Trevélez, el cielo de Andalucía al alcance de los dedos

El pueblo más alto del sur de la Península es también una de las joyas de las Alpujarras, tierra de leyendas, de naturaleza… y de buen jamón.
Trevlez Granada.
Getty Images

Los paisajes de Sierra Nevada tienen una belleza que no es de este mundo. Y tanto es así que los pueblos más escondidos fueron ferozmente defendidos por los distintos conquistadores que han ocupado estas tierras. 

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La imaginación se despierta cuando recorremos las Alpujarras granadinas por esas carreteras que se contonean en meandros imposibles y que nos llevan al techo de Andalucía. Atravesamos la columna vertebral del Parque Nacional de Sierra Nevada para llegar al pueblo más alto del sur de España.

Calle típica de Trevélez, Granada.Alpujarra Turística

TREVÉLEZ, EL PUEBLO MÁS ALTO DE ANDALUCÍA

Con el sol en lo más alto, la insultante blancura de las casas encaladas de los pueblos alpujarreños deslumbra con mucha facilidad. Posiblemente eso pretendieron los musulmanes que se refugiaron en estas tierras huyendo de un Reino de Granada en ese momento recién conquistado. Pero a Trevélez los cristianos no pudieron llegar, quizás porque los casi 1500 metros de altitud en los que se sitúa este bonito pueblo granadino fueron un obstáculo demasiado grande y los musulmanes lo aprovecharon para esconderse en estas tierras.

Sorteamos los desniveles de la falda del Mulhacén hasta llegar a este pueblo que parece sostenerse en la montaña, casi desafiando a la ley de la gravedad. El espectacular paisaje de Sierra Nevada que nos espera nos permite incluir a Trevélez dentro del exclusivo club de los balcones de Andalucía, y no en vano, ya que es uno de sus grandes atractivos turísticos.

No se tarda mucho en recorrer Trevélez, pero si es recomendable hacerlo con poca carga encima. Porque Trevélez se dibuja sobre cuestas empinadas que se suceden una con otra, algunas de ellas con un nivel de inclinación de vértigo. Pero este esfuerzo extra se ve compensado por sus bonitas casas alpujarreñas, donde trozos de piedra se ven revestidos por balcones plagados de geranios de mil colores y el calor de sus gentes, que saludan al viajero desde cada ventana.

Tres barrios son los que dividen Trevélez desde abajo hasta arriba, y los tres están bien señalizados para hacer ruta por sus calles. El objetivo es llegar arriba aprovechando cada recodo para observar un trozo de paisaje único. A partir del Barrio Medio ya resulta complicado no pararse para tomar una foto, bien sea de las vistas o de las numerosas fuentes que hay en el pueblo.

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No hay que olvidar que estamos en una zona donde el deshielo permite una gran afluencia de agua, algo que se ha aprovechado muy bien en la vecina Lanjarón, muy conocida por su manantial. Muchas de las fuentes de Trevélez fueron abrevaderos para el ganado, pero hoy en día son carne de Instagram. Además el sonido del agua de sus pilares te acompaña durante todo el camino, y siempre invita a refrescarse ya que, a pesar de las temperaturas altas, el agua siempre sale helada por sus caños.

Pasando por el Barrio Medio descubrimos los primeros “tinaos”, una formación arquitectónica típica de La Alpujarra, muy similar a un callejón o a un soportal y que muchas veces sirve de paso entre las calles, para protegerse del sol o para entablar conversación entre vecinos. Algunos “tinaos” incluso no son de paso y están integrados dentro de la propia casa, como si fuera un porche.

Una vez se llega al Barrio Alto nos espera la mejor panorámica de todas, el punto más alto habitado de toda Andalucía. Desde este mirador se puede contemplar la grandeza de Sierra Nevada, perfilada por sus montes verdes tan solo molestados por la salpicadura blanca de las casas de Trevélez. También se avista la cima del Mulhacén, lugar donde se levantó la Ermita de la Virgen de las Nieves, patrona de la localidad.

Esta misma virgen se encuentra alojada en el Barrio Alto en la Ermita de San Antonio, un templo del siglo XVII que se puede visitar. Del mismo siglo data la Iglesia de San Benito, de estilo mudéjar y que se construyó sobre los restos del anterior templo nazarí que existía en el pueblo. Y es aquí donde hacemos la primera parada antes de continuar la jornada.

Los jamones de Trevélez.Alamy

EL JAMÓN, SU CIUDADANO MÁS ILUSTRE

Una de las cosas que sitúa a Trevélez en el mapa es sin duda su famoso jamón. En las Alpujarras se elaboran jamones desde hace siglos, pero no fue hasta 1862 que el jamón de Trevélez tuvo el reconocimiento que se merecía. Y esto fue gracias a la reina Isabel II, que en ese mismo año concedió a este jamón el distintivo del “Sello de la Corona”.

Desde entonces el jamón de Trevélez se ha convertido en una institución que cuenta con su propio Consejo de Indicación Geográfica Protegida. Porque en el jamón de Trevélez se sigue elaborando de manera tradicional, con un proceso de secado natural y huyendo de las grandes producciones en serie. Es por eso que los secaderos de jamón hace años que abren sus puertas a viajeros que quieren saber un poco más.

En Trevélez varios secaderos admiten visitas. Lo suyo es hacerlo en Vallejo, uno de los pilares del jamón de Trevélez, donde se puede hacer un recorrido completo desde el despiece del cerdo hasta el resultado final en el plato. Incluso se puede visitar su Museo del Jamón, un lugar donde se puede aprender un poco más sobre la historia de este manjar y que da pie a una desgustación con un buen vino.

Aquí aprendemos que el jamón de Trevélez tiene ese gusto tan característico, que debe cortarse de una manera determinada y que ha de emplatarse no de cualquier forma. El jamón aquí es un arte, y la degustación en el secadero es el punto de partida perfecto para prepararse para comer.

Carne a la brasa en Piedra Ventana, Trevélez.Piedra Ventana

COCINA SENCILLA, RICA Y… CONTUNDENTE

En Trevélez hay muchos sitios para elegir donde comer. El denominador común es el Plato Alpujarreño, una especie de plato combinado sin mucha enjundia, pero un imprescindible de la mesa treveleña. El plato alpujarreño reúne un buen puñado de productos de la tierra que vienen acompañados de huevos fritos y patatas a lo pobre. Morcilla, chorizo, pimiento verde frito y lomo son los protagonistas de este homenaje al foodporn que en algunas zonas incluso acompañan con longaniza o costillas. Y por supuesto el jamón, elemento indispensable del plato alpujarreño que no puede faltar.

Cerveza fresquita y plato alpujarreño es la combinación perfecta ahora que aprieta el calor, aunque hay otros platos de aquí que se pueden encontrar en cualquier sitio como las migas del pastor o el choto al ajillo. Lo importante es ir con tiempo y reservar en las terrazas, ya que es un lujo comer con la brisa de Sierra Nevada y unas vistas tan imponentes.

Una terraza con unas vistas espectaculares la tenéis en el restaurante y hotel La Fragua (Posadas, 9), un restaurante de cocina tradicional alpujarreña donde además podéis alojaros y, de paso, no complicaros demasiado. Un sitio familiar, famoso por sus migas y donde además se pueden comer buenas carnes. Otra opción es Piedra Ventana (Ugijar, 36), que posiblemente sea el que os recomienden los lugareños por sus grandes raciones, sus brasas y su tarta de queso.

Hotel y restaurante La Fragua, Trevélez.© 2019 Zumey Digital Media

Para dormir, Trevélez cuenta con un gran abanico de casas y alojamientos rurales de todo tipo para los que prefieren otras opciones que no sean un hotel. Incluso el Camping acapara cierta fama ya que es un observatorio perfecto de los bonitos cielos estrellados de Sierra Nevada. Un lujo.

Y ADEMÁS...

Aunque la villa tuvo su importancia con la Reconquista, se sabe que su origen es anterior, ya que hay constancia de que hubo un asentamiento romano gracias a unas ruinas romanas encontradas que datan del siglo III.

Las tiendas de souvenirs de Trevélez, el pueblo más alto de Andalucía y también de los más turísticos, son de lo más colorido. Y eso es debido a que venden jarapas alpujarreñas. Las jarapas son unas alfombras de colores muy típicas de allí que se hacen a mano con lana y restos de telas.

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Los amantes de la naturaleza pueden disfrutar de muchísimas rutas de senderismo que parten de aquí hacia el Parque Nacional. Todas ellas están señalizadas y tienen diferentes niveles de dificultad. Incluso se puede practicar la pesca de la trucha, un pescado muy alpujarreño que se encuentra en las aguas del río Trevélez

El dulce alpujarreño por definición es el soplillo, ligero, elaborado con almendra tostada y recubierto de merengue. En el Barrio Medio los vende, insuperables, Federico (Cárcel, 25), una de las panaderías de pueblo que deberían tener un monumento. Y además elaboran unos piononos...

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