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A 50 años del día en que la muerte de Perón paralizó el Mundial

La FIFA dispuso un minuto de silencio por el fallecimiento del presidente argentino para los cuatro partidos del 3 de julio de 1974 en Alemania. Curiosamente, se realizaron en pleno juego, a los 10 minutos. “¡Perón, Perón!”, gritó Houseman tras convertir el gol de la selección.

Uno de los cuatro partidos en que se hizo minuto de silencio por Perón

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Uno de los cuatro partidos en que se hizo minuto de silencio por Perón

El 3 de julio de 1974, hace 50 años, la FIFA permitió y promovió una declaración política en pleno Mundial que hoy –y en cualquier momento de la historia, salvo ése- parece imposible hasta de imaginar para un amistoso: dispuso un minuto de silencio durante los cuatro partidos, uno de ellos de la selección argentina, que se jugaron ese día por la Copa del Mundo de Alemania Federal 1974. La razón fue la muerte de una figura de relevancia mundial, ocurrida dos días atrás a 12.000 kilómetros de distancia, el lunes 1º en Buenos Aires: la del presidente argentino Juan Domingo Perón.

Ya eliminada, nuestra selección pidió no presentarse a su partido ante Alemania Oriental pero debió hacerlo obligada por el reglamento, calificado de “insensato” por los medios nacionales. En su consternación por el fallecimiento del líder, el delantero René Houseman convirtió el tanto del 1-1 final pero no lo festejó con el tradicional grito de “gol” sino de “¡Perón, Perón!”. Si hoy la FIFA se declara neutral en política y religión –o eso dice, porque expulsó a Rusia en plenas Eliminatorias a Qatar 2022, así como la UEFA tampoco la dejó participar en la actual Eurocopa-, hace medio siglo la muerte de Perón literalmente paralizó un Mundial. Nunca había sucedido con ninguna otra figura política ni tampoco volvería a repetirse.

Las imágenes, que engloban a futbolistas como el holandés Johan Cruyff, el alemán Franz Beckenbauer o el brasileño Roberto Rivelino, pueden corroborarse en footballia.eu, un sitio que reproduce miles de partidos de la historia del fútbol, incluidos cientos pertenecientes a Mundiales. Por la última fecha de la segunda ronda, aquel 3 de julio a las de 17 (hora local) jugaron Alemania-Federal-Polonia en Francfort y a las 19.30 lo hicieron Países Bajos-Brasil en Dortmund, Argentina-Alemania Oriental en Gelsenkirchen y Suecia-Yugoslavia en Düsseldorf. Mientras los dos primeros eran virtuales semifinales –Alemania Federal y Países Bajos ganaron y pasaron a la final-, los últimos dos, entre ellos el de Argentina, solo servían para completar el fixture.

El homenaje a Perón se concretó en los cuatro partidos. Como suele suceder, el minuto de silencio no duró 60 segundos sino la mitad, o incluso menos, pero lo curioso fue que –en los cuatro casos- no se realizó antes del inicio de los encuentros sino durante su transcurso, a los 10 minutos de juego. Cada árbitro detuvo su partido y los jugadores, que ya estaban advertidos de la decisión de la FIFA, dejaron de correr. Se desconoce por qué el tributo se realizó en ese momento en vez de, como suele ser tradicional, antes del puntapié inicial, al punto que un diario inglés, The Guardian, intentó en 2015 responder esa incógnita –calificó a la escena como uno de los momentos “más bizarros” de los Mundiales- pero reconoció que no tenía los datos suficientes para hacerlo.

La TV acompañó el momento de congoja y respeto. Seguramente por orden de la FIFA, los directores de la transmisión pasaron de un plano corto, el de los árbitros cuando anuncian el minuto de silencio, a un plano general, en el que se ve a la mayoría de los futbolistas paralizados. También enfocaron algunos bancos de suplentes: los técnicos se habían puesto de pie. En el Argentina 1-Alemania Oriental 1, tras la imagen del delantero Rubén Ayala –el Ratón original, que daría el apodo a Fabián, actual asistente de Lionel Scaloni- con la mirada al piso y el brazalete negro en la camiseta, la transmisión pasa a la bandera argentina a media asta en el estadio de Gelsenkirchen. Footballia.eu reproduce los partidos con audios originales: es notable cómo el público alemán cesa el murmullo habitual de los estadios y pasa a un silencio conmovedor.

La muerte de Perón, que había iniciado su tercera presidencia hacía menos de un año, el 12 de octubre de 1973 –ya con una salud deteriorada-, sacudió a los jugadores argentinos en plena segunda fase del Mundial. Símbolo de una época de desorganización –César Luis Menotti, considerado el refundador del seleccionado, asumiría justamente tras Alemania Federal 1974-, Argentina había pasado raspando la primera fase. Incluso había sido necesario un incentivo económico a Polonia para que le ganara a Italia.

Minuto de silencio Perón

Ya en la segunda fase, un cuadrangular cuyo ganador accedía a la final –y el segundo del grupo al partido por el tercer puesto-, Argentina perdió las dos primeras presentaciones: al histórico 0-4 ante la Holanda de Cruyff -La Naranja Mecánica- el 26 de junio, se le sumó el 1-2 ante Brasil, el 30. Ya sin chances de terminar líder o escolta de la zona, debía jugar ante una Alemania Oriental que tampoco tenía posibilidades de continuar en el torneo. En el medio, el lunes 1º de julio, murió Perón.

Uno de los jugadores de aquella selección, Miguel Brindisi -futuro técnico de Boca, Racing e Independiente-, contó hace pocos años: "La muerte de Perón nos golpeó mucho desde lo anímico. Nadie quería jugar el partido con Alemania Oriental: veíamos como irrespetuoso jugar mientras el país velaba al presidente. La mañana que muere Perón teníamos la mañana libre, habíamos ido a comprar botines, ropa deportiva… y vimos la bandera a media asta… sabíamos que Perón estaba grave. Nos reunimos y decidimos no jugar. Cuando se empieza a correr la voz de que no nos íbamos a presentar por respeto, nos informaron que nos podían suspender por dos Mundiales. Encima Argentina tenía que organizar el de 1978 y corría riesgo de perder la sede. Hasta que nos comunicamos con la presidencia, con las autoridades del país, y ellos nos autorizaron a jugar. Estábamos consternados”.

El dolor de los jugadores era real. Muchos de ellos habían vivido en primera persona las políticas a favor de los más desprotegidos en las dos primeras presidencias peronistas. Pertenecían a familias de orígenes humildes que entre 1946 y 1955 conocieron derechos laborales, trabajo, vacaciones y Juegos Evita. Ya en los 70, con Perón en el exilio, varios firmaron una solicitada a favor de su regreso definitivo al país. Algunos incluso habían conocido a Perón, como el propio Houseman, que de chico había estado en la Quinta de Olivos en una evacuación después de que se inundara la villa del Bajo Belgrano en la que vivía. “¿Usted es el famoso Houseman?”, lo saludó años más tarde, en 1973, ya convertido en una figura del Huracán campeón. “Cuando era abanderado de mi escuela, se acercó y me preguntó si jugaba al fútbol y en qué puesto”, recordó en aquellas horas de dolor Miguel Ángel Santoro, el arquero de Independiente que luego entrenaría al Dibu Martínez en las inferiores del club de Avellaneda.

Otros jugadores, Roberto Telch y el propio Ayala, incluso tenían una relación de amistad con el fundador del Partido Justicialista. “Una pérdida irreparable para Argentina y el mundo”, dijo Jorge Carrascosa, futuro capitán de la selección. Rubén Glaría recordó en aquel momento, según puede leerse en Crónica: “Hace dos años estuve con Perón y le pregunté si era de Racing, pero me dijo que era de Boca. También, que Holanda iba a ser campeón del mundo”.

En la concentración argentina en Alemania se armó una capilla ardiente: los jugadores recortaron una foto de Perón publicada en un diario local y la rodearon con una vela, un candil y flores –rosas y orquídeas-. También acudieron a una misa, hablada en alemán y en español, en recuerdo al presidente. Delegados del plantel de Alemania Oriental se acercaron a dar su pésame y llegaron telegramas de otras selecciones, como Suecia.

Jugadores Argentina muerte Perón
Los jugadores colocaron una foto de Perón rodeada de velas y flores en el lobby del hotel en Metzkausen, cerca de Dusseldorf, como altar improvisado.

Mientras el gobierno argentino anunciaba tres días de duelo, los jugadores escribieron un comunicado: “Ante la congoja total que nos aflige a todos los integrantes de esta delegación por la irreparable pérdida de nuestro presidente Juan Domingo Perón, nosotros, los jugadores, sentimos en este momento la obligación de expresar nuestro estado de ánimo. En esta situación, anímicamente consideramos que es imposible competir, y así se lo hemos hecho saber a los señores directivos. Ante el compromiso que tiene nuestro país en esta Copa Mundial no nos cabe otra alternativa que ajustarnos a las disposiciones reglamentarias, pero las mismas no pueden disimular nuestro profundo pesar por el momento que vivimos nosotros y el pueblo argentino”.

El partido menos deseado de la selección se jugó mientras en Buenos Aires se exhumaban los restos de Perón ante una multitud. Los jugadores argentinos, con una camiseta azul –primera vez en los Mundiales con el trébol de Adidas en la indumentaria-, usaron un brazalete negro. El estadio no estaba lleno: la virtual semifinal entre la selección local y Polonia, prevista para la tarde en Francfort, se había postergado media hora por tormenta, y lógicamente muchos alemanes prefirieron terminar de ver a su selección en sus casas. En Gelsenkirchen, ante rivales consternados, Alemania Oriental se puso en ventaja pero pronto llegó el empate de Houseman. Según contó Brindisi en el libro “Por el andarivel del 8”, de Rodolfo Chiseleanschi, el delantero de Huracán “no supo cómo festejarlo, si correr o quedarse parado. Brindisi fue el primero en acercarse a abrazarlo. El loco lloraba y no gritaba gol, gritaba Perón Perón”.

Además de ese 1-1 de Argentina, Holanda le ganó 2-0 a Brasil por el Grupo A mientras que, por la zona B, Alemania Federal superó 1-0 a Polonia y Suecia, en otro partido ya sin interés, venció 2-1 a Yugoslavia. Al Mundial le quedaban solo dos encuentros, por el tercer puesto –Polonia venció a Brasil- y la final –Alemania Federal superó a la Naranja Mecánica y se proclamó campeón-. Pero el dato inédito de aquel 1974, que nunca había ocurrido ni volvería a pasar, fue que cuatro partidos del Mundial se detuvieron a los 10 minutos en señal de duelo por la muerte de un presidente. De Juan Domingo Perón.

 por el fallecimiento del presidente argentino para los cuatro partidos del 3 de julio de 1974 en Alemania. . “¡Perón, Perón!”, gritó Houseman tras convertir el gol de la selección.

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