Baguio, ciudad situada a gran altitud en las montañas de la Cordillera Central, es un lugar ideal en el que refugiarse del calor que asola el llano de las Filipinas. El campamento John Hay, que originalmente era una zona de recreo para los soldados estadounidenses, es ahora un complejo turístico completamente equipado que cuenta incluso con un campo de golf de primera. No te pierdas el mercado de la ciudad, en el que podrás comprar casi de todo (eso sí, tendrás que regatear).

Luzón es la isla más grande de Filipinas, así como una de las más diversas. Es el lugar en el que picos montañosos y volcanes se encuentran con kilómetros de costa, y la cultura indígena se mezcla con la historia colonial española. Puedes relajarte en la playa de Pagudpud, subir con personas de la zona hasta los arrozales en terraza de Batad, montarte en un carruaje tirado por caballos en Vigan, así como probar la comida callejera de Manila y bailar toda la noche por la ciudad. Necesitarás varios días y un pase de autobús, pero te alegrarás de haberte quedado.

Hogar de casi nueve millones de personas e impulsora de una economía que excede a la de Hong Kong y Tailandia, Osaka pisa fuerte. Con fabulosos restaurantes y vida nocturna, la confiada y elegante ciudad es un epicentro de las compras. Es un ideal punto de partida para explorar la región de Kansai; los mencionados patrimonios mundiales de Kioto, el templo de Nara y las escalofriantes tumbas de Koya-san están a 90 minutos en tren. Las atracciones más populares de la ciudad incluyen: el acuario, el Castillo de Osaka, Universal Studios Japan y el futurista Jardín-Observatorio Flotante.

Puedes llegar a Yokohama fácilmente desde Tokio, pero hay tanto para ver y hacer aquí, que vale la pena quedarse más de un día de viaje. Visita Minato Marai 21, un barrio moderno y popular con excelentes opciones de compras y toneladas de restaurantes. Los viajeros de TripAdvisor también recomiendan una parada en Big Wharf (Osanbashi Pier), un muelle de forma única con vistas espectaculares.

Los caminos ensortijados de la costa de Nusa Lembongan invitan a los viajeros a explorar la isla a pie. Los bosques de manglares, los campos de algas y las playas tranquilas, como Jungut Batu y Dream Beach, son las principales formas de experimentar la belleza natural de Nusa Lembongan. Las aguas azules cristalinas son perfectas para el surf y el buceo con corriente. Camina por el puente suspendido hasta la isla vecina Nusa Ceningan y disfruta de un atardecer espectacular desde Ceningan Ridge a puro romance.

En la bellísima isla de Havelock, la más popular de las Islas Andaman, se destaca el mejor buceo y snorkeling. Botes con pisos de vidrio permiten presenciar la vida marina bien de cerca. Recorridos y campamentos en la jungla son las actividades populares entre aquellos que no están tan familiarizados con el mar, si bien los menos predispuestos pueden discretamente elegir retirarse a uno de los diferentes resort de lujo. Recarga energías con leche de coco fresca y suculentos mariscos recién atrapados, que resaltan en cada comida.

Las Playas de Broome no son sólo idílicas, son históricas. Entre ellas se encuentra la famosa Cable Beach, playa de arenas blancas que recibe su nombre por una especie de cable submarino telegráfico instalado a finales del siglo XIX y que conecta Broome con Singapur. A pocos kilómetros está el Minyirr Park, una reserva costera en la orilla este de Cable Beach, sobre las dunas. En Town Beach se puede apreciar un famoso fenómeno natural, la llamada Staircase to the Moon (el reflejo de la luna roja en las aguas pantanosas da la impresión de que hay una escalera de luz que se alza hacia la luna...). Viaja en el tiempo a la prehistoria y visita Gantheaume Point, donde podrás observar huellas de dinosaurios de 130 millones de años de antigüedad.