La diversión comienza con un paseo en barco por el puerto de Mahón. Con 5 km de largo, es uno de los puertos naturales más grandes del mundo. Está bordeado por edificios históricos, fortificaciones y salpicado de islas. De vuelta en tierra firme, hay un recorrido por la ciudad de Mahón seguido de algo de tiempo libre. Nicola agrega: "Los recordatorios del dominio británico de un siglo de duración todavía son visibles hasta el día de hoy: puede ver ventanas de guillotina y arco, pestillos de puertas y manijas tal como lo haría en el Reino Unido". A continuación, viajarás por la carretera de la costa hasta Binibeca. Este pueblo de cuento de hadas está repleto de callejones estrechos de casas de terrones de azúcar que caen en cascada hasta el puerto. Un poco más al este a lo largo de la costa se encuentra la Cova d'en Xoroi, una cueva situada en un acantilado. Disfruta de una bebida mientras contemplas las vistas al mar desde el bar más cool de Menorca. Para redondear el día, retrocede en el tiempo en el yacimiento arqueológico megalítico de Torralba d'en Salord, de 3.000 años de antigüedad, famoso por sus grandes rocas parecidas a dólmenes. Con tu visita contribuyes a su conservación.