Teresa y Luna.

“Nuestros padres nos enseñaron que, aunque no entendiésemos lo que nos estaban diciendo, teníamos que sonreír mucho y dar las gracias. 'Sonriendo siempre os irá bien', nos decían. Y es verdad”, María Li Bao

De Aranjuez nos vimos a Madrid, a un piso en una finca antigua, muy bonita, en el barrio Salamanca. Allí había una mujer, la portera, que era supermaja y nos quería mucho. Éramos unos niños muy monos y muy educados que siempre dábamos las gracias por todo. Apenas hablábamos español, pero sí sabíamos decir 'muchas gracias'. Nuestros padres nos enseñaron que, aunque no entendiésemos lo que nos estaban diciendo, teníamos que sonreír mucho y dar las gracias. 'Sonriendo siempre os irá bien', nos decían. Y es verdad.

¿Qué tipo de niña fue María Li? ¿Con qué soñaba? ¿Qué quería ser de mayor?

Siempre he sido una persona romántica que, sin embargo, no se ha permitido grandes sueños. El hecho de ser extranjera hace que todo cueste un poco más, siempre, empezando por el idioma. Hace 45 años España tampoco era el país abierto que es ahora. Pero dicho esto —y es algo que siempre hablamos los hermanos—, nosotros jamás hemos recibido un ataque racista. Hemos crecido en un entorno protector y de confianza. Somos más madrileños que el más madrileño de los madrileños.

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placeholder Tottori Sushi Bar celebra estos días su tercer aniversario. (Cortesía)
Tottori Sushi Bar celebra estos días su tercer aniversario. (Cortesía)

¿En qué eres superespañola y en qué, superchina?

Soy muy china porque soy muy disciplinada. No busco excusas. Hago lo que hay que hacer. Los chinos somos muy directos, sabemos lo que queremos, no nos andamos con florituras. Si quieres tener un mañana tienes que prepararte desde muy pequeño. Y soy muy española porque cuando viajo a China y veo a todo el mundo trabajando como locos me digo: 'Tú ya eres la más trabajadora, no hace falta pasarse'. (Risas). Soy la mejor embajadora de España en China. Tuve un restaurante de cocina española allí que iba muy bien hasta que llegó la pandemia. A todo el mundo le digo que España es el mejor país del mundo. Lo digo porque es verdad.

“A todo el mundo le digo que España es el mejor país del mundo. Lo digo porque es verdad”, María Li Bao

Hablemos de Felipe Bao, tu hermano, director gastronómico de todos los restaurantes del grupo China Crown. ¿Siempre ha mostrado aptitudes para la cocina?, ¿tiene 'el don'?

Sí, claramente; lo tiene desde muy pequeñito. Fue un niño muy rebelde al que solo le gustaba estar en la cocina, que es el lugar en el que se crio, siempre junto a mis padres. Quiso estudiar ingeniería, es el manitas de la familia y el más diferente de los cinco hermanos.

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placeholder Felipe Bao, director gastronómico de Grupo China Crown. (Cortesía)
Felipe Bao, director gastronómico de Grupo China Crown. (Cortesía)

De todos los tópicos en torno a la comunidad china, ¿hay alguno que te moleste especialmente?

La verdad es que no. Si oigo o leo algo malo sobre los chinos, pienso que son exageraciones de la prensa para vender más. La comunidad china de Madrid es supertrabajadora y supertranquila. El de aquella esquina tiene un todo a cien, en de la otra esquina tiene un local de uñas… Los negocios chinos son los que más tarde cierran. No verás a un chino pidiendo limosna, jamás; nosotros siempre estamos trabajando. Así hasta que llega un día en el que digo basta y me voy tres semanas a Asia para desconectar; apago el móvil y a cambiar de aires.

¿Qué estudiaste?

Empecé muy pronto a trabajar. Tengo mi formación hasta el instituto. A mí, lo que de verdad me habría gustado es ser interiorista, profesión que ejerzo un poco cada vez que abro un nuevo restaurante, siempre y cuando me deje el decorador contratado. En Bao Li, nuestro restaurante frente al Teatro de La Zarzuela, contamos con Jean Porsche, que es uno de los mejores interioristas de este país. Me encanta opinar de todo, no puedo evitarlo: papeles, alfombras, vajillas, mantelería, jarrones, flores… En Madrid hay demasiados locales que han costado muchísimo dinero, pero que se llevan un cero en personalidad.

¿Cuánto tardas en desenmascarar a alguien que te quiere engañar?

Hemos tenido muchos negocios y no todos han triunfado. A base de tortas también se aprende. Si alguien me quiere engañar, lo detecto al instante y, sencillamente, con una sonrisa, le digo 'no me interesa'. Prefiero resolver los problemas pronto, cuanto antes mejor, y con educación.

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placeholder Lelong Asian Club. Carrera de San Jerónimo, 9, Madrid. (Cortesía)
Lelong Asian Club. Carrera de San Jerónimo, 9, Madrid. (Cortesía)

¿Cuál ha sido tu mayor error hasta la fecha?

Montar muchos restaurantes. (Risas). Tener veinte restaurantes es una responsabilidad brutal. De momento controlo bien porque son solo veinte, si fuesen veintiuno te diría otra cosa. (Risas).

Pero seguro que ya tienes el veintiuno en mente, ¿a qué sí?

¡Sí! (Risas).

¿Cuántas nóminas hay que pagar en China Crown?

Casi trescientas. Es mucha responsabilidad, la verdad.

¿Cómo se alcanza la excelencia?

Día a día, estando al tanto de todas las novedades para no quedarte atrás. Me gusta viajar para inspirarme y encontrar nuevas ideas; ver qué se hace en otros países en vital para mí.

Ayer estuve en Portugal, ir y volver en el día, y dediqué cinco horas a probar cuatro restaurantes, un par de platos en cada lugar, comiendo pocas cantidades, para poder analizar su carta.

Hay que estar encima siempre. Llevar un restaurante es como formar parte del mundo fashion, tienes que ir a las pasarelas y luego saber trabajar duro en el backstage. Cuando me preguntan de qué familia vengo digo, muy orgullosa, que de una dedicada a la restauración, orgullosa de verdad.

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¿Qué te dicen tus padres al ver todo lo que has construido?

Mi madre murió el año pasado. Ella nunca entendió que yo en seis años tuviese veinte restaurantes cuando a ella le llevó toda la vida tener tres, de los que le quedaron dos. Estaba muy orgullosa.

¿Sueñas con soles y estrellas? Tres de tus restaurantes ya están recomendados en la Guía Michelin.

Los premios no son imprescindibles para ofrecer una buena propuesta gastronómica. Si tienen que llegar, llegarán; pero, vamos, que sí, que lleguen. (Risas). Si lo haces bien, todo llega.

¿Qué valores transmites a tus hijos?

Que tengan claro que el mundo es duro para todos y que no hay igualdad. No hablo de sexos, hablo de esta persona frente a esa otra persona. Hay que esforzarse y trabajar duro, no queda otra.

¿Cómo ves a las nuevas generaciones?

Son cómodos. No entienden bien en qué consiste la cultura del esfuerzo.

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¿Nochevieja o Año Nuevo Chino?

¡Las dos, soy de las dos! La Nochevieja en familia no puede faltar porque es renovación y crecimiento, nuevas puertas que se abren; y en el Año Nuevo Chino te llama la raíz, la esencia. Me encantan todas las fiestas de Madrid, San Isidro, La Paloma… ¡Todas!

¿Cuál es tu superpoder?

Creo que soy superpositiva. Cuando llegamos a Rusia, yo con 9 años, no íbamos preparadas para aquel frío, no íbamos bien abrigadas porque veníamos del sur de China, de una región cálida en la que la mayor prenda de abrigo era un jersey. Nunca olvidaré cuando mi madre, pobrecita, con el susto que llevaba en el cuerpo por aquel viaje, me dijo: 'Dile a tu mente que no hace frío, que no tienes frío. Hazlo'. Y funcionó, te prometo que funcionó. Hay que ser positivos.

EL IMPERIO DE MARÍA LI BAO SUMA VEINTE RESTAURANTES, repartidos entre siete conceptos gastronómicos, de los que cuatro son joyas de la corona: China Crown, Bao Li, Indochina Brasa y Lelong Asian ClubEsto es lo primero que le viene a la mente a nuestra protagonista al oír los nombres de sus restaurantes:
 

  • China Crown: “Nuestra cuna”.
     
  • Bao Li: “Excelencia, el resultado de todo lo aprendido a lo largo de estos años. Excelencia y prestigio”.
     
  • Indochina Brasa: “Un menú diario de fusión asiática y producto de calidad a muy buen precio”.
     
  • Lelong Asian Club: “La consecuencia de todos mis viajes gastronómicos, un restaurante muy cool”.
     
  • Le Petit Dim Sum: “Nuestra aventura más bistró”.
     
  • Tottory Sushi Bar: “El fruto de un largo viaje”.
     
  • Shanghái Mama: “Para pasarlo muy bien en familia”.

La historia de María Li Bao (Qingtian, Zhejiang, 1971), la historia de su familia, es como la de la inmensa mayoría de los migrantes de esta (no siempre) humanidad nuestra: encontrar un futuro mejor. La República Popular China de hace 45 años no era la de hoy. Hace 45 años, el abismo entre China y España eran especialmente profundo. “Mis padres eligieron Madrid porque aquí tenían un familiar; siempre hay un primo segundo, un tío lejano que ha abierto brecha”, relata nuestra protagonista, sin duda, la emperatriz de la alta cocina asiática en España, con más de veinte restaurantes adscritos a China Crown, grupo empresarial creado por ella junto a su hermano Felipe Bao, en el papel de director gastronómico.

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