Érase una vez una villa en Ronda

¿Alojarte en una casa de lujo con los servicios de un hotel? Tus sueños se harán realidad en este rincón de la serranía malagueña.
Villa Ronda
Villa Ronda

Has hecho las maletas. Te has montado en el coche, has sintonizado algo de música animada en la radio y has puesto rumbo al sur. A los paisajes serranos de la bella Málaga, para ser más exactos.

Allí, tras sortear las callejuelas de la encantadora Ronda y dejarlas a un lado –otra vez será, querida, prometemos volver–, enfilas un carril de tierra que te adentra en el corazón de la naturaleza más sublime. Un pequeño oasis entre olivos y castaños que promete ser tu paraíso particular.

Media hora más tarde, después de haber superado baches –y saludado a algún que otro agricultor por tierras recién labradas–, la alcanzas. Una hermosa villa de lujo, aislada del universo, pero rodeada de la belleza más pura, te recibe lista para hacerte disfrutar.

Piscina en Villa Ronda.

Villa Ronda

CHECK-IN EN EL EDÉN

Muy posiblemente te asombre ya desde la distancia: construida hace solo 17 años, la que va a ser tu casa durante los próximos días recrea la estética de los cortijos andaluces que concentran esa esencia sureña que tanto te gusta.

Una arcada encalada te da paso a la plazuela de piedras que hace las veces de aparcamiento. Allí dejas el coche y enseguida te abraza el rumor de la fuente central, que te acompaña mientras tomas el equipaje. Antes de que te des cuenta, Rufán ha venido a saludar: el simpático perro de los guardianes de la casa sabe mantener las distancias, pero su cola inquieta –y la pelota junto a sus patas– dejan intuir sus ganas de jugar.

Ver fotos: 10 pueblos de Málaga en los que nos quedaríamos a vivir para siempre

Enseguida atraviesas el enorme portón de madera que da acceso al interior de la villa dispuesto a escudriñar hasta el último rincón. Vienes decidido a desconectar, a dejarte mimar por los espacios perfectamente cuidados de este templo dedicado al disfrute en el que, de la mano de Marbella Mountain Resorts, se aúnan la privacidad y exclusividad de las villas de lujo con los servicios propios de un hotel de máxima categoría.

Solo para ti, una deslumbrante casa de siete habitaciones repartidas en dos plantas donde el interiorismo cálido, acogedor, combina con el cuidado diseño de sus espacios. ¿Acaso puedes pedir más?

Salón con chimenea.

Villa Ronda

LA VILLA: EL OASIS QUE ANHELABAS

Enseguida descubres que no faltan en este paraíso rondeño un coqueto salón con chimenea ideal para los inviernos fríos ni un patio de luces interior con elementos decorativos de esencia andalusí. Tampoco una biblioteca colmada de libros, una amplia cocina con isla, una sauna e incluso una modernísima sala de cine. Y cada una de las habitaciones, además, servidas de ese tipo de detalles que siempre suman: suelos radiantes o un sistema ultramoderno de sonido, te terminan de conquistar.

Pero fuera, por si esto fuera poco, la cosa sigue. Allí te sorprende una terraza repleta de sillones con mullidos cojines colocados frente la piscina. La misma que te tienta a zambullirte –aunque, lo hace más aún el jacuzzi climatizado que hay en su interior– sin pararte a mirar el reloj. También un jardín con vistas a la sierra. De fondo, la adorada Ronda, que te observa impasible en la distancia.

Dos bicicletas eléctricas te esperan en la entrada de la villa para permitirte explorar el resto de los dominios a tu aire: 200 hectáreas, ni más ni menos, constituyen el total de la finca. Un enclave repleto de rincones en los que encontrar la calma, donde respirar la paz. ¿Acaso no es eso lo que buscas —ejem, buscamos— en vacaciones? Olvidar el estrés, respirar profundo, bajar pulsaciones... Va a ser que sí, que esta es la escapada que mereces. Que merecemos.

Una de las siete habitaciones.

Villa Ronda

LA EXPERIENCIA QUE VA MÁS ALLÁ

Estando rodeado de tantos estímulos que, a la vez, conducen al mayor relax, lo que te pedirá el cuerpo será tomar un buen libro y tumbarte en la terraza. El atardecer es el momento clave para ello. Es entonces cuando Ronda, en el horizonte, se enciende. Cuando el cielo se tiñe de rosa y las bandadas de pájaros, con decenas, cientos de ellos, sobrevuelan el paisaje regalando una banda sonora sin igual.

Un espectáculo que transcurre en paralelo al conjunto de aromas que comienzan a emanar de cocina y que, obvio, sirven de llamada para la cena: Jairo Rodríguez, chef privado de la villa, un rondeño apasionado con un talento que riega con ilusión día a día, se habrá colado sigilosamente ante los fogones y ya tendrá preparadas ricas recetas con las que agasajarte. Otro de los servicios que suman en esta experiencia tan especial.

Un mantel blanco impoluto cubre una mesa a la que no le falta un detalle: pan de masa madre de una reconocida panadería rondeña, aceite de oliva elaborado con las aceitunas de los olivos de la finca, una botella de Cortijo Los Aguilares –una de las múltiples bodegas de las que presume la ciudad– y un menú degustación digno de un restaurante gastronómico en toda regla: desde la ensaladilla con piparra a la lasaña de atún o el brioche de salmón con trufa, todo te resultará —ya te lo avisamos— delicioso.

Atardecer sobre Ronda.

Villa Ronda

SER TRATADOS COMO REYES

Muy probablemente te encuentres tan a gusto que ni si quiera te plantees abandonar los límites de su territorio. Pero, ojo, porque resulta que aún no has leído ni la mitad. Y es que ya lo comentamos: más allá de apostar por el lujo, Marbella Mountain Resorts está especializada en hacer de la estancia de sus inquilinos una experiencia memorable. En, en otras palabras, marcar la diferencia con un trato personalizado hasta en el último detalle. La cuestión es: ¿cómo se logra eso?

Pues ya te lo decimos nosotros: poniendo a disposición de los huéspedes –o sea, de ti– todo un catálogo de servicios y experiencias difícilmente superable que abarca desde la limpieza diaria de la villa a almohadas y sábanas a elección. Un chofer a disposición, personal trainer o una masajista a domicilio también se incluyen en la lista. El disfrute del huésped es lo que prima aquí con un solo objetivo: ofrecer desconexión.

Y para ello quizás –ahora sí–, toque averiguar qué se cuece más allá de las fronteras de la villa, que, ubicada a tan solo un puñado de kilómetros de Ronda, te permite dar un salto a la Ciudad Soñada para dar un paseo por su barrio árabe, asomarte al Tajo, hacer una ruta por sus bodegas o descubrir por qué tantos y tantos escritores románticos acabaron enamorados de ella.

Una de las estancias de Villa Ronda.

Villa Ronda

Otra opción es pedir consejo a la Experience Manager de la empresa disponible las 24 horas, que estará siempre dispuesta a mover cielo y tierra, si fuera necesario, para cerciorarse personalmente de que tu disfrute continúe de puertas para fuera de la casa.

Es decir: ¿que quieres cenar en uno de los prestigiosos restaurantes de Marbella? Ella se encarga de encontrar mesa. ¿Que te gustaría pasar un día visitando Granada? Dicho, y hecho. ¿Que te apetece cruzar el Mediterráneo y disfrutar de una jornada descubriendo Melilla? Gracias al helipuerto privado ubicado en el interior de la finca, todo es posible. Tú pide por esa boquita... y ella hará el resto.

CON LA DISCRECIÓN POR BANDERA

Con el claro objetivo de ofrecer una experiencia más parecida a la de hospedarse en un hotel boutique que en una villa alquilada, Marbella Mountain Resorts, con sede en la popular ciudad de la Costa del Sol, abrió sus puertas hace casi una década decidida a dedicarse al universo del hospitality de altos estándares.

Los principios de la hotelería más excepcional le sirvieron de guía –de hecho, tanto su CEO como la mayor parte de sus trabajadores tienen un extenso pasado profesional en este sector, y eso se nota–, y el lujo discreto fundó las bases de su trabajo.

Caballo en la finca.

Villa Ronda

Bajo estos principios, la empresa se encarga de la gestión, no solo de este refugio rondeño, sino también de otras 31 propiedades de lujo repartidas por la provincia de Málaga. Muchas de ellas, por cierto, ubicadas en la Milla de Oro marbellí o en la mismísima La Zagaleta, la urbanización más exclusiva de Europa: es este el mejor ejemplo del nivel de compromiso y dedicación que ofrecen a sus huéspedes.

Una apuesta segura donde la excelencia y el lujo están presentes a cada paso y que constituye la escapada perfecta en la que disfrutar, dejarse mimar y, en definitiva, ser feliz. ¿Qué tal si vamos planeando el regreso?

Ver más artículos

SUSCRÍBETE AQUÍ a nuestra newsletter y recibe todas las novedades de Condé Nast Traveler #YoSoyTraveler