Desde las crestas plateadas de los Alpes hasta el brillante Mar Mediterráneo, la belleza de Italia es incomparable. Con una visita podrás maravillarte en el Coliseo luego de disfrutar de un delicioso plato de pasta, o navegar relajadamente por un canal satisfecho después de haber probado un sangiovese local. Explora los viñedos y los olivares de Toscana o disfruta de la moda con las increíbles boutiques de Milán. Busca las sirenas desde los acantilados de Sorrento o prueba los famosos quesos y prosciutto de Parma. Sin importar el lugar que elijas visitar, este país te cautivará.

Desde archipiélagos bañados por el sol y bulliciosas ciudades urbanas hasta montañas cubiertas de nieve y desiertos semiáridos, España es la personificación de la diversidad geográfica. Como el punto de encuentro entre el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo, este gran país ofrece algunos de los paisajes más dramáticos de Europa, además de la cocina más deliciosa.

La glamorosa Santorini es deliciosamente diferente. La juventud geográfica es un aspecto que debemos agradecer. Perissa y Kamari, las playas más conocidas de la isla con arenas volcánicas oscuras, son grandes atractivos como lo es su indiscutible playa más famosa Red Beach cerca de Akrotiri (que es el lugar al que deben ir los amantes de la arqueología). Santorini rodea una laguna gigante en las islas Cícladas y ofrece vistas impactantes desde los pueblos elevados, el tipo de cocina ecléctica, las galerías adorables, la floreciente vida nocturna y la excelencia de los vinos.

La isla más grande y, según muchos, la más hermosa de la Bahía de Nápoles, Ischia es reconocida por sus spas curativos. Ferris e hidrodeslizadores conectan a Nápoles con Ischia Porto, la ciudad principal. Cerca de Ischia Ponte (conectados con la isla principal mediante un puente peatonal) están los magníficos Castello Aragonese y Torre Guevara. Forio en la costa oeste de la isla, Lacco Ameno en el noroeste y Sant’Angelo en el sur, son las ciudades turísticas más agitadas. Casamicciola Terme en el norte es uno de los spa más antiguos de Europa.

Turquía, un país que resurgió de las cenizas del Imperio otomano, es una tierra tanto de ciudades y zonas rurales como de ruinas antiguas y cultura contemporánea. Chapotea en los baños de barro de Dalyan o camina entre las rocas volcánicas de Goreme. Por supuesto, la fabulosa Estambul es una visita obligada. Hagas lo que hagas, no puedes perderte el café y los postres. Disfruta de una delicia turca de flores o un exquisito baklava de hojaldre para deleitar el paladar con estos sabores exóticos.

El archipiélago de Zanzíbar, ubicado en el océano Índico a 15 millas de la costa de Tanzania, es un lugar impresionante para escaparse del mundo. Disfrutarás del agua cristalina azul turquesa, de bancos de arena poco profundos perfectos para caminar por el agua y de muchas islas pequeñas casi desiertas, prácticamente nunca visitadas por los turistas. Explora el patrimonio mundial Stone Town, el casco antiguo de Zanzíbar. O simplemente camina de playa en playa entre los minúsculos pueblos pesqueros: son uno mejor que el otro.

¿Quieres que tus compañeros de trabajo se mueran de envidia? Suelta como por casualidad: “Este año me voy de vacaciones a las Maldivas”, sobre todo si estáis en pleno invierno. O mejor aún: escápate sin decírselo a nadie y manda luego una postal que diga “¡Ojalá estuvierais aquí!”.

El estado de Rajastán, al noroeste de la India, comprende parte del desierto de Thar, así como el Parque Nacional de Ranthambhore, donde habitan los tigres, y el frondoso monte Abu con sus elaborados templos. Un safari en camello por las cercanías del núcleo comercial de Jaisalmer le dará una idea de la desolada belleza de la zona. A la orilla de un lago, Udaipur marca el contrapunto. La capital del estado, Jaipur, es ideal para los que deseen hacer compras. Alquile un automóvil con conductor para llegar a los sitios de interés diseminados por la región. Alójese en un hotel del patrimonio para sentirse como un marajá.