En Tailandia la aventura tiene un sabor especial. Las playas y las islas del sur ofrecen la posibilidad de surcar el mar en kayak, hacer rapel en cuevas y escalar las impresionantes aglomeraciones de piedra caliza que se elevan por encima del mar otomano. En el interior puedes hacer excursiones por la jungla o en tirolina. Al norte, las montañas y la selva pluvial constituyen el telón de fondo de emocionantes aventuras al aire libre.

Malasia ofrece una combinación de paisajes del nuevo y viejo mundo para complacer a sus habitantes y turistas. Los viajeros van a Malasia todo el año para disfrutar de su hermosa selva tropical, ubicada en el Parque Nacional Taman Negara, y de sus impactantes vistas de la región montañosa. Si estás buscando una experiencia culinaria exótica, Malasia te complacerá con su amplia variedad de riquísimos mariscos frescos y tragos de la isla. Las parejas pueden participar del rafting en rápidos o simplemente disfrutar de una tarde tranquila en la playa.

Con más de 7000 islas que consisten en campos de arroz, volcanes, megametrópolis, sitios para surfear de primer nivel y vida salvaje endémica, Filipinas es uno de los países más deslumbrantes y diversos de todo Asia. Sin mencionar que también tiene algunas de las mejores playas del mundo.

Langkawi es un sereno archipiélago de 140 islas, de las cuales solo unas pocas están habitadas. La mayor de ellas tiene el mismo nombre que la isla de Langkawi, que fue declarada Geoparque por la UNESCO debido a sus áreas de conservación ricamente pobladas (por la fauna silvestre, se entiende). La mejor manera de disfrutar de estas maravillas ecológicas es desde lo alto, en el Puente Langkawi Sky que se extiende por encima de la selva tropical. El lago de agua fresca, llamado informalmente “Doncella embarazada”, es un excelente lugar para tomar un baño o jugar a mantener tus cosas alejadas de los monos cleptómanos.

Famosa en todo Asia por su embriagadora mezcla de culturas orientales, la isla de Penang es el crisol de culturas por excelencia de Malasia. Los vendedores junto a la calle ofrecen algunos de los mejores platos de comida callejera, sus parques nacionales tiene playas de arenas blancas y vida salvaje y George Town, ciudad designada por la UNESCO, está llena de coloridas casas que son patrimonio cultural.

La mayoría de los viajeros han oído hablar de Panay como el punto de partida hacia las playas de arena blanca y aguas turquesa de Boracay. Pero, si dispones de algún día extra para explorar, descubrirás muchas más cosas en esta isla filipina, desde las montañas escarpadas y los ríos de la provincia de Antique hasta la historia y la arquitectura de la ciudad de Iloílo. Además, es el sueño de cualquier amante de la gastronomía: disfruta del mejor marisco del país (según algunos viajeros) en la playa de Baybay o date una vuelta por la isla Guimarás para probar algunos de los mangos más dulces del mundo.

El Archipiélago de Zanzíbar, compuesto por un grupo de islas e isletas situadas a unos 40kilómetros de la costa tanzana, está encabezado por Unguja (a la que se suele referir simplemente como Zanzíbar) y Pemba. Antiguamente una nación separada, Zanzíbar disfruta de una larga historia de intercambio comercial con el mundo árabe, que se remonta al menos al siglo XI. La capital, Stone Town, es un lugar Patrimonio de la Humanidad y cuenta con un gran número de atracciones históricas de gran interés. Las luminosas playas de blanca arena de Zanzíbar y los cercanos arrecifes de corales lo convierten en un destino popular para los entusiastas del sol y del mar.

Frente a la costa sur de Australia se encuentra la escarpada y preciosa isla de Tasmania, un destino único donde se pueden ver demonios de Tasmania, pasear por la naturaleza, disfrutar de cruceros ecológicos, degustar quesos artesanales e incluso visitar un museo de arte controvertido. ¿La mejor forma de visitarla? Discurrir por carreteras secundarias sin prisa: coja la dirección que coja, siempre estará cerca de unas maravillosas bodegas, destilerías, granjas de animales marinos, asentamientos de convictos, playas vírgenes, campos de lavanda o parques nacionales.

En el país del sol naciente, los templos antiguos y el neón comparten espacio, a la vez que los santuarios sintoístas ofrecen refugios de paz en medio de las metrópolis. Si a esto sumamos las ceremonias del té, los monos de nieve, el sushi, los kimonos y el karaoke, podemos decir que se trata de uno de los países más fascinantes del mundo.

Desde las playas de Tel Aviv hasta las orillas del mar Muerto, Israel añade al desierto un telón de fondo de culturas diversas, aventuras al aire libre y una destacada herencia religiosa. Explorar esta tierra significa empaparse de historia a cada paso, mientras que la escena gastronómica ofrece a los viajeros gourmet la posibilidad de disfrutar de sabores nuevos.