El hotel y sus viñedos al atardecer. Una experiencia para recordar. Foto: Abadía Retuerta LeDomaine

“Ni hoteleros ni bodegueros, somos gestores de felicidad”: las claves del éxito de Abadía Retuerta LeDomaine, uno de los 5 mejores hoteles de España.

En los campos de Valladolid, millones de años de modelación del terreno por parte del Duero, unos monjes franceses del siglo XII y una visión de turismo de excelencia han dado lugar a uno de los únicos 5 hoteles españoles con tres llaves Michelin.

Álvaro Hermida | 26 May 2024

Hoteles de lujo hay en todo el mundo, así como 5 estrellas. De lo que no hay tanto es espacios en los que no se busca la felicidad, sino que se encuentra. Tal vez lo lógico sea pensar que para lograr tal hazaña hay que hacer un extraordinario viaje a las Maldivas, o a una isla paradisíaca del Caribe, pero no: tan solo hay que llegar a Sardón de Duero, en la provincia de Valladolid. En ese pequeño pueblo de poco más de seiscientos habitantes se encuentra uno de los mejores cinco hoteles de España. No solo eso, sino que este establecimiento es también una de las mejores bodegas. Esa es la magia de la ribera del Duero y de Abadía Retuerta LeDomaine.

Y no es una impresión subjetiva, que bien se podría serlo, sino que ese reconocimiento a la excelencia ha sido otorgado por nada más y nada menos que la Guía Michelin y la Guía de Vinos Gourmets 2024. En poco menos de cinco meses la bodega y el hotel se han convertido en los ganadores de las tres Llaves Michelin (solo 5 hoteles tienen ese reconocimiento en España) y también el premio a la “Mejor Bodega del Año”. Para el establecimiento vallisoletano está siendo un 2024 de ensueño. Por supuesto, las grandes recompensas no llegan por arte de magia, sino que están precedidas por un enorme esfuerzo: “Lo más importante es el equipo. Si no tienes a un grupo de personas comprometidas que entienden la filosofía de poner al cliente, al huésped, en el centro, mal vamos”. Así de claro lo explica a Turium Enrique Valero, el director general de Abadía Retuerta LeDomaine.

El escenario, claro está, es otro de los grandes protagonistas: “El primer empleado fue el río Duero”, explica el director general. Esto se debe a que gran parte de la historia y filosofía del hotel proviene de sus vinos de pago, que dependen, en gran medida, no solo de la maestría de los enólogos, sino de la naturaleza que alimenta esas uvas, año tras año, siglo tras siglo: “somos herederos de dos legados únicos, las 700 hectáreas y el río Duero. Tú no puedes crear vinos de calidad en cualquier sitio. El río estuvo trabajando millones de años para darnos esas condiciones perfectas”. Para Enrique Valero también es esencial adaptar la filosofía del territorio al tipo de vinos que se producen y a los objetivos de la bodega: “Nuestra visión es producir vinos de terruño. No hemos querido ser nunca los más grandes, sino los que transmitimos una personalidad propia con cada botella”.

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Vistas a los viñedos desde una de las habitaciones. Foto: Abadía Retuerta LeDomaine

De monjes franceses a la excelencia hotelera

El territorio es fundamental. En muchos lugares de la ribera del Duero se podrían crear fantásticos hoteles, pero muy pocos tienen la oportunidad de disponer de una abadía del siglo XII. Se podría interpretar esta oportunidad desde un punto de vista pragmático, aprovechando el hecho de disponer de una preciosa iglesia de hace 900 años de 8.000 metros cuadrados para establecer un alojamiento, pero, como explica Enrique Valero, en Abadía Retuerta van mucho más allá: “En el plan estratégico que yo implemento desde el año 2009 nuestro objetivo ha sido entender por qué unos monjes del norte de Francia vinieron hasta aquí. Su intención era crear un impacto positivo en la comunidad local (ellos a través de la fe), de una forma muy generosa. Eso nos ha llevado a crear nuestra filosofía, basada en ver cómo podemos compartir estas dos herencias con el público”. 

Del mismo modo, el director general explica que en los últimos 20 años, el tipo de huéspedes ha cambiado junto con el hotel: “Ya no hay turistas, sino que hay viajeros. Personas que quieren entender un lugar a través de su territorio, de sus costumbres, de su artesanía, de sus productos y de su historia”. Del mismo modo, explica Enrique, también ha variado la forma en la que los visitantes pretenden vivir sus viajes, con experiencias personalizadas, sintiéndose especiales, libres, sin calendarios cerrados y actividades programadas a horas específicas. “No hay un huésped igual a otro”. Estos factores cambian la filosofía de Abadía Retuerta: “No somos hoteleros ni bodegueros, somos gestores de felicidad”, apostilla Enrique Valero. 

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El Santuario de wellness y SPA del hotel. Foto: Abadía Retuerta LeDomaine

Un futuro brillante, no carente de desafíos

Lo nueve siglos de historia de Abadía Retuerta también suponen una responsabilidad mayúscula, pues hay que estar a su altura. Esto es especialmente difícil hoy en día dados los desafíos a los que se enfrenta no solo el sector turístico, sino también el vitivinícola, así como la sociedad rural en general.

El cambio climático, la crisis demográfica, la hídrica y otros problemas medioambientales, así como un largo etcétera, son cuestiones cada día más acuciantes para las que hay que tomar medidas urgentes no solo a nivel social, sino también individual. Enrique es muy consciente de ello y apuesta porque el compromiso y, sobre todo, la formación son esenciales: “Tener buenos mimbres es esencial para crear un destino de excelencia”.

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Detalle de la Junior Suite del Hotel. Foto: Abadía Retuerta LeDomaine

Como explica el director general, los premios de este año, aunque de inmenso valor, no son los únicos que tiene el hotel, pues sus esfuerzos para mejorar la gestión de los recursos hídricos o energéticos, o para alcanzar grandes niveles de sostenibilidad también ha sido reconocidos a lo largo de los años. Hay que estar preparados para los eventos que desencadenará el cambio climático: “Para el sector del vino la crisis climática es muy importante. No hay que ser tremendistas, pero como se suele decir, no hay que estar preocupados, pero sí hay que estar ocupados”.

Del mismo modo, Enrique Valero explica a Turium que la gestión de los recursos hídricos es esencial: “Otro gran reto al que nos enfrentamos, en el terreno de la sostenibilidad, es el agua. Se trata de un bien muy escaso. Durante el invierno el Duero va bien cargado, pero esa agua acaba en el mar. Tenemos que gestionar cómo crear reservas de agua, ya sean nuestras o compartidas, para tener almacenamiento durante el invierno y poder utilizarlo en verano".

Por último, explica el experto, el otro gran desafío al que se enfrenta Abadía Retuerta LeDomaine es el de la formación y su relevancia en el escenario económico general: “El turismo es el mayor sector en España, representando entre un 12% y un 14% del PIB. Somos líderes en volumen, pero podemos mejorarla en calidad. Que sea una industria de calidad pasa porque el turismo no destroce nuestros paisajes y nuestras ciudades, que active las economías locales sin ponerlas en peligro”

Un paraíso a orillas del Duero

El hotel se sitúa tan solo a dos horas de distancia desde Madrid. En él, la atención al detalle se encuentra en cada rincón y su foco está puesto en cinco experiencias: vino, sostenibilidad, wellness (y “wellbeing”, dado que, como explica Enrique Valero, el “ser bien” es más importante todavía que el “estar bien”), arte y gastronomía.

De esta última se encarga el restaurante, Refectorio, galardonado con una estrella Michelin y dos soles Repsol. A pesar de eso, no es el único, dado que el hotel también cuenta con la Vinoteca, especializada en cocina de mercado y de la huerta; Calicata Terroir Bar, especializada en cocina de cercanía y, por último, la Hospedería, la más “nocturna” de las opciones, donde el picoteo y los cócteles de autor se dan la mano en la más desenfadada de las opciones.

Por otra parte, Abadía Retuerta no solo cuenta con un SPA, sino que van un paso más alla: Un Santuario Wellnes. Desde el año 2015 este espacio, situado en la antigua zona de caballerizas de la Abadía, utiliza sus más de 1.000 metros cuadrados en ofrecer a sus visitantes los tratamientos con aguas sacadas de un pozo único, situado justo a 120 metros de profundidad por debajo del hotel. Además, tratándose de una bodega, en Abadía Retuerta han abrazado el concepto de “Spa Sommelier”, en el que los tratamientos de bienestar (y bienser) se funden con catas de vinos y aceites a ciegas, convirtiéndose en una experiencia única.

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El restaurante Refectorio, con una estrella Michelin. Foto: Abadía Retuerta LeDomaine

El hotel, el plato fuerte Abadía Retuerta utiliza los 8.000 metros cuadrados legados por los monjes franceses para situar 27 habitaciones y 3 suites. Su diseño, que abraza el concepto de turismo silencioso, hace uso de materiales sostenibles para no romper con el espíritu sobrio a la vez que acogedor del hotel.

Por último, en los últimos años el hotel ha apostado decididamente por el arte, dado que consideran que es parte fundamental de una experiencia completa. Por un lado, la arquitectura de la Abadía Románica del siglo XII es omnipresente, y lleva la voz cantante en todos los rincones del establecimiento. Por otro, diversas exposiciones con artistas invitados se llevan a cabo en diferentes espacios del hotel, entre los que destaca el Salón Chimenea, donde los vinos, el arte, tanto clásico como contemporáneo y la música, interpretada por el pianista Miguel Ángel Recio, llevan esta experiencia a nuevas cotas.

TURIUM TIPS

700 hectáreas de viñedo y una bicicleta. La sostenibilidad es parte fundamental de la filosofía de Abadía Retuerta. Por ello tendrás a tu disposición bicicletas eléctricas para recorrerlos (así como la orilla del propio Duero) y disfrutar no solo de las vistas, sino del campo de Castilla, la enología y el ejercicio.

Da un paseo por un bosque vallisoletano. En la linde sur del Duero a su paso por Valladolid, a poco más de dos kilómetros del río, encontrarás grandes bosques de encinas y robles donde podrás disfrutar de excursiones únicas. Te recomendamos el que está situado justo al sur de la bodega de Abadía Retuerta, para que recorras el Camino de los Robles, que en algunos momentos llega a ser algo empinado, pero que te ofrecerá unas vistas inigualables de los viñedos.

Si vas en coche desde Madrid, lo más normal es que utilices la A-1 para llegar al hotel. Esta ruta te hará pasar por Peñafiel. Si ese es el caso, aprovecha para visitar uno de los castillos mejor conservados de España, que, además, comanda toda la ribera del Duero con unas vistas espectaculares.